“El agua no entiende de divisiones políticas”

Unidos en defensa del agua como bien común. Organizaciones de la sociedad civil, profesionales, políticos se han reunido en el Parlamento por el Agua. La ingeniera María Eva Koutsovitis, secretaria académica del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UBA, expuso sobre las inundaciones de Semana Santa y compartió su experiencia con este medio.

 

        El agua es imprescindible para la vida; no sólo para las personas, es un recurso esencial para todos los seres vivos. Por esto debemos proteger todas nuestras fuentes de agua.

        A la hora de decidir dónde vivir, el agua es un recurso importante: es necesario tener agua potable para el consumo, agua limpia para la higiene, aguas no contaminadas en ríos y lagos para el mantenimiento de la flora y la fauna.

        El ciclo hidrológico es esencial para la regulación del clima. El cambio climático está afectando dicho ciclo, de ahí las tormentas inusuales y las inundaciones no habituales. Cuidar nuestras fuentes de agua – superficiales o subterráneas – es esencial no sólo para las generaciones futuras, sino también para la actual.

        Para coordinar, entonces, todas las luchas y propuestas en defensa del agua como un bien común, surgió en nuestro país, en 2012, el Parlamento por el Agua, foro conformado por diversas organizaciones ambientales, de derechos humanos, territoriales y legisladores nacionales, provinciales y municipales.

 

Agua mal utilizada

        Entre el 3 y 5 de mayo se realizó, en Neuquén, el 2° encuentro del Parlamento por el Agua. En esta oportunidad, el tema convocante fue “No al fracking”, método que consiste en inyectar, en la tierra, agua con arena y aditivos químicos para favorecer la salida de gas y petróleo. Además de (mal) utilizar grandes cantidades de agua, los aditivos son tóxicos, por lo cual contaminan las aguas subterráneas, la tierra y el aire que se respira.

        “La provincia de Neuquén está muy atravesada por esta problemática. Ya el resultado de la extracción convencional ha generado consecuencias terribles, sobre todo para los pueblos originarios que han sido desplazados y reprimidos por las grandes petroleras que han hecho, además, abandono de los pozos de cualquier manera. Han dejado contaminado el suelo y las aguas”, explicó la Ingeniera María Eva Koutsovitis.

        Sobre este tema también expusieron: Asamblea de Entre Ríos, organizados contra el saqueo; la comunidad Wincul Newen, acosada permanentemente por las empresas petroleras; el grupo Reciclópatas, con su propuesta de arte y reciclaje. Asimismo, estuvo presente la experiencia europea: la Asamblea de Cantabria contó sus acciones contra el fracking a través de una videoconferencia.

 

El agua mala: inundaciones

        María Eva Koutsovitis participó en el Parlamento por el Agua como secretaria académica del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UBA y como integrante del Foro Hídrico de Lomas de Zamora.

        Su intervención estuvo relacionada con las últimas inundaciones de Semana Santa: “Fueron provocadas por muchas causas: intensidad de la tormenta, capacidad de infiltración del suelo, infraestructura. Los 3 elementos determinan que una cuenca se inunde o no. Pero, además, cuando hay tragedias tan grandes, hay otros aspectos a tener en cuenta: qué pasa con los sistemas de alerta, con los planes de contingencia y con algo que es básico: debemos manejar el tema a nivel de cuenca, no se puede separar en capital y provincia. El agua no entiende de divisiones políticas”.

        O sea que María Eva remarcó algo que es elemental: necesidad de políticas públicas generales, que “están ausentes porque los organismos gubernamentales, durante la década del 90, han sido desmantelados, entonces, actualmente no hay cuadros técnicos para que, en conjunto con la sociedad, puedan delinear políticas públicas”.

        Por otro lado, obras heredadas de épocas en que el paradigma científico despreciaba a la naturaleza, también generan consecuencias graves: “Durante las décadas del 40, 50, 60 se entubaron los arroyos naturales y de esa manera se invisibilizó el riesgo hídrico. Hoy está sumamente discutido entubar cursos de agua, ya que se pierde – desde el punto de vista sanitario – el control de ese riesgo; además, el curso de agua pierde la capacidad de autodepurarse, por lo tanto muere, es decir que el ecosistema que lo circunda, desaparece”.

 

Los ingenieros se han dado cuenta de que esa “solución” no es efectiva

        “Por suerte, la sociedad civil ha ganado este debate por lo cual, hoy, entubar un curso de agua ya no es aceptado”.

        La ingeniera, especializada en hidráulica, aseguró que una tormenta que hace 20 años no inundaba, hoy sí inunda y esto es por el uso del suelo: “Hay un mercado inmobiliario que no tiene controles ni regulación”.

        El exceso de cemento y pavimento que se coloca donde antes había quintas que proveían de alimentos frescos a la ciudad de Buenos Aires, entre otras cosas, parece ser parte de un plan conducido por ignorantes o extraviados mentales: “Cuando hay precipitaciones, lo primero que pasa es que el agua se infiltra y lo que no se infiltra, escurre. Ésta es el agua que tenemos que tomar con infraestructura, pero si impermeabilizamos todo, no hay infraestructura que pueda conducir esos excesos. Es mucho más sencillo, en término políticos, pavimentar – porque es fácil y barato – que enterrar dinero, es decir enterrar cloacas, sistemas de distribución de agua potable, desagües. Donde no existe esta infraestructura, colocar pavimento es terrible! Porque el agua que cae, inunda porque no tiene desagüe que la recolecte! Primero hay que hacer sistemas de cloacas y desagües y después pavimento que, quizás, no es necesario! Porque se pueden colocar adoquines, que permiten la infiltración o un mejorado que también permite la infiltración”.

        La especialista indicó que existe tecnología de hormigones porosos que pueden almacenar, por un tiempo, agua, aunque en Argentina no se han implementado aún. Evidentemente, hay decisiones que deben ser revisadas ya que “las obras públicas se hacen con dinero público, por lo tanto la sociedad tiene que debatir qué riesgo acepta tomar en su infraestructura. Además debe haber acceso a la información porque son muy pocos los que deciden por todos, deciden por nuestras vidas y después aparecen los muertos, como en La Plata”.

 

        “La ingeniería requiere de un altísimo sentido común” aseguró María Eva Koutsovitis. Sin embargo, muchas de las catástrofes ocurridas en los últimos tiempos están provocadas por obras que no hubieran tenido que hacerse nunca. ¿Qué está ocurriendo?

        “La Facultad (de Ingeniería) en las últimas décadas ha vivido a espaldas de la comunidad, se ha encerrado en sí misma, se quedó sin contexto y la ingeniería sin contexto no existe porque nosotros trabajamos con la comunidad. Hay un debate que debemos instalar: cuál es el ingeniero que queremos formar y para qué. Es el desafío que tenemos, someter cuestiones del ámbito científico-académico al debate colectivo. Soy una gran defensora de esta idea”.

        Los integrantes del Departamento de Hidráulica están realizando trabajos con organizaciones comunitarias: “En general las ideas que tiene la gente son buenas. Es un error de los ingenieros encerrarse en el gabinete y bajar la solución. Si la gente tiene una idea, hay que escucharla, porque en general, necesitan constatar, con el que tiene el conocimiento técnico, que aquello que están pensando como solución es correcto y, cuando las soluciones parten de quien padece el problema, en general son muy buenas. Este es un ejercicio que los ingenieros no están acostumbrados a hacer”.

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