La secundaria de Toro y Torito, clausurada

, Instituciones

La comunidad alza su voz. Sin previo aviso, determinaron que el edificio, que cumplirá 130 años en 2016, está en estado dramático y procedieron a su clausura. Pretenden trasladar a los estudiantes a la Escuela 8. Los padres se niegan por temor al cierre definitivo de las instalaciones.

 

El martes 6 de octubre, quien pasaba por la esquina de Enciso y Montes de Oca se encontraba con un grupo de personas que, apasionadamente, intercambiaban opiniones. Todos estaban allí por un hecho que alteró la vida de los vecinos que mandan a sus hijos a la escuela secundaria 45, de Toro y Torito, en el Delta tigrense: el lunes 28 de septiembre, la escuela fue clausurada, después de una inspección realizada por el Arquitecto Gustavo Albarracín.

Los padres y madres llegaron al centro de Tigre para exigir la reapertura de la escuela, ya que consideran que fue una medida exagerada, tomada a 2 meses de finalización de las clases. “El lunes 28 (de septiembre) nuestros hijos llegaron a la escuela y no pudieron entrar. A nosotros nos convocaron a una reunión para el jueves. No hubo una sola notificación anterior”, dijo Claudia, una de las madres autoconvocados.

Como los estudiantes tienen que continuar con las clases, la propuesta del Director, Ricardo Fernández, y del inspector, Gustavo Frías, fue el traslado a la Escuela 8. Los padres se negaron rotundamente. “Queremos que nuestros hijos terminen las clases en nuestro colegio y que nos garanticen que el año que viene, van a empezar también en nuestro colegio, en el mismo edificio, y que empiecen a edificar el nuevo, como corresponde”, dijo Laura, otra mamá.

La negativa de los padres no es caprichosa: “Los chicos estarían 5 horas arriba de una lancha y cuando el agua está baja, la lancha tiene que dar toda la vuelta, entonces estarían 8 o 9 horas, así que uno sube al hijo a las 7 de la mañana y hasta las 7 u 8 de la noche no lo baja de vuelta”. A esto, un padre agregó: “La Escuela 8 está colapsada, flota bosta por todo el parque, ¿ése es un lugar seguro para nuestros hijos?”.

Paralela a estas cuestiones prácticas relacionadas con la continuidad de las clases, flotaba una sospecha: “Si nosotros aceptamos que los chicos vayan a otra escuela, no van a arreglar nunca nuestra escuela”.

 

Una etapa complicada

La historia de la clausura se remonta al 2013: “Hace 3 años hice un acta de inspección y el edificio necesitaba un tratamiento inexorable, un tratamiento de cimientos porque esos pilares tienen un compromiso estructural. En ese momento no dije ‘está por caerse ya’, pero, al no haber respuesta, termino clausurando el edificio, porque yo no tengo la bola de cristal para decir cuándo se va a caer. El edificio está en una etapa complicada porque no sólo tiene el problema de los pilares, también tiene el problema de las correas metálicas que ya pasaron el estado de oxidación y están en estado de corrosión. Nunca pasó nada, ¿y si pasa? Después se dice ‘por qué las autoridades no tomaron cartas en el asunto?’”, explicó el Arquitecto.

Inmediatamente, otra madre contraatacó: “Hace 2 años hubo un temporal, fueron y cambiaron todo el techo, ¿no se dieron cuenta que los pilares estaban en mal estado? ¿arreglaron el techo y dejaron los pilares cayéndose? Se hizo la cocina nueva y uno de los pilares rotos es de la cocina…”.

Si bien el Arq. Albarracín sostenía que la situación “se presenta en un escenario dramático”, su tono no convencía, ya que parecía que se estaba atajando, antes que sosteniendo su decisión profesional.

 

La gran duda

Avanzada la reunión, se iban conformando subgrupos. En uno de ellos, una de las madres nos dijo: “Por los pilares que nosotros vimos, esto es como un sabotaje, porque el pilar está roto a golpes, no es que se desintegró, porque los ladrillos están partidos y cuando se caen, no se parten. Es como que alguien le dio un mazazo a los pilares y ahora dicen que se está derrumbando. Para mí es un sabotaje. Por eso estamos firmes acá. Cuando el techo era de tejas y se llovía y se caía, no se clausuró, se hizo el techo nuevo y la escuela siguió andando. Me parece muy raro todo”.

“¿Por qué hay tanta urgencia para clausurar?”, es la pregunta que circulaba entre todos los padres. “Tiene que haber una clausura parcial del lugar que está afectado”, manifestó un padre. Inmediatamente otro propuso que colocaran pilares y estructuras autoportantes de hierro para que los estudiantes puedan terminar allí las clases.

Otra posibilidad que manifestaron los padres fue que el Municipio aportara una carpa. Ante esto, el Consejero Escolar Adrián Pintos hizo gestiones y la consiguió.

Por su parte, la Consejera Marta Mesa logró que el Arq. Pehuen Silva diera fecha de inicio de la obra: 13 de octubre. Estos dos logros distendieron un poco la situación.

 

Un principio de acuerdo

El Director Ricardo Fernández hace 8 años que está a cargo de la institución. “Ésta es la extensión 2450, yo soy director de la ESB 45”. Por ser ésta una extensión, el Director está en la escuela una vez a la semana. De aquí que los padres manifestaran que, en años, habían tenido sólo 2 reuniones con él.

El Director aclaró que, habiendo observado condiciones de deterioro, mandó las notas correspondientes al Consejo Escolar. “Hubo una demora en algún estamento, todo quedó parado y hoy pagamos las consecuencias de eso”.

Ahora, tendrá que acomodar 34 alumnos en una carpa: “Veremos de qué manera reorganizamos la escuela. Por un tema pedagógico vamos a hacer alternancia porque no puedo tener 6 años juntos en una carpa”.

Entre los presentes también estaba el preceptor de la escuela, Martín, que señaló: “Creo que se podría haber apuntalado para continuar las clases e iniciar la obra después. Hubo mucha aceleración para clausurarla”. Asimismo participaron de la reunión representante de los gremios SUTEBA y UDET.

Con buen criterio, los padres trataron de mantener su reclamo al margen de posturas partidarias y electoralistas. Al mismo tiempo, tienen conciencia de que su lucha logra fuerza si están todos unidos por una causa que supera lo circunstancial: la escuela se debe arreglar para sus hijos y las generaciones futuras.

Licitaciones dudosas

Cuando ya se estaba firmando el acuerdo para la instalación de la carpa, pudimos hablar con Leonel Campitelli, un histórico de la escuela 45. “Hace un tiempo no había agua en los tanques”, contó, “por eso se suspendieron las clases. Consejo Escolar licitó la obra y ganó Hidrocanal, que puso un sistema de bombeo inservible. Entonces la Cooperadora se movió para solucionar el problema porque el Consejo Escolar decía que ya los fondos habían sido destinados y que debía funcionar lo que se había hecho. La empresa Hidrocanal dijo que la bomba que nosotros pedíamos costaba $6000 y que no había presupuesto para esa bomba, entonces ellos ponían una de $3000. La Cooperadora se puso en contacto con Sanitarios Nicuesa y resultó que la bomba salía $2000 menos. Se le informó al tesorero del Consejo Escolar y no pasó más de una semana y fueron a cambiar ese sistema de bombeo… la misma empresa… calladitos la boca. Y la que sacaron, la dejaron tirada y la Cooperadora la guardó para tener de repuesto para un caso de emergencia”.

Leonel continuó: “No sé cómo trabaja la empresa que le hace el mantenimiento a Consejo Escolar. Cotizan lo mejor posible y aprueban sus presupuestos porque no debe haber otras empresas que se presenten a las licitaciones. Ahora en la Escuela 8 se hace todo el sistema de cloacas nuevo y se lo adjudican a la empresa Hidrocanal que ya lo hizo en la 9 y, si no la controlaban los padres, hacía lo que quería. Los padres tienen que controlar la obra”.

En estos momentos, los candidatos a intendente están hablando de transparencia en los gastos de gobierno, ¿se aplicará  también para las obras que se realizan en las escuelas?, ¿serán publicadas las licitaciones para que todos los interesados se enteren?

Muchas razones tienen estos padres para estar enojados. La escuela, que el año próximo cumplirá 130 años, es un espacio significativo para toda la comunidad; por sus aulas pasaron abuelos, padres, hijos. Nadie quiere verla caer, por eso Leonel aseguró: “Con muy poco mantenimiento hubiera aguantado, de hecho va a aguantar mucho tiempo más”.

Deja una respuesta