Las mafias enquistadas en distintos lugares de la sociedad tienen uno de sus puntos fuertes en la trata de adolescentes.
Son nenas, arrancadas de sus familias, de sus lugares, con destinos oscuros. Nadie las protege, están solas, tratando de sobrevivir, como pueden. Son casi invisibles para la sociedad. Salvo por su “potencial” para generar dinero.
Se trata de las mafias que capturan adolescentes, de 14 o 15 años, para convertirlas, a fuerza de amenazas, violencia y drogas, en el eslabón más codiciado para la industria de la prostitución. En ese mundo desbordante de impunidad, incluso se arman subastas donde las chicas son ofrecidas al mejor postor, con cifras que arrancan en los 5.000 pesos.
Así lo revelaron a DIARIO POPULAR distintas organizaciones que luchan contra la trata de mujeres para la explotación sexual en el país, un fenómeno que no para de crecer, aún a pesar de la enorme cantidad de denuncias.
“La persecución contra los prostíbulos y este nefasto negocio siempre parece estar más vinculado a cuestiones territoriales de los grupos mafiosos, que a una verdadera intención o voluntad de desmantelar los grupos que operan reclutando y explotando chicas. Y lo peor es que cada vez buscan a mujeres más chicas”, dijo Fabiana Túñez, de la Casa del Encuentro.
Un panorama similar ofrece Carlos Garmendia, integrante de la Fundación María de los Angeles, creada por Susana Trimarco, madre de Marita Verón, una joven desaparecida que se sospecha es víctima de grupos de trata.
“Está muy aceitado el negocio, siempre en aumento. Hay subastas que se hacen directamente por internet, pero otras se organizan con las chicas en los prostíbulos. Los precios dependen de muchos aspectos, como la edad, la personalidad de la víctima y cómo responde al ablande, es decir, a las amenazas, los golpes y las drogas”, dijo el especialista.
Dos semanas atrás, la propia Trimarco comentó en una conferencia llevada a cabo en la Universidad Nacional de Chaco, acerca de la problemática de las redes de trata de mujeres en el país con fines sexuales, que los grupos mafiosos que operan en la actualidad son más de 400.
“En rigor, es difícil determinar un número exacto, porque se trata de bandas que cambian y mutan de modo permanente. Pero el número es una aproximación, en base a lo que se conoce”, dijo Garmendia.
“En nuestro país hay grupos nacionales que trabajan hace muchos años, pero cada vez más aparecen en escena redes de ámbitos internacionales. Así, hoy conviven mafias mexicanas, ucranianas, chinas y aquellos grupos de países fronterizos, en general encargados de traer a las chicas desde sus países, como Paraguay o Perú. Es complicado trazar un mapa alrededor de la cantidad de grupos, porque hay mucho trabajo de célula. Cada cual hace lo suyo, y están interconectadas”, dijo Túñez.
Fundadora de La casa del Encuentro, Túñez explicó que “todos los días hay operativos en prostíbulos del país, pero poco se sabe de propietarios encarcelados, porque la realidad es que el negocio está alimentado desde la impunidad, con presencia de jefes policiales, políticos y hasta funcionarios judiciales, por lo tanto no hay auténtico desmantelamiento de organizaciones, sino puro maquillaje para inflar estadísticas”.
Zunilda Niremperger, jueza federal de Chaco, participó de la citada jornada sobre trata, comentando que “la Argentina se ha convertido en un país no solamente de origen, sino de tránsito y destino de personas que son explotadas y víctimas de la trata”, agregando que “el derecho penal no puede solucionar por sí solo cuestiones que tienen su enraizamiento en situaciones que resulten ideales para la proliferación de delitos como éste, que necesitan personas en condiciones de vulnerabilidad social para poder cristalizarse”.
La jueza relató que estuvo recientemente participando del Congreso Latinoamericano desarrollado en México, y calificó la situación como similar en todo el mundo, donde “quieren imponer esta actividad como una cuestión común”. Asimismo, consideró necesaria la aplicación de políticas públicas en la que se vuelquen fondos y el Estado se convierta en verdadero protagonista en la lucha, para erradicar este delito tan flagrante.
“Nuestro país tiene regiones marginales y regiones en desigualdad de condiciones, con falta de oportunidades que tienen niños y niñas para un proyecto de vida, situación que resulta propicia para los explotadores y tratantes, ante la necesidad de las potenciales víctimas de buscar alternativas superadoras”, explicó la funcionaria.
Acerca de las subastas, Garmendia precisó que “las chicas, una vez vendidas, no están mucho tiempo en el mismo espacio, sino que son trasladadas casi permanentemente, en el marco de nuevas negociaciones, como los pases en el ambiente futbolístico”, y sostuvo que “las víctimas sufren un deterioro grande en su salud, psicología y espiritualidad, por eso bajan de precio a medida que pasa el tiempo”.
En relación a los precios, el especialista indicó que “una chica de 14 años, sana y sin el ablande encima, puede ser vendida por 5.000 pesos”.
“Este horrible negocio, hay que decirlo, tiene estrecha vinculación con las características de los clientes de prostitución, que buscan a mujeres cada vez más chicas, entonces el negocio las busca para satisfacer esas necesidades. El 70% de los turistas que llegan al país para consumir sexo, vienen para relacionarse con menores. Tenemos un problema grande, que debería ocupar mayores espacios entre las principales preocupaciones. Todos los días hay chicas que son engañadas o directamente raptadas por estos grupos. Pero el tema está invisibilizado”, finalizó Túñez.
Las capturan para convertirlas, a fuerza de amenazas, violencia y drogas, en el eslabón más codiciado para la industria de la prostitución. Un drama que crece.
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