“Para que una familia pueda desarrollarse como tal tiene que vivir en una vivienda digna”

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La experiencia de la Cooperativa de Viviendas CO.U.N.VI.CO de General Pacheco

Así arranca Tito Galarza, Presidente de la Cooperativa de Viviendas CO.U.N.VI.CO (Cooperativa Unidad Nacional de Vivienda y Consumo) que desde hace casi 30 años viene luchando por ese derecho tan postergado en nuestro país. Con mucho esfuerzo y con la sumatoria de distintos actores, esta Cooperativa logró construir un barrio de 32 casas cerca de la Av. Boulogne Sur Mer y Panamericana, en General Pacheco. Desde hace dos años la Cooperativa está llevando adelante una nueva gestión para un segundo plan de viviendas que reúne a 45 familias. Han avanzado con la obtención de un crédito para la compra de los materiales, cuentan con la mano de obra y con los técnicos pero les falta una hectárea de tierra en donde construir las casas. En este punto están contando con el apoyo del Municipio de Tigre ante la Provincia de Buenos Aires. La revaloración del cooperativismo como una herramienta para la superación de las necesidades, la tenacidad y la lucha a pesar de las adversidades, la experiencia cooperativa del Plan Argentina Trabaja, la dificultad de los sectores populares para acceder a la tierra, el déficit de la gestión pública en el acompañamiento de los proyectos sociales, son algunos de los temas tratados. La necesidad de considerar el carácter social de la propiedad de la tierra ante el avance del mercado es un tema de urgente decisión política, de lo contrario la inequidad social y territorial continuará consolidándose. Tigre es un ejemplo de ello.

 

“La herramienta es el cooperativismo”

La cooperativa nace en una villa del Partido de Tres de Febrero por iniciativa de un grupo de familias, entre las cuales estaba la de Tito Galarza, un líder comunitario que apuntaló esta experiencia. “Con la llegada de la democracia en 1983 empezamos a pelear por el agua potable, por la luz y por un montón de cosas y fuimos dándole solución a todo”, señaló Tito. Cerca del barrio había una Cooperativa de obras y servicios públicos, de nombre COMACO, y fueron sus integrantes quienes les plantearon que tenían que apuntar a solucionar el tema de fondo, que era lograr una vivienda digna. Les dijeron: “tiene que empezar por la unión y la firme decisión de solucionar el problema, y para eso tienen que contar con una herramienta más grande y esa herramienta es el cooperativismo”. Después de una gran inundación, se reunieron los que estaban al frente de las comisiones vecinales y, junto con el acompañamiento de los docentes de la Cooperativa COMACO, el 4 de noviembre de 1984 se funda la Cooperativa  CO.U.N.VI.CO en el Club Tierrita (Sociedad de Fomento Escalada) de Remedios de Escalada.

 

La llegada a Tigre

La primera tarea fue la búsqueda de las tierras en donde construir las casas. Justamente el barrio estaba ubicado al lado de Campo de Mayo, en donde había inmensas tierras ociosas del Ejército. Pidieron unas hectáreas allí pero la gestión resultó infructuosa. En un momento llegaron a reunir a 250 familias. Finalmente lograron contactarse con los técnicos de la Fundación San Patricio de Belgrano que trabajaban con el Secretariado de Enlace del Padre Pichi, y ellos se comprometieron a ayudar en la búsqueda de las tierras. Fue así que en 1988 una persona de la Localidad de General Pacheco, que era dueño de amplios terrenos, decide venderles una parcela de tierra de 126 metros de largo por 66 de ancho. “Nos vende, entre comillas, porque el precio que nos puso fue irrisorio, fue prácticamente una donación”, sostuvo Tito y agregó “ahí la historia de la vivienda cobra sentido”.

Cuando se informó a los integrantes de la Cooperativa que las tierras estaban en Tigre, el grupo se redujo considerablemente, llegando a Tigre unas 46 familias, y de éstas se redujo a 30 cuando comprobaron que la zona era inundable, ya que por el desborde del Río Reconquista el agua había llegado a un metro de altura unos días antes de que visitaran el lugar. El terreno era un bajo, no había calles trazadas, había un monte de talas y pastizales. La Cooperativa tomó posesión, armaron un obrador, se instaló un sereno y con la ayuda de los técnicos se consiguieron materiales y herramientas. “Lo más importante en un emprendimiento es el aporte de los distintos componentes humanos que se necesitan para que puedan funcionar. Nosotros aportábamos la mano de obra y nuestra capacidad de trabajo los sábados y domingos, pero la parte técnica fue fundamental”.

A pesar de las diferencias internas que surgen en todo grupo humano, se pudo seguir adelante y luego de cinco años de trabajo, las casas se entregaron el 18 de julio de 1992.

 

La escrituración

Se había hecho la escritura global de todo el lote, pero faltaba la distribución de las 32 parcelas. Hubo un cambio en el Consejo de Administración y las nuevas autoridades intentaron llevar adelante la escrituración sin éxito hasta que las autoridades anteriores fueron convocadas para que retomaran la gestión. “Empezamos a hacer un caminito y nos apoyamos en la cooperativa COMACO, nuestra cooperativa madre. Era el año 2006 y con mucho esfuerzo se puso al día la cooperativa”, recordó Tito Galarza.

La idea era conseguir una escrituración social por medio de la Ley 10.830 pero para poder hacerlo se tenía que declarar la escrituración de interés social. En la Municipalidad de Tigre, a cargo de Ubieto, sólo se obtuvieron negativas. Además había deudas de Rentas y de tasas municipales y, si no se pagaba todo, no se podía escriturar. La Cooperativa recorrió distintos despachos hasta que con el acompañamiento de la Dra. Urbina de Don Torcuato se presentaron a la Subsecretaría de Tierras para el Hábitat Social que estaba al frente de Luis D´ Elía, quien los recibió amablemente, les dijo que lo iba a solucionar, y los derivó a sus asesores. “Nosotros decíamos ¿será así? ¿Por qué, quién se compromete con los pobres? Finalmente se recibió el libre deuda de ARBA, salió la declaración de interés social de la escrituración, y en julio y agosto de 2008 estaban recibiendo la escritura en forma gratuita. El barrio se rige por el régimen de la propiedad horizontal”.

 

El segundo plan de viviendas: “Necesitamos comprar una hectárea de tierra”

El segundo plan reúne a 45 familias jóvenes que están en la búsqueda de una hectárea de tierra para construir sus casas, que serían de tipo PH. A fines del año pasado se frustró la posibilidad de comprar una hectárea en Ricardo Rojas. La inmobiliaria Rubica les hizo propuestas pero “no eran para nosotros, nosotros apuntamos a la vivienda social. No es que no hay tierras, no hay forma de acceder porque sino fijate la cantidad de countries que hay y que se siguen haciendo y en un country, en una hectárea te construyen cuatro casas. Cómo puede ser que a lo largo de estos dos años de gestión no hemos logrado una hectárea para 45 familias. Lo que pedimos es que nos habiliten para poder comprar una hectárea. Nos dicen: compren… pero nosotros tenemos que comprar en las condiciones nuestras porque nos piden precios exorbitantes”.

La Cooperativa ha realizado una gestión en la Subsecretaría Social de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires y les han prometido un crédito para la compra de la tierra pero la Cooperativa no puede ser la beneficiaria sino el Municipio de Tigre. Los créditos van destinados a los Municipios. Se trata de un crédito subsidiado, en cuotas fijas y en pesos, y el recupero lo hace el Municipio. Por este motivo la Cooperativa ya se ha reunido con el Dr. Julio Zamora, Presidente del HCD y también con Patricio D´Angelo, Subsecretario de Hacienda y Administración, quienes se han comprometido con el proyecto. Incluso la Cooperativa ha sido acompañada por dos funcionarios de la Dirección de Vivienda del Municipio en la última reunión que han mantenido en La Plata.

Por otro lado, la Cooperativa ha hecho gestiones ante la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación y tiene la posibilidad de lograr un crédito para la compra de materiales. Es decir, tienen la mano de obra, el aporte de los técnicos que vienen trabajando con ellos, el crédito para los materiales y la Provincia les ofrece las obras de infraestructura. Lo que falta es la tierra y para ello dependen ahora de la gestión municipal ante el Gobierno de la Provincia. Ya tienen el proyecto armado y presentado. “La municipalidad es la que tiene que ubicar la parcela que necesitamos, no nos importa dónde sea, siempre y cuando sea en Tigre”.

Algunas de las familias beneficiarias de este segundo plan de viviendas están alquilando desde hace más de quince años y otras viven en casa de sus padres o suegros. También hay madres solteras. Sus ingresos van desde los 1200 hasta un sueldo mínimo de 1800, 2000 pesos y realizan enormes esfuerzos para juntar plata haciendo ferias de ropa, ferias del plato, locro, choriceadas, peñas y cada asociado aporta una especie de cuota mensual de 250 pesos que deposita en el banco para capitalizarse. “Lo que hacemos es para un futuro, es para nuestros hijos, pensando en nuestros hijos…” señaló Valeria.

 

“Juntos Podemos”, la Cooperativa del Plan Argentina Trabaja

La gran mayoría de los jóvenes que forman parte de la Cooperativa de Vivienda forman parte de la Cooperativa “Juntos Podemos”, del Plan Argentina Trabaja. Con este programa han realizado trabajos de remodelación de las instalaciones del Club Baires durante un año y medio y han colocado los caños en las veredas del barrio, en donde había zanjas abiertas que eran un foco de contaminación. “Así como el programa es tan criticado, ésta es una experiencia para rescatar lo positivo. Tanto en el Club Baires como en el entubamiento de 126 metros, hemos demostrado que tenemos capacidad de gestión. Para el entubamiento tuvimos que gestionar con el Municipio para que nos prestaran la máquina para hacer los pozos. Nosotros pusimos la mano de obra y el Ministerio los materiales. Fue un buen ejemplo de cooperación para solucionar un problema elemental”. Cecilia, la Secretaria de “Juntos Podemos” señaló que la cooperativa está compuesta por 30 personas, de las cuales 20 son mujeres. “Todos trabajan por igual, hombres y mujeres, y han aprendido distintos oficios. Las chicas se están construyendo sus propias casas, saben levantar paredes…”.

Una de las tareas más difíciles en los trabajos asociativos, coinciden, es la de lidiar con los conflictos y con el desánimo cuando los proyectos se prolongan y prima el pesimismo y no se logran ver los resultados que con mucho esfuerzo se van logrando. A pesar de estas dificultades los jóvenes rescatan que han madurado en estos años al formar parte de la experiencia cooperativa.

Tito Galarza reconoció que las cooperativas del Plan Argentina Trabaja tienen muchos conflictos y que los vecinos suelen calificarlos de “plan vago”, ante lo cual responde: “Cualquiera que quiera venir a conocer nuestro trabajo puede venir a verlo. Cualquiera puede ver nuestro compromiso, que nos ponemos al hombro nuestra necesidad y que buscamos el camino para solucionarla”.

Los próximos trabajos serán la colocación de unos caños para el desagote del barrio para evitar que las casas se sigan inundando cuando llueve, y la realización de veredas de 2,5 metros de ancho.

 

“Les pedimos que vengan a hacer con nosotros”

Tito Galarza no se cansa de señalar que la Cooperativa necesita apoyo y compromiso de aquellos que tienen poder de decisión. “No le pedimos a nadie que haga por nosotros, les pedimos que vengan a hacer con nosotros y que difundamos esto. El cooperativismo es una herramienta para la superación de nuestras necesidades y necesitamos que las autoridades puedan contribuir para que logremos nuestros objetivos”.

El remate del galpón: una vez más la especulación inmobiliaria le ganó al interés social

La Cooperativa CO.U.N.VI.CO venía utilizando como sede desde hacía quince años las instalaciones de un galpón que estaba abandonado en el barrio, y que desde hace tres años se usa también como obrador de la Cooperativa “Juntos Podemos” del Plan Argentina Trabaja. Asimismo este galpón cumple tareas de contención social, es el lugar de reuniones, de actividades sociales como ferias, peñas, choriceadas y también el espacio en donde se festejan los cumpleaños de los niños. A pesar de las intensas gestiones de la Cooperativa, no se pudo evitar que en junio de este año, el galpón fuera rematado por 170 mil pesos, cuando la Cooperativa había logrado reunir 100 mil pesos para comprarlo. Ahora están esperando que los notifiquen del desalojo y que se presenten los dueños para tratar de negociar la compra del galpón, un alquiler o un comodato.

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