Regalos con historia

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Próximamente presentará su libro sobre el Normal de San Fernando. Roberto Carleo tiene especial atractivo por los relojes, pero en su colección particular se pueden encontrar objetos muy disímiles.

 

Además de rastrear la historia del partido de San Fernando, Roberto Carleo heredó la afición por coleccionar antigüedades. “Mi bisabuelo era un comprador compulsivo de antigüedades, los sábados almorzaba a las 11 y luego el chofer lo llevaba a todos los remates del centro. La afición siguió en todos los varones de la familia. Yo voy todos los días a algún remate”. Tantos son los objetos que colman su casa, que su esposa dice que tiene el síndrome de Diógenes.

Desde luego que fundamentalmente atesora todo lo que tiene que ver con la historia de la localidad que lo vio nacer, por lo cual espera que el Museo Ciudad de San Fernando le dé “5 o 6 habitaciones para armar el espacio de los pioneros porque son los que hicieron el pueblo, son los empresarios de San Fernando, los que vivían aquí; en cambio, los apellidos aristocráticos sólo venían a veranear”. Roberto donaría muchos objetos, pues los descendientes de aquellos pioneros le han hecho muchos regalos.

Su pasión por las antigüedades lo llevó a lamentarse por la pérdida de los restos del puente de ñandubay que fue encontrado cuando se hizo el túnel debajo de las vías del ferrocarril Mitre: “No se permitió entrar a los historiadores, así que eso fue a parar a la basura; al obrador sólo le interesaba terminar. Nosotros, lamentablemente, no fuimos escuchados. Qué tristeza, porque se hubieran podido rescatar trozos del puente”.

 

Las quintas y sus dueños

“San Fernando contó con 190 mansiones y hoy sólo quedan 25. En el aspecto edilicio, desde 1870 en adelante, este partido fue mucho más importante que San Isidro, que tiene más pasado colonial”.

Una de esas mansiones fue de la familia Jacobé. En 1996 fue adquirida por el Municipio transformándola en el Museo Ciudad de San Fernando. “La quinta fue hecha en 3 períodos, por eso tiene 3 estilos: francés de campo, neoclásico y románico. Tiene riqueza histórica y edilicia, aunque está toda mutilada porque la última de las nietas no tenía ningún interés en conservarla. La parte más bonita es el fondo porque los carruajes entraban por allí, entonces – como los palacios franceses – tiene el patio de honor con unas rejas espectaculares”. Martín Jacobé fue presidente de la organización del Congreso Eucarístico de 1934, entonces “la quinta fue remozada con vitraux que hizo la Casa Struch, la misma que los hizo en la casa de gobierno. Subiendo la escalinata hay un gran vitraux que es un ángel sexuado, por eso pensamos que representa a doña Elvira”.

En cuanto al mobiliario, Carleo aclaró que “no queda nada”, aunque él conserva un pianoforte: “Para los 25 años de casados, don Martín Jacobé le compró a doña Elvira un piano francés y el pianoforte italiano que tenían se lo vendió a la familia Verón. Las dos concertistas de la familia murieron y la nieta me buscó y me lo regaló. Es una pianola, pasa la música por dentro”.

Carleo llegó a conocer a doña Elvira Elizalde de Jacobé: “Era muy delgado, vestía de negro riguroso, con un cuello blanco. Cuando se enfermó, la cuidó su hija monja, que hizo votos de pobreza y murió en el hospital de San Miguel. Doña Elvira murió con un rosario en la mano que nunca le pudieron sacar. Fue una mujer que fundó muchas instituciones de bien público. Una vez trajeron museólogos de Córdoba para hablar sobre la casa y dijeron que la quinta fue sólo para ricos, entonces yo los interrumpí y aclaré que esa fue la única quinta donde los pobres hacían cola sobre la calle Ituzaingó, todos los meses, para buscar una bolsa de comida”.

Sobre la avenida Libertador se encuentra la quinta de los Montes de Oca, que “es de menor cuantía, además, las religiosas fueron loteando todo. Allí están enterrados Manuel Montes de Oca y Julieta Montes de Oca, a la que exhumaron hace unos años y la encontraron intacta, porque los que morían de fiebre amarilla vomitaban sangre y todos los fluidos corporales, entonces los cuerpos no se descomponen”.

También el colegio San Luis tiene su historia: “Fue un asilo para niñas de la calle. Cuando las nenas tomaban la comunión, su fundadora, Enriqueta Lezica de Dorrego, iba a Francia a comprar las telas para hacerles los vestidos. Allí se las preparaba para ser amas de casa. Cuando doña Enriqueta murió, su hija donó, lamentablemente, a una congregación religiosa el lugar y le sacaron los vitraux, las estatuas traídas de Francia y transformaron el asilo en un colegio para ricos”.

Sobre el Palacio Sans Souci, Carleo especificó que “es de menor importancia porque data de 1924. Carlos María de Alvear fue a Europa y le compró los planos de 3 residencias a René Sergent: uno, el Sans Souci, que jamás supimos los sanfernandinos que se llamaba así, para nosotros siempre fue la quinta Alvear; el otro, lo que hoy es la casa del embajador de Estados Unidos, en la capital; y el último, el Museo de Arte Decorativo”.

 

El Normal de San Fernando

“Teniendo en cuenta el famoso colegio normal que Sarmiento había fundado en Paraná, un grupo de vecinos, entre ellos el señor Quinquela, tuvo la inquietud de abrir uno aquí”. De esta manera, el 20 de mayo de 1912, la Escuela Normal Mixta comenzó a funcionar. “El predio donde está actualmente fue comprado por suscripción popular. Enfrente del colegio estaba lo que la gente llamaba ‘la Quilmes’, que en realidad era la Destiladora del Norte, representante de la cerveza Quilmes”.

Carleo hizo el libro, que presentará próximamente, sobre los 100 años del famoso Normal: “Tristemente, no encontré archivos. Un vecino me facilitó los boletines de su madre. También conseguí un libro sobre cómo debían vestir las alumnas normalistas, con el delantal bajo el tobillo y un moño grande”. Su ansia por saber más lo condujo a un hallazgo interesante: “Los Gilardi fueron un matrimonio de italianos muy pobres. Su hijo, Gilardo, fue un músico famoso, sus obras andan por el mundo. En el año 37 escribió la Marcha al Colegio Normal y yo la encontré”.

Cuántas otras cosas seguirá encontrando?, seguramente es una pregunta que se hace él y sus ávidos seguidores.

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