Se trata del primer producto en el país con estas características. Las científicas del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario que depende del Conicet-UNR aseguran que este producto es compostable y biodegradable. Apuestan a una moda circular.
Siete investigadoras argentinas del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (IPROByQ) dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y el CONICET inventaron, gracias a un hongo que se alimenta de los residuos del campo, un material similar al cuero que puede usarse para elaborar ropa, calzado y accesorios y que, además, se puede compostar.
El hongo utilizado es el Ganoderma lucidum. Un espécimen milenario, abundante en el planeta y que, además, tiene propiedades medicinales. Para alimentarlo usaron el orujo de las uvas de los viñedos de Santa Fe y Entre Ríos.
Así, lograron que creciera y desarrollara formando una especie de goma que, a través de un tratamiento natural, se asimila al cuero animal.
Este equipo de investigación está integrado por la bioquímica, vicedirectora del IPROByQ y directora del Laboratorio de Bioprocesos, Diana Romanini; las biotecnólogas María Rocío Meini, Laureana Guerra, Camila Ponce De León, Natasha Melnichuk y Dana Piazza; y la ingeniera en alimentos, Adriana Clementz.
En contacto con el portal Carbononews, Diana Romanini, explicó: “Nosotras le hacemos un proceso mecánico, como secarlo y luego laminarlo, para que quede parejo a la altura con una lámina y luego, vienen los procesos de flexibilización con aditivos naturales. Estamos guardándonos algunas cosas por propiedad intelectual, pero todo lo que hacemos es 100% natural: nunca agregamos aditivos sintéticos ni plásticos. Nuestra idea es no usar absolutamente nada que tenga derivados de petróleo ni usar ningún residuo que todavía se pueda usar como alimento”.
“La investigación fue muy rápida, por eso tenemos muchas expectativas, ya que en tan poco tiempo (alrededor de un año) tenemos tan buenos resultados. Se nos han acercado muchas empresas, también internacionales, para que le vendamos el material. Muchas marcas de cuero buscan darle una vuelta para tener una alternativa al cliente que no le gusta. Nos sorprendió la reacción de la gente, de las empresas, la verdad fue muy impactante”, describió.
“Nuestra expectativa es lograr una patente y hacerla internacional. En Argentina, no hay ninguna de este estilo. Evidentemente, esto en el mundo genera demanda y solo 2 o 3 empresas no la pueden cumplir. Tenemos que seguir trabajando para lograr un prototipo escalable”, finalizó. (InfoGEI) Mg
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