Vecinos isleños reclaman por el aumento del boleto de las lanchas de transporte fluvial

El transporte fluvial de pasajeros, un tema complejo que lleva décadas sin resolución

La suba prevista del 20% pretendía llevar el precio del boleto isleño a 30 pesos ida y vuelta. De esta manera se estima que el pasaje hubiera alcanzado una suba del 100% en un período de un año. Si bien posteriormente el aumento se dejó en suspenso, un mes después se restableció pero sólo para turistas. Aun así la problemática del transporte fluvial no se reduce a las tarifas y contempla otras aristas como la prestación de un servicio ineficiente (horarios y recorridos insuficientes), el aparente esquema de evasión de las empresas dado por el subregistro de venta de boletos y de pasajeros, los subsidios al gasoil, el trabajo informal, la contaminación, entre otros. La propuesta de aplicar el sistema SUBE y la necesidad de que el transporte fluvial sea categorizado como transporte publico. Ante un contexto general de desidia y discriminación hacia los isleños por parte de las autoridades municipales y provinciales, el reclamo por la autonomía del Delta – la creación de un nuevo partido Delta – cobra cada vez más sentido en la población, y ya es tomado como bandera en todos los reclamos.

 

El pasado 9 de enero, vecinos isleños se manifestaron en la Estación Fluvial de Tigre en reclamo por el aumento del boleto de las lanchas de transporte fluvial que fuera decidido por la Agencia de Transporte de la Provincia de Buenos Aires. Se aprobó un incremento del 20% pero inmediatamente la misma Agencia dio marcha atrás con la medida un día antes de la marcha y dictó una resolución de suspensión del mismo.

Si bien la noticia de la suspensión del aumento del boleto comenzó a circular por las redes sociales, los isleños decidieron seguir adelante con la movilización, a pesar de que funcionarios provinciales intentaran disuadir a los organizadores vía telefónica. Los isleños consideran que se trata de una problemática más amplia que no se soluciona con una decisión temporaria y que tampoco se reduce solamente a las tarifas excesivas.

En los últimos meses ha habido reuniones entre los vecinos y la Agencia Provincial de Transporte a cargo del Lic. Javier Mazza pero las mismas no han llegado a buen puerto, tal fue el caso del encuentro mantenido el pasado 15 de agosto con los responsables del transporte en la Provincia, en donde se entabló un principio de diálogo. Asimismo, el Lic. Jorge A. Mongan, Director Provincial de Transporte, y Gabriel Bangardino del Departamento de Tarifas y Costos informaron a un vecino que no habría aumentos del boleto y que sólo se trataba de especulaciones. Sin embargo, 20 días después llevaron adelante el aumento.

Hay un aspecto central a tomar en cuenta que, incluso, admiten los propios funcionarios, que es el desconocimiento de los costos operativos de las empresas de transporte fluvial, lo cual obliga a la necesidad de realizar en forma inmediata una auditoría de los balances y de la estructura de costos de las compañías que permita determinar cuál es el valor razonable de los pasajes. Hasta el momento los aumentos se realizan sobre la información de base que las mismas empresas declaran en la Agencia, no existiendo ningún mecanismo institucional para verificar dicha información.

El blanqueo de los costos de las empresas podría dejar al descubierto una importante evasión de recursos, asunto que sobrevuela en el trasfondo de este conflicto. Un dato simple que cualquier pasajero puede comprobar es la venta a bordo de los viejos boletos de colectivo que no tienen ningún tipo de validez legal y, en el caso de los boletos comprados en ventanilla, el hecho de que le sean retirados a cada pasajero a la hora de desembarcar, sin dejar constancia alguna del viaje realizado. En principio se trata de una práctica comercial desleal que huele a evasión.

 

“Ni Scioli ni Massa, el Delta es nuestra casa”

Los isleños se manifestaron con coloridas pancartas que decían “No al tarifazo, Municipio Delta ya”, “Dignidad Isleña”, “Autonomía Delta ya”. El clima reinante era de hastío y hartazgo como corolario de una situación que los pobladores califican de discriminación y desatención por parte de las autoridades municipales como provinciales. Esta vez se trató del aumento del boleto isleño, pero tranquilamente se pueden hacer eco de otros tantos reclamos, ya sea vinculados al transporte como las frecuencias, “en algunos ríos la última lancha pasa a las 3 de la tarde” – decía una señora -, la contaminación auditiva y el impacto ambiental, como el servicio de Edenor, la falta de servicios públicos básicos como agua potable y cloacas y otros tantos.

La desazón y las constantes problemáticas que atañen a la vida en las Islas han impulsado a que los vecinos mejoren su nivel de comunicación y de organización a través del uso de las redes sociales y de los medios locales y que, además, el grado de concientización y de acción ciudadana se haya fortalecido. Más allá de las organizaciones sociales existentes, se ha conformado una especie de núcleo de personas que toman decisiones en conjunto y llevan adelante las acciones. Esto no quita que siempre aparezcan oportunistas que pretendan arrogarse la acumulación política de estas medidas, incluido al Municipio de Tigre que tibiamente sacó un comunicado informando sobre la suspensión del aumento en una actitud más relacionada a su puja política con el sciolismo que a un verdadero “apoyo” al reclamo isleño.

Aún así a pesar de los conflictos derivados por el aumento del boleto, y luego suspendido, a partir del sábado 28/01/2015 – casi al final del cierre de esta edición – las autoridades provinciales decidieron aumentar las tarifas mediante Resolución N°050, la cual todavía no ha sido publicada en el Boletín Oficial, pero esta vez sólo para turistas.

 

El transporte fluvial de pasajeros es un transporte público

El transporte fluvial de pasajeros siempre ha sido un área sensible que se ha resistido a la modernización y al cumplimiento de los cánones que se exigen del transporte público y de un servicio turístico de calidad como se pretende para un Delta en crecimiento. Pero esta situación no es producto de su carácter “tradicional”, sino que ha sido sostenida a partir de un sistema comercial fuertemente monopolizado por tres empresas con la superioridad de una en particular (¿alguien se acuerda de las embarcaciones que aparecían quemadas luego de pretender introducirse en el mercado?) y por la connivencia histórica que han mantenido con el Municipio de Tigre y autoridades de la Provincia – que no ha variado sustancialmente – y que avalan en sus prácticas la continuidad de un sistema de transporte totalmente obsoleto y que bajo el paraguas de la “tradición y de lo que siempre fue así” esconde el trabajo informal, el uso de lanchas de más de 70 años, la evasión en la venta de boletos y quién sabe qué más… No deja de llamar la atención el nivel de resistencia a las reformas en el transporte fluvial que han mantenido las autoridades públicas en todos sus niveles.

Un punto central a tomar en cuenta en este sistema, que confunde lo tradicional con la irregularidad, es que hasta ahora el Decreto Nº 958/92 de Transporte Interurbano de Pasajeros no contempla al transporte fluvial de pasajeros como transporte público, y se necesita el dictado de un Decreto de Necesidad y Urgencia para introducir este cambio hasta tanto se implemente una modificación de la normativa. Ya hay gestiones ante el Ministerio de Interior y Transporte de la Nación para que se analice esta propuesta. Bajo este vacío legal, las empresas de transporte fluvial se amparan para no mejorar los servicios, argumentando además que esta situación las excluye del esquema de subsidios que aporta la Nación y del que se beneficia el resto del transporte público, aunque sí reciben subsidios de la Dirección de Transporte de la Provincia, según informan las propias autoridades.

El avance de la concientización de la ciudadanía sobre sus derechos, como ya se señaló, ha logrado que los pobladores isleños vuelvan a colocar esta temática en la agenda pública y que las autoridades correspondientes se vean obligadas a dar respuestas en función del interés público. La lucha continúa.

Reunión de isleños con el Dr. Jorge Rodríguez Erneta, Subsecretario del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación

Por medio de la gestión de la Concejal Carmen Salcedo del Frente para la Victoria, el 21 de enero se realizó una reunión entre un grupo de vecinos de la Isla y el Dr. Jorge Rodríguez Erneta, Subsecretario del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación, a quien se le entregaron dos documentos que plantean los puntos centrales de reclamo en relación al transporte fluvial (ver “Informes presentados…”). El Dr. Rodríguez Erneta se comprometió a leerlos y se acordó realizar una próxima reunión en dos semanas para informar novedades al respecto. Si bien el transporte fluvial es competencia del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no se vio objeción en la posibilidad de trabajar entre los isleños y el Ministerio, a fin de buscar soluciones al problema planteado.

 

Informes presentados por vecinos isleños al Ministerio del Interior y Transporte de la Nación

Uno de ellos con el título “Mejoramiento Integral del Transporte Fluvial del Delta Bonaerense” plantea tres puntos centrales en relación a los reclamos.

1- Tarifas excesivas: “En 2014, el aumento tarifario fue en total del 100%. En ese ínterin se realizó una reunión con residentes del Delta con la autoridad competente, quien declaró desconocer el “Costo Operativo” del sector. En razón de ello, los fundamentos que se esgrimen en las resoluciones que otorgan los mencionados aumentos carecen por completo de sustento fáctico”.

Soluciones: implementación de una política tarifaria que sea ecuánime y equitativa al resto de los ciudadanos, implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE), reconocimiento de Tarifas diferenciales, abonos isleños, residentes y no residentes, estudiantes, jubilados, segmentos más vulnerables de la población y regularización de los boletos ilegales y subfacturación.

2- Prestación de servicio ineficiente: a) Flota de embarcaciones: “es necesaria una inmediata adecuación de la flota existente y planificación a mediano y largo plazo de la renovación total de la misma”. b) Trabajo informal: existe una práctica abusiva por parte de las Empresas, generando Trabajo Informal y condiciones nefastas de las cuales los menores son los principalmente afectados”. c) Contaminación: “Actualmente los restos de Aceite y Gasoil como cualquier tipo de desechos cloacales provenientes de las embarcaciones Colectivas Fluviales son descartados en el Río provocando una contaminación (…), toda vez que los isleños no poseemos agua potable y utilizamos el agua del Río para consumo y aseo personal”. d) Monopolio: “Debido a que cada residente del Delta tiene una sola opción de Compañía para llegar a destino, resulta ser un servicio monopólico”.

3- Horarios y recorridos insuficientes: “El transporte público no se ha adaptado al nuevo contexto social, dejando a buena parte de nuestra población completamente aislada sin posibilidades educativas y obligando a nuestros jóvenes a la emigración y el desarraigo”.

 

El problema de la evasión

El segundo informe presentado al Ministerio del Interior y Transporte de la Nación por la “Asociación Civil Centro Comunitario Abra Vieja”, hace un fuerte hincapié en el esquema de evasión de las empresas de Transporte Fluvial de Pasajeros aportando datos y un análisis minucioso del tema.

La evasión estaría dada “por el subregistro de la venta de boletos, el subregistro de los pasajeros transportados, los recorridos no declarados ante la PBA (Provincia de Buenos Aires), las embarcaciones no declaradas ante la PBA, la suspensión de recorridos o corte de servicios y la utilización de menores como tripulantes”.

Según se señala, al pasajero “le entregan un boleto hoy fuera de uso en todo el transporte terrestre, es el antiguo boleto cortado desde la boletera (…) que tiene sólo un valor simbólico, pues no tiene su contrapartida de una cobertura de seguro de vida o daños a los terceros transportados”. De esta manera “la evasión es prácticamente total dado que el pasaje abonado no tiene componente fiscal alguno, el empresario recibe el 100% de lo que cobra. En el año 2009 la evasión se estimó en unos 10 millones de pesos, hoy ronda los 60”. En este contexto, “los aumentos de pasaje otorgados por la PBA se basaron siempre en lo que las empresas informan, no existiendo ningún esquema de auditoría conocido para validar esos datos”.

“Las empresas declaran movimientos de pasajeros muy por debajo de la realidad. A título de ejemplo: En una reunión realizada en el HCD de Tigre las empresas presentaron documentación donde informaban a la PBA bajo declaración jurada que en 5 meses habían tenido un movimiento de 20.000 pasajeros (15.000 isleños residentes y 5.000 no residentes o turistas). La PNA de Tigre para el mismo semestre registró un movimiento de 94.500 pasajeros”.

Otra acción de evasión que se informa en el documento es “la práctica de habilitar lanchas y recorridos no declarados ante la PBA” y agrega que los llamados “refuerzos” en la jerga local implican que “no se registran los pasajes vendidos, tampoco el movimiento de pasajeros ni de lanchas que deberían informarse por declaración jurada a la PBA”.

Asimismo se pone el acento en los subsidios que las empresas estarían recibiendo: “durante 2014 un subsidio al gasoil de aprox. del 40% ($ 3,60/litro), en 2015 recibirán más del 50% ($ 5,80/litro)”. Otros temas planteados son la antigüedad del parque naval con embarcaciones de madera de unos 70 años, la descarga de cloacales sin tratar a los cursos de agua, la generación de ruidos que suelen ser altos (+ 95 dB) no sólo en el escape sino en el interior de las unidades y la situación de las empresas de transporte fluvial que reciben subsidios por el transporte escolar y que no podrían transportar pasajeros.

Como propuesta de soluciones para reducir la evasión y mejorar el servicio, se menciona “aplicar la SUBE”, que “es decisiva pero sólo resuelve una parte del problema” y el Sistema de Identificación Automática (SIA), en uso por la Prefectura Naval Argentina para el registro de movimiento de buques.

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