Para Villa La Ñata, un espacio con identidad

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Biblioteca Popular Cronopios. Actualmente realizan actividades de extensión, pues todavía no tienen el espacio físico en condiciones. Poseen más de 3.500 volúmenes que prestan a pedido. Despedirán el año con la actuación del Coral Jacarandá. Para información y colaboración, Facebook Biblioteca Cronopios.

 

Las bibliotecas populares se extienden por todo el territorio nacional; su objetivo no sólo es promover la práctica de la lectura, sino también facilitar el acceso a actividades culturales a sectores tan dispares como niños, adultos y tercera edad.

Ciudadanos inquietos, que ponen tiempo y saberes en función de sus vecinos, llevan adelante estas iniciativas. Tal el caso de la Biblioteca Popular Cronopios, ubicada en Solís 153, Villa La Ñata, cerquita de la entrada La Beatriz. Allí, hace ya dos años, Alejandra, Noelia, Teresa, Lola y muchos otros iniciaron la aventura de generar un espacio que estaba faltando en esa comunidad. “Ni en La Ñata ni en Dique hay un lugar para imprimir un trabajo práctico, tampoco hay una librería. No hay un lugar donde sacar material, no hay acompañamiento en la búsqueda de información, entonces lo primero que surge en gloogle es lo que se toma”, cuenta Lola. Y claro, el Rincón del Vago no ofrece el mejor material.

Dado que la biblio Cronopios aún no tiene un espacio físico al que se pueda concurrir, presta sus servicios a pedido: mail, facebook, whatsapp están a disposición de los vecinos. Como es sabido, a los cronopios nada los detiene.

Actualmente trabajan con extensión en colegios, jardines, centros comunitarios y de salud: mochilas viajeras llevan cuentitos a los niños más pequeños; libros de textos a estudiantes secundarios o la información necesaria para que una futura enfermera haga su monografía. Así van sembrando cronopios por los caminos, convencidos de que cada niño, que escuche los cuentos de estos voluntarios, pensará, antes de arrancar una flor, “es una crueldad inútil”.

Si alguna institución les comunica que están necesitando un profesor para dar, por ejemplo, un curso de carpintería, allí van los cronopios en busca de un voluntario. Muchos de sus socios son artistas que ya se han ofrecido para dar talleres, por eso los cronopios están juntando materiales y pesitos para tener un edificio de ladrillos como lo requiere la Conabip; por su parte, a ese futuro edificio, le harán las adecuaciones necesarias para que no sea discapacitante.

Aunque oficialmente la biblioteca se inaugurará en abril de 2018, “ya tiene identidad”, pues saben lo que son y lo que nunca serán. Famas, abstenerse.

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