Una huerta agroecológica en el paraje Molino Viejo en Tandil, gestionada por tres personas jubiladas. Se autoabastecen y venden el excedente. Son especialistas en plantines de frutillas. Para contactarse www.antuserrano.com.ar y Facebook Antu Serrano Tandil.

        En una tarde que no supera los 10 grados, después de una noche helada, nos dirigimos hacia un predio a pocos minutos del centro de la ciudad de Tandil. Son dos hectáreas trabajadas agroecológicamente por tres personas. No son campesinos, son dos jubiladas y un jubilado que, hace 3 años, encontraron un nuevo horizonte para sus vidas.

        “Antes tenía 17/10 de presión, no podía dormir, tomaba remedios. Desde que como sólo nuestras verduras, se me pasó todo, no tengo más problemas”, comentó Eduardo, caminando entre los surcos que ahora están casi vacíos porque las heladas continuas castigan la producción. “Cuando me jubilé, no podía quedarme entre las 4 paredes de mi casa”, dijo Silvia, mirando con sus ojos llenos de alegría a los presentes. Por su parte, Gladis aclaró: “La búsqueda fundamental es llevar una vida más saludable. La idea básica es el autosustento, con la caja de verduras que nos llevamos a casa, estamos más que agradecidos”.

        Se conocieron en un curso de huerta orgánica. Cuando terminó, arrancaron en sus casas, haciendo huertas colaborativas. Pero los patios ya les quedaban chicos cuando apareció una familia solidaria que les dijo “de ese arbolito para atrás, hagan lo que quieran”. Así nació Antu Serrano, un emprendimiento agroecológico que está en continuo crecimiento.

La diversidad es la clave

        El producto estrella de Antu Serrano es la frutilla. “Nosotros no buscamos el fruto, sino generar plantines”, especificó Eduardo. Y justamente como ése fue el objetivo, generaron una variedad muy prolífica: en 2021 vendieron más de 5000 plantines y este año superarán esa cifra. Tienen compradores en Chubut, Salta, La Pampa, Río Negro y, por supuesto, provincia de Buenos Aires.

        Los tomates se dan muy bien, como el ají, las verduras de hoja y el zapallo. También producen topinambur o papa de los celíacos y diabéticos, un tubérculo que tiene muchas propiedades nutricionales y curativas ya que ayuda a reducir los niveles de colesterol.

        Producen muchas hierbas medicinales y con ellas hacen deshidratados. “Cuidamos que no se quemen, que no pasen los 40 grados para que conserven todas sus propiedades”, dijo Silvia señalando la deshidratadora casera que pronto será reemplazada por otra, también caserita, pero más grande.

        Tienen proyectado plantar papa, cebolla, batata y árboles frutales; hacer mejoras como una cortina forestal con álamos, además de incorporar alguna pequeña maquinaria.

        El frío empuja a retirarse, pero el entusiasmo de los tres huerteros genera las ganas de volver a visitarlos. Para tomar contacto, Facebook Antu Serrano Tandil y el Instagram @antuserranotandil2019.

Por Mónica Carinchi