Cuando hay fuego, bomberos

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Un servicio a la comunidad que sigue basándose en la solidaridad. Los Bomberos Voluntarios de Tigre agrupan 4 cuarteles, uno de ellos en la primera sección de islas. Indicaciones para evitar incendios: no quemar basura, mantener el pasto corto y el predio limpio. Ningún vecino isleño es bombero voluntario. Si la comunidad isleña tiene inquietudes respecto a riesgos y servicios que brindan los bomberos, el Jefe del Cuerpo, Rodolfo Vandolino, los invita a comunicarse para conversar. Teléfonos: 4728-1271, 4749-2222, 4731-2222, 4715-2222. También se puede ingresar a la página http://www.bomberostigre.com.ar/

        En los dos últimos años, los incendios en la primera sección del Delta fueron mayores que en otras épocas, por lo cual algunos vecinos están enfrentando el verano que se avecina con inquietud, dado el aumento de la temperatura y los posibles efectos de la sequía del Paraná. Por este motivo conversamos con Rodolfo Vandolino, Jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tigre, y Hugo Perea, presidente de la Comisión Directiva.

        El Destacamento de islas, fundado el 1° de mayo de 2008, se encuentra en el arroyo Espera 266. Allí hay de manera permanente 3 hombres de guardia que van desde tierra porque ningún vecino isleño es bombero voluntario. Se podría decir que este aspecto es un semáforo rojo porque resta bomberos en el continente además de generar a la institución gastos de traslado.

        En el Espera tienen una lancha permanente con una bomba que tira 100 mil litros/hora a 10 kilos de presión, con todos los elementos que hacen falta para su utilización. En tierra, hay una lancha en guardería para llevar refuerzos en caso necesario.

        “Las reparaciones de una lancha son muy caras, hace 3 meses que tenemos la pata de un motor rota y no podemos arreglarla”, informó Hugo Perea. Gracias a un intercambio de servicios que hicieron con un astillero, consiguieron otra embarcación, pero no pueden ponerla en el agua porque no tiene motor.

        Lo que no tienen es un helicóptero y pedirlo, por ejemplo, a prefectura, conlleva una gran burocracia.

        A la hora de llamar a los bomberos, obviamente nadie piensa en estas cosas.

Minimizar riesgos

        Aludiendo a estadísticas, Rodolfo Vandolino informó que, en primera sección, “no se registran incendios producidos naturalmente. Los incendios son causados por quemas descontroladas e intencionales para quedarse con los terrenos. Esto está denunciado”.

        En relación a las quemas se recordó que están prohibidas, en todo el territorio tigrense, por el Código de Faltas municipal y además “si un vecino hace un fuego que se descontrola y pasa a la quinta de al lado, es delito contra la propiedad”.

        Vandolino reiteró que, para minimizar riesgos, no se debe quemar basura, se debe mantener el pasto corto y lo más limpio posible. “En el último mes hemos salido 10 veces por quemas descontroladas”.

        La ubicación de los fuegos determina la intervención. “Hay lugares inaccesibles. Si a 600 metros de la costa no hay agua y tampoco podemos trasladarla, entonces el incendio no se puede apagar. Sin embargo, nosotros hemos llegado a lugares donde nos dieron las gracias porque llegábamos tironeando la lancha y nos dijeron ‘ni pensé que iban a llegar, si no hay agua’. Y eso dice el que vive en la isla porque el que va dos veces por semana cree que es como en la ciudad que levanta el teléfono y a los 3 minutos tiene todo”. Por eso para los visitantes ocasionales, turistas, vecinos de fin de semana, reiteró: no hacer quemas.

        Cuando el fuego se produce en lugares inaccesibles, se evalúa qué se quema, costo-beneficio, riesgos de vida. “En 40 años que tengo de servicio, no conozco incendio de pajonal que se haya llevado una casa”, expresó Vandolino.

        Los vientos, mareas, sudestada, también son tenidos en cuenta al momento de actuar; hay tiempos de espera porque si se observa que el fuego va hacia un endicamiento o zanjón, allí se extingue.

        “Hemos estado tardes enteras monitoreando un incendio forestal porque los lugares son inaccesibles. No es que no tengamos elementos, si hicieran falta muchas lanchas y 500 bomberos, los hay porque el sistema bomberil provee todo esto. Lo que sucede, es que semejante desplazamiento no se justifica para un incendio que sabemos que, en dos horas, se extingue”. 

        En la actualidad los pobladores de islas no sólo se preocupan por sus pertenencias personales, también están alertas por las pérdidas naturales. Advirtiendo esta situación, Vandolino señaló que esta zona no está afectada por las sequías que sufre el resto del país, porque “acá tenemos marea y sudestada. En la isla a veces tenemos fuego por arriba y por abajo tenemos agua”.

        Asimismo, mencionó que hay nuevos pobladores que “desconocen el funcionamiento de algunas cosas” y que, en líneas generales, se carece de algunos datos: cuánta gente llega a la isla viernes, sábados y domingos, cuánta es la población estable porque “hay lugares que se han habitado y nadie sabe que ahí vive gente”.

Pocos ingresos y gastos millonarios

        El sector de islas tiene 220 kilómetros cuadrados, para cubrirlos adecuadamente serían necesarios 4 cuarteles, aunque por el momento no son indispensables por la cantidad de habitantes. Aun así, desde hace 6 meses están viendo la posibilidad de poner un puesto de avanzada en Arroyón y Dorado, pero no hay recursos.

        Los bomberos voluntarios reciben subsidios nacionales, provinciales y municipales y cuando la economía da un respiro a los ciudadanos, aportes vecinales a través de cuotas societarias. Pero este aporte actualmente es mínimo y en la isla no hay asociados.

        “Cada vez que tenemos que hacer un arreglo, los bomberos pagan igual que todo el mundo”, expresó Hugo Perea y amplió con datos: “Una cubierta de nuestros vehículos sale 100 mil pesos. En este momento tenemos 6 baterías para cambiar, deben ser unos 300 mil pesos. Necesitamos cambiarlas, pero no podemos”.

        Por supuesto, también son bienvenidas las donaciones: acababan de recibir computadoras. ¿Podrán donar algo los emprendimientos turísticos de lujo que hay en la isla? ¿Y el barrio privado Santa Mónica?

        Cada elemento del equipo tiene precios elevados y hay que multiplicarlo por 70, cantidad de integrantes en la actualidad. 

        Lo que también necesitan son voluntarios: la inscripción es a partir de los 16 años hasta los 39. Se debe disponer de 2 horas, 2 veces por semana para hacer el curso y luego el tiempo libre que la persona esté dispuesta a ofrecer. Para la isla necesitarían unas 20 personas. “Cuanta más gente tenemos, al producirse el fuego podemos acudir más rápidamente”.

        Para llevar tranquilidad, en especial a los vecinos isleños, Vandolino señaló que no esperan un verano más problemático que el pasado y recalcó que tienen el equipo necesario para apagar los incendios. Lo que sí necesitan es que los vecinos les hagan llegar su solidaridad.

Por Mónica Carinchi

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