Sin patio, sin agua, sin gas

, Instituciones

La comunidad educativa de la primaria N° 44 de Ricardo Rojas espera una solución. Con una matrícula de 600 estudiantes en dos turnos, los niños y niñas comparten el baño con la escuela secundaria, no tienen comedor, no tienen cocina. Una empresa contratada por el gobierno de María Eugenia Vidal abandonó la obra en 2018.

        Ricardo Rojas es un barrio periférico del Partido de Tigre. Es una barriada popular, típica de cualquier Partido del conurbano bonaerense, es decir que dista mucho de parecerse a las postales con que se promociona Tigre. Allí está la escuela primaria 44, que “era la mejor de la zona, pero hace algunos años se deterioró y los chicos tuvieron cada vez menos clases, por falta de agua, por falta de luz”, dijo Viviana Castro, una vecina que tiene una larga historia con el colegio: llegada de Chaco en la década del 80, terminó su primario allí; una hija egresó hace poco y actualmente tiene un hijo en 5° grado.

        En 2016 se inició una obra que supuestamente era para hacer mejoras, pero “llegó una empresa que destruyó todo el colegio”, sintetizó Viviana.

        La empresa destructora levantó paredes en el patio, por lo cual los niños dejaron de hacer educación física; surgieron problemas con el agua, la luz, el gas. La obra fue abandonada en 2018. Por aquel entonces, la concejal Roxana López anduvo por el barrio, pero como diputada no volvió nunca más. “Yo le mandé dos mensajes por privado, los vio, pero no me contestó”, contó Viviana que, por supuesto, sigue esperando.

        Hoy la escuela está sin gas, sin cocina, con un solo baño para todo el personal (aproximadamente 50 personas) mientras los niños deben compartir, tanto el baño como el patio, con la escuela secundaria. Por todos lados hay maderas, chapas y material en desuso abandonado por la empresa que, según Viviana, perdió los planos, por lo cual el trabajo no puede ser retomado por otra. A todo esto, hay que sumar una invasión de ratas.

        Las paredes que levantó la empresa destructora “están apuntaladas con peligro de derrumbe”, señaló Viviana y continuó: “Cuando nos quedamos sin agua, el Consejo Escolar instaló una canilla para toda la escuela. Desde hace años, los chicos no toman nada caliente porque no hay gas ni cocina. Antes de las vacaciones de invierno, empezaron a ir dos horas una vez por semana”.

        Durante el período pandémico, la escuela funcionó sólo para entregar los bolsones de alimento enviados por el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Las madres se preguntan por qué no se aprovechó para poner el colegio en condiciones, ya que necesitan que sus hijos tengan todos los días clases en un edificio digno que les asegure que los niños y niñas no corren riesgos.

La herencia cambiemita

        En 2018, cuando la empresa se fue, las madres comenzaron a reclamar en la Dirección de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, donde les prometieron “mejoras, pero no hicieron nada”.

        Desde aquel entonces, los chicos no pueden circular libremente por el colegio dado el desastre que dejó la empresa destructora contratada por el gobierno de María Eugenia Vidal. Supuestamente, la mejora iba a ser un comedor, pero ocupando el patio donde los niños hacían el recreo y educación física. ¿Quién habrá aprobado los planos de esa refacción?

        Las escuelas de la provincia de Buenos Aires fueron atacadas por igual durante el gobierno de Cambiemos: en la periferia o en pleno centro de Tigre, iniciaron refacciones que, en algunos casos, concluyeron gracias al batallar de la comunidad educativa, pero fundamentalmente sirvieron para gastar dineros públicos y empeorar las condiciones edilicias de los colegios del Estado.

        Durante los 4 años de gobierno de María Eugenia Vidal, el presupuesto educativo cayó un 20%; canceló el plan Conectar Igualdad; redujo el plan Progresar en 59%; redujo un 37% los programas de Infraestructura y Equipamiento; cerró los bachilleratos de adultos; cerró 47 escuelas rurales; intentó cerrar 8 escuelas del delta; en 50 distritos se declaró la emergencia edilicia. Ante un auditorio de rotarios, Vidal declaró que las universidades del conurbano bonaerense no tenían sentido porque los pobres no van a la universidad.

        Durante la campaña electoral de 2015, la Alianza Cambiemos (actualmente Juntos o Juntos por el Cambio) prometió la construcción de 3.000 jardines de infantes: no construyó ninguno; prometió revalorizar a los maestros y durante los 4 años de gobierno de Mauricio Macri, en todas las provincias, los aumentos salariales quedaron debajo de la inflación. Ya en el gobierno, el presupuesto destinado a educación y cultura decreció y, proporcionalmente, aumentó el pago de los intereses de la deuda externa; se redujo el presupuesto de los Institutos de Formación Docente; se cerraron carreras terciarias.

        El desastre provocado por la Alianza Cambiemos (Pro, Juntos por el Cambio, Juntos) en todo el país y la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires será difícil de reparar. Aun así, la comunidad educativa de la escuela primaria 44 de Ricardo Rojas, a pesar de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, cree en la educación pública, por eso sigue buscando una solución.

Por Mónica Carinchi

Deja una respuesta