Los sentimientos

, Sociales

Las piedras caen, las plantas crecen, pero sólo los animales actúan. Los animales se comportan de modo distinto según las circunstancias externas y los estados emocionales internos en que se encuentran.

Cualquier conocedor de los perros o de los hombres, por ejemplo, se da cuenta de que a veces sienten celos, ternura o agresividad, curiosidad o aburrimiento, miedo o frustración, placer o dolor, tristeza o alegría. Todas estas afecciones son características de los seres que tienen alma o ánima, es decir de los animales. En efecto, la palabra castellana animal procede de la latina ánima, que significa alma. La noción cotidiana de ánima implica la vida – por eso a los seres sin vida los llamamos inanimados – y las sensaciones, sentimientos y emociones – por eso decimos de alguien con un nivel emocional bajo que está desanimado-.

Finalmente, asociamos el alma con una cierta subjetividad, con la capacidad de reflejar el mundo desde dentro. Todas estas características se dan en los animales y (juntas) sólo en ellos. Sin embargo, el alma no es ningún fantasma caído del cielo, sino el resultado de la actividad del sistema nervioso. Así como la digestión es la función del aparato digestivo, las funciones anímicas son (algunas de) las funciones del sistema nervioso.

Aristóteles dedicó más páginas a los animales que a ningún otro tema. Al famoso filósofo, agudo observador y hombre de gran sentido común, nunca le pasó por la imaginación la idea de que los animales pudieran carecer de emociones o de cualquier otro estado psíquico durantes ese período.

La tranquila aceptación de la evidencia por Aristóteles fue sustituida más tarde por el mito del presunto abismo entre los hombres, hijos de Dios y portadores de almas inmortales, y los demás animales, meras cosas. Por suerte llego Charles Darwin y la ciencia puso las cosas en su lugar.

A Darwin, el más cuidadoso observador de la conducta animal de su tiempo, no le cabía la más mínima duda de que los animales tuviesen sentimientos y emociones, y los expresasen de modos inequívocos.

En 1871 publicó “El origen del hombre y la selección con relación al sexo”,  donde expresó rotundamente que “no hay diferencia fundamental entre el hombre y los mamíferos superiores en cuanto a sus facultades mentales”, señalando que las diferencias son graduales y que, dentro de ese continuo, “hay un intervalo mucho mayor en potencia mental entre uno de los peces más primitivos, como la lamprea, y uno de los grandes simios, que entre un simio y un hombre.

Para Darwin “es obvio que los animales inferiores, al igual que el hombre, sienten placer y dolor, felicidad y miseria. La felicidad nunca se exhibe tan claramente como cuando juegan juntos animales jóvenes, tales como los gatitos, los cachorros, los corderos, etcétera, al igual que nuestros propios hijos, y el hecho de que los animales no humanos se excitan con las mismas emociones que nosotros está tan bien establecido que no son necesarios muchos argumentos.

Toda esta lectura valió la pena reproducir para comentar la historia de amor emocionante acaecida este ultimo mes de octubre.

 

Amada y herida por los disparos de un malvado

Un galán enamorado cruza medio planeta para verla cada año pese a las dificultades. Esto que parece el argumento de una película, es un compendio del amor de dos cigüeñas que ha cautivado a Croacia.

Cada primavera el país se emociona a la espera de que el macho “Rodan” regrese de África al país balcánico para reunirse con “Malena”, que no puede volar desde que un balazo le destrozó un ala hace 18 años.

La pareja de aves ofreció este año un espectáculo de alegría, ya que en su nido hay cuatro polluelos recién nacidos, mientras que dos más están por salir de los huevos, informó la prensa local.

Malena fue hallada herida en 1993 en el campo cerca de Slavonski Brod, una ciudad a unos 200 kilómetros al este de Zagreb, con el ala destrozada por los balazos de un cazador italiano.

Stipe Vokic, portero de una escuela primaria cercana, la cuidó, logró curarla y le hizo un nido en el tejado del colegio.

Hace nueve años, Rodan se “enamoró” de Malena, que no puede acompañarlo en otoño en su largo vuelo migratorio a África.

Durante el invierno, Vokic (el portero) cuida y alimenta a Malena, pero cada primavera cuando regresa Rodan, éste se ocupa de ella, le lleva comida fresca, repara el nido y alimenta a los polluelos. “Es una relación tan tierna que se podría hacer una película de amor sobre ellos”, aseguró Vokic al rotativo croata Vecernji List.

En el mes de julio, Rodan enseñará a los seis polluelos a volar, y a mediados de agosto emprenderán juntos el vuelo a África. “Cada año se me parte el corazón cuando llega la hora de que se vayan. Rodan llama a Malena para que se vaya con él, pero ella no puede. Han criado juntos hasta ahora a 35 cigüeñas”, asegura Vokic.

Esta primavera, la prensa croata publicó la triste noticia de que Rodan no había vuelto y seguramente le había pasado algo en África, pero para alegría de todos volvió a aparecer, aunque más agotado que nunca.

Las cigüeñas que anidan en Croacia hacen cada año un largo camino de 13.000 kilómetros por el valle del Nilo hasta Sudáfrica, viaje en el que tienen que afrontar muchos peligros y penurias.

Extraído del boletín mensual del Club Social Alberdi

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