Los habitantes del Delta viven en un área geográfica con características particulares. El lugar que han elegido para vivir hace que para satisfacer las mínimas demandas de la subsistencia cotidiana deban recurrir al uso de elementos que en otros ámbitos no tienen el mismo carácter de imprescindibles. Uno de estos elementos que la más precaria forma de la vida moderna requiere es la energía eléctrica.
En la isla el suministro eléctrico no es un elemento cuya ausencia se limite a dejarlos simplemente a oscuras. En la isla la ausencia de energía eléctrica implica el deterioro o la desaparición de otros básicos pero imprescindibles, como son: el agua, la refrigeración de los alimentos, la calefacción de los hogares, las comunicaciones (en cualquiera de sus formas, con la implicancia directa de esto en temas vitales como la salud – asistencia sanitaria –, la seguridad – imposibilidad de pedir auxilio a quien fuera) y otro sin fin de situaciones que para cualquier habitante continental serían trivialidades de fácil resolución.
Este vital servicio es suministrado por la empresa EDENOR, la que para la realización de los trabajos de mantenimiento ha tercerizado en una Cooperativa con sede en San Fernando.
El servicio de suministro, en la actualidad, es de pésima calidad y peor mantenimiento por lo que en los últimos tiempos la zona deltaica ha pasado (y sigue pasando) períodos sin electricidad que han superado en algunos casos la semana sin ser solucionados mientras desde la empresa EDENOR responsabilizan a la Cooperativa y viceversa.
Las autoridades municipales, provinciales y nacionales parecen ser impotentes a la hora de encauzar la situación, mientras los reclamos sufren todo tipo de manipulación. El hecho de haber extendido estos reclamos al ENRE y al Ministerio de Planificación tampoco parece hacer mella en la conducta de EDENOR hacia sus “clientes”.
Entre los argumentos que esgrimen los isleños figura el de la “electrodependencia”, cuestión que es rebatida desde la empresa por considerar que no existe riesgo de vida en la necesidad del servicio.
En cambio, para los isleños, “la electrodependencia es clara: sin luz quedamos desamparados y vulnerables a todo tipo de circunstancias que nos colocan casi a un nivel infrahumano. Les pedimos a las autoridades municipales de Tigre y San Fernando que, a través de sus Honorables Concejos Deliberantes realicen una declaración, que esperamos sea unánime, en la cual y de manera solidaria con los habitantes se expresen avalando esa electrodependencia”.
Pese a que este petitorio pueda ser aprobado en ambos poderes legislativos, los isleños entienden “que esto no es una solución, pero sí una forma más de empujar en el camino de un trato considerado humanamente y no desde el desprecio que sufrimos de manera permanente. No pretendemos privilegio alguno, sí tener un servicio que nos resulta indispensable y pagar lo que corresponda”.
Por lo pronto, los vecinos enviaron un escrito a EDENOR manifestando “un profundo malestar frente a la calidad de servicio que vuestra empresa brinda a toda la zona de islas del Delta del Paraná, tanto en Tigre como en San Fernando. Lo más frecuente son los cortes de luz, pero así también ustedes son capaces de enviarnos 150 volts durante 24 horas en la línea, quemándonos absolutamente todos los equipos con bobinas (motobombeadores, heladeras, ventiladores) y también lámparas de bajo consumo, equipos electrónicos, fuentes”.
“Hemos sido siempre desatendidos y olvidados por el solo hecho de vivir en las islas, y ser, en comparación, una minoría frente a las grandes ciudades”, sin embargo, aclaran los usuarios que “las islas del Delta son electrodependientes, no contamos con suministro de gas ni de agua potable de red. Las distancias hacia los almacenes o lugares de abastecimiento son grandes, por lo que sin energía no podemos mantener nuestros alimentos en las heladeras, se pudren y los tenemos que tirar. Los cortes nos dejan aislados, ya que dejamos de contar con teléfono celular o fijo y en algunos casos internet, con las implicaciones que esto acarrea ante emergencias de salud o inseguridad”.
En los últimos años, el Delta viene padeciendo cortes diarios y semanales, cualquiera de ellos no baja de 12 horas, pero lo normal son no menos de 24 horas o como últimamente: 6 días (promedio) seguidos sin suministro en una amplia sección de islas. En cada corte los vecinos reclaman a la empresa, al ENRE, al Ministerio de Energía, y también a la Cooperativa de Islas, que al menos atiende el teléfono, pero que en muchos casos aduce no tener presupuesto o personal suficiente para reparaciones. “Es realmente un atropello, que ante un mínimo viento o una pequeña lluvia se corte siempre el suministro. Una tormenta es corte asegurado. Si llueve y se corta a las 18 horas, también sabemos que hasta el otro día a las 08.00 nadie hace absolutamente nada, ya que la Cooperativa trabaja hasta las 19”.
Esta presentación es el inicio, que un conjunto de vecinos de diferentes arroyos han decidido llevar adelante, hartos de la calidad del servicio. “Vamos a recurrir a todos los medios para que EDENOR brinde un servicio como cualquier ciudadano merece, encontraremos el camino entre todos y, de ser necesario, recurriremos en una acción civil conjunta a fin de obligarlos a brindarnos el servicio que pagamos”.
Es una causa justa que requiere el apoyo de todos, principalmente del Estado. Continuaremos informando.
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