Para papel, mejor el ecológico

Una emprendedora que se hizo eco del nuevo paradigma. A partir de una búsqueda espiritual, Mariana Rovegno dio origen a Eco Comunicación, un emprendimiento que ofrece soluciones en papelería, librería, gráfica y marketing verde. Su marca Eco-Papel es un papel ecológico, íntegramente nacional, libre de cloro y embalado en polietileno recuperado. Podés conocer sus productos en facebook:/eco.comunicacion.argentina

 

Descontracturada, con una sonrisa contagiante y dedicada a preparar el lugar para recibirnos, Mariana Rovegno nos abrió su oficina y su corazón, contándonos la historia de su emprendimiento Eco Comunicación.

Licenciada en Relaciones Públicas, en los primeros años del nuevo milenio logró poner su propia agencia de comunicación. “Por algo la llamé Eco Comunicación; en aquel momento era por la voz que va y vuelve. En esta nueva etapa se le sumó el sentido verde”, ya que en su nuevo emprendimiento, lo que la naturaleza nos da, vuelve a ella después de ser utilizado.

En el 2009, un acontecimiento familiar le produjo un cimbronazo que la disparó hacia una búsqueda espiritual. “Me  inicié en el vegetarianismo y así me hice consciente del proceso de la alimentación. El ejercicio de mirar qué hay detrás de los alimentos me generó un cambio radical y me empujó a ver qué hay detrás de todas las cosas”.

Todos sabemos, aunque muchos prefieren hacer que lo ignoran, que detrás del pollo que se pone en la mesa familiar hay mucho sufrimiento; detrás de una resma de papel de blanco inmaculado, ¿qué hay?

 

La energía del papel

Ya vegetariana, Mariana continuaba con su agencia de comunicación. “El marketing busca impulsar el consumo y en un momento me dije ‘esto no lo puede hacer más, si lo que hay que hacer es consumir menos, no estoy siendo coherente con lo que pienso’”. Empezó a preguntarse, por lo tanto, qué otra cosa podía hacer.

Por ese entonces ya usaba papel reciclado, que siempre compraba en el mismo lugar. “Un día fui a comprar y no había; volví y no había, hasta que la empleada me dio el número de teléfono de la papelera para que yo averiguara”.

Llamó, conversó con el dueño, que le dijo que ya no vendería más y días después, se despertó de repente y dijo: “Papel reciclado”.

Esa otra actividad que estaba buscando se concretó. “Quise ayudar al dueño de la papelera y no quiso, pero me dio ideas. Empecé a revender. Investigué, descubrí el mundo del papel, que está acaparado por empresas muy grandes. Creo que entré inconscientemente en ese mundo”.

Empezó a trabajar en un cuarto de su casa, después pasó al garaje. Pero su nuevo trabajo no podía limitarse a revender, quería darle un sentido especial a su emprendimiento. Hizo cursos de emprendedores que le generaron gran entusiasmo. “Hay que sacarse el miedo y probar”, alentó Mariana.

Inició sola la aventura, pero tuvo amigas que la apoyaron. “Las consultaba como si fuesen mis socias. También se me presentaron obstáculos, pero eso hizo que fuera por más. Hay que seguir el llamado que uno siente”.

El primer año embalaba de noche, hasta las 3 de la mañana y, mientras trabajaba, reflexionaba sobre la vida. “Sentía que ponía toda esa energía positiva en las resmas!”.

Ahora ya son 3 personas; del garaje pasó a un bonito local. Con mucha experiencia de su primer trabajo y absoluta decisión en éste, Mariana expresó: “Queremos ser puente de cambio, crear conciencia, no sólo vender un producto. Es difícil porque implica mover al otro del lugar del confort, de lo habitual, pero es entusiasmante!”.

 

El poder de la magia

Eco-Papel es la marca que Mariana Rovegno instaló en el mercado. Para estar completamente segura de su composición, llevó una muestra de papel al Inti. “Está hecho con bagazo de caña de azúcar y un pequeño porcentaje de papel reciclado, de pre y post consumo”. Está libre 100% de cloro elemental y su embalaje está hecho con polietileno recuperado.

“Descubrí que la hoja envoltorio de las resmas no es reciclable porque es papel laminado y, si bien se puede separar el laminado del papel, no hay quién lo haga. Me dije que había que inventar uno nuevo, busqué y encontré un envoltorio de polietileno recuperado. Así bajamos la huella de carbono del consumidor que puede colocar el envoltorio con sus residuos de plásticos reciclables”.

Una anécdota: en el negocio donde consiguió el plástico recuperado, tardaron en ofrecérselo, porque, según ellos, no es muy bonito. “¡Pero es amigable con el medio ambiente!”, gritó Mariana.

A las típicas resmas, ahora agregó papeles de 65×95. “La fábrica se animó con este formato y, además, están usando tintas al agua!”.

En cuanto a los precios, destacó: “Si una persona piensa en comprar un producto reciclado o ecológico, pero le sale el doble, entonces lo va a pensar. Hoy esta resma tiene el mismo precio que una resma común. Entonces la persona no decide por una cuestión económica, sino por conciencia ambiental”.

Por otro lado, su espíritu inquieto la llevó a armar una red de productores independientes, lo que le permite ofrecer un servicio integral en librería, papelería, gráfica, publicidad. “Los clientes vienen con una idea y aquí desarrollamos el producto y, además, le hacemos el marketing verde, que no lo cobramos, es de regalo”.

En esta época están a full con los regalos empresariales. “Ya hay una conciencia en las empresas que buscan regalos sustentables. Antes se regalaban, por ejemplo, cosas de cuero, pero ahora hay regalos de cartón, que es un mensaje claro de lo que se quiere transmitir”. Mariana señaló una dificultad al respecto: “Me encantaría encontrar productores locales. Uno de los problemas que tenemos, es el volumen de ventas. Pero hay muchos desarrollos para hacer”.

Y como su costumbre es generar ideas, terminó confiándonos una clave: “Lo que uno hace tiene que tener, también, un beneficio para otros. Cuando se ayuda a otro, el emprendimiento tiene una magia especial. Entonces, va a funcionar”.

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