Educación y civilidad, pilares del nuevo país

Las transformaciones sociales durante la Segunda República Española. Aspectos de la vida que seguían regidos por la iglesia, pasaron a ser derechos civiles. Las mujeres pudieron elegir y ser elegidas para cargos públicos. Se trabajó fuertemente para erradicar el analfabetismo y acercar la cultura a los sectores populares. Hecho real en que se basó La lengua de las mariposas.

        Con una historia dominada por la aristocracia y el clero, la 2° República que nacía con el optimismo de generar transformaciones sustanciales, tuvo que luchar contra un sustrato cultural conservador y reaccionario. La nueva Constitución de 1931 enunció la derogación de todo tipo de privilegio jurídico, ya sea de filiación, sexo, clase social, riqueza, ideas políticas o religiosas.

        En relación a las mujeres, María Matarán, hija y nieta de republicanos llegados a Argentina en 1950, dijo: “Desde tiempos inmemoriales, en España las mujeres fueron ‘ángeles del hogar’ y aunque muchas se oponían a este mandato social, fue sólo la instauración de la República la que permitió que se iniciara una nueva historia para ellas. Las reformas igualitarias permitieron que ocuparan lugares públicos”.

        Efectivamente, la 2° República tuvo diputadas y la primera ministra europea: Federica Montseny, ministra de Sanidad y Asistencia Pública; también permitió que las mujeres concursaran para cargos públicos, fomentó su participación política y sindical. Es decir que quedó atrás la etapa en que las mujeres pasaban de la patria potestad a la potestad marital ya que, antes, por ejemplo, para trabajar debían tener la autorización del marido y entregarle el salario.

        El derecho al voto femenino fue sancionado por 4 votos a favor y después de encendidos debates. “Esto demuestra que la República era un sistema democrático naciente que tenía, en el poder, sectores de izquierda y también de derecha. Por ejemplo, Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República de 1931 al 36, era católico, terrateniente y había sido funcionario de Alfonso XIII. O sea que en la República no sólo no se estaba implementando el comunismo, sino que había funcionarios que llegaban desde la monarquía”, explicó la Lic. Mónica Puertas, para desmitificar la gran mentira del franquismo: que la República era un hervidero de comunistas pro rusos que estaban poniendo patas arriba el país.

        El nuevo sistema político buscó encaminar a España hacia la modernidad, separando Estado de Iglesia. Por esto la ley de matrimonio civil, así como el divorcio encontraron gran oposición en los sectores identificados con el clero, acostumbrado desde siempre a entrometerse en la vida familiar.

Educación y cultura para el pueblo

        Los republicanos debieron gobernar un país empobrecido económica, social y culturalmente. Las zonas rurales mostraban datos alarmantes: 37% de analfabetismo en hombres, 48% entre mujeres (“Consuelo tenía 12 años…aunque era una niña, trabajaba todos los días. Salía temprano con las ovejas…Allá arriba se encontraba con otros chicos…Hablaban de la escuela, a la que no concurrían más que en los días de nevadas o lluvias torrenciales. Los días en los que el clima les impedía trabajar”. La abuela civil española, de Andrea Stefanoni).

        La educación, entonces, fue uno de los pilares para la construcción del nuevo país. Se desplegó un programa de construcción de escuelas (más de 6000) y se formaron 19.000 maestros y maestras para combatir el analfabetismo. La escuela primaria fue laica, gratuita, obligatoria y mixta.

        La película La lengua de las mariposas, dirigida por José Luis Cuerda, presenta a un maestro republicano que termina apedreado por un niño, obligado a envilecerse por sus temerosos padres. Pero la historia real fue distinta: “Mi abuelo Ángel Matarán fue maestro en una escuela de Alhendin. Ahí retiró los crucifijos en cumplimiento de las disposiciones del Ministerio de Educación. Además, un día, cuando pasaba una procesión, cerró las ventanas. La gente creyó que fue en contra del acto religioso. Entonces cuando terminaron, fueron a la escuela y lo echaron, tuvo que salir corriendo y algunos chicos le tiraron piedras”.

        Además de soportar el recelo de algunos campesinos, los maestros cobraban muy poco, pero “siempre había alguien que se aparecía con una gallina o huevos”.

        Otra herramienta cultural fueron las Misiones Pedagógicas que llegaban a las zonas más aisladas, donde el único que aparecía era el recaudador de impuestos. Coincidían con días festivos cuando todo el pueblo se juntaba en la plaza; allí leían un mensaje oficial explicando la razón de su visita y motivando al pueblo a alfabetizarse ya que “sólo así habrá una nueva España”. Los misioneros leían poesías, representaban obras teatrales, organizan audiciones musicales, exponían el Museo Itinerante, explicando los cuadros. Cerraban siempre con el canto del Himno de Riego, Himno Nacional de la República.

        El gran poeta Federico García Lorca hizo su aporte al desarrollo de la cultura con La Barraca, un teatro itinerante en el cual se representaban obras tradicionales como Fuenteovejuna, de Lope. La Barraca estuvo integrada por estudiantes, por eso fundamentalmente salían en época vacacional.

        En Argentina, ya en 1935, miles de españoles recibían cartas que, sin querer decirlo directamente, denunciaban preocupación y malestar, informando sobre huelgas, fábricas cerradas, familiares que perdían trabajos. Los enemigos internos y la crisis económica mundial golpeaban sobre España y el gobierno republicano seguía intentando transformar el país. (continuará)

Por Mónica Carinchi

Deja una respuesta