A los españoles les robaron un pedazo de la historia. En su recorrido histórico denominado Guerra Civil Española en Buenos Aires, Mónica Puertas recupera la lucha de los hombres y mujeres que levantaron las banderas de un proyecto político democratizador que el proceso genocida franquista buscó estigmatizar.

        Como dijimos en números anteriores, el 14 de abril de 1931 se consagró la 2° República Española, que se propuso consolidar una democracia igualitaria y progresista. Las demandas sociales no tardaron en expresarse con fuerza, mientras los terratenientes, la burguesía, el clero y las fuerzas armadas confabulaban sistemáticamente. “En 1932 se dio el golpe del general Sanjurjo. Esto demuestra que es mentira la ausencia de planificación del golpe del 36. Los militares tuvieron la idea de exterminar a un grupo específico que intentó modificar el modelo económico, político y social que llevaba centurias. Por esto yo hablo de genocidio”, expresa Mónica Puertas, la socióloga que investiga sobre memoria histórica.

        La Sanjurjada fue rápidamente sofocada por el gobierno republicano. Pero, en la tarea de construir un mundo nuevo, las agrupaciones de izquierda se enfrentaron cada vez más y la derecha aprovechó para unificar todos sus cuadros. Así, en 1934, logró ganar las elecciones la Confederación Española de Derechas Autónomas que no tardó en dictar leyes de rebaja de sueldos y despidos masivos de trabajadores.

        Ante el gobierno que atentaba contra las conquistas laborales y sociales, las facciones más combativas declararon la huelga general, pero sólo en Asturias se acató. Cientos de desocupados asturianos ingresaron en las despensas de las familias adineradas y por esto fueron asesinados o torturados por las tropas de francisco franco que comandó la represión como un ensayo de lo que haría posteriormente.

        La derrota de la revolución de Asturias les demostró a los partidos de izquierda que sólo podían lograr el poder a través de las urnas. Se unificaron, entonces, en el Frente Popular y, aunque la derecha gastó una enorme cantidad de dinero en publicidad y tuvo todos los medios de difusión a su favor, el 16 de febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones.

        Mientras la prensa revolucionaria de toda Europa advertía sobre la brutalidad fascista, la burguesía financiera española apoyó la conspiración contra el gobierno republicano legítimamente elegido. Finalmente, el 18 de julio de 1936, francisco franco dio el golpe de Estado desde Marruecos. Los sublevados lograron instalar la idea de guerra civil, sin embargo, Mónica Puertas asegura que “de guerra civil no tuvo nada. El ejército sublevado fue ayudado por Italia y Alemania. Franco entraba por los pueblos y hacía masacres, fue terrorismo de Estado: violaciones, fusilamientos, enterramientos en fosas comunes. No hay paridad si de un lado está la gente y del otro el ejército”.

        En Buenos Aires, los migrantes españoles manifestaron claramente sus preferencias en bares de avenida de Mayo: Iberia, donde se convocaban los republicanos, y El Español, donde se reunían los franquistas. Además de lanzarse gritos de una vereda a la otra, también se lanzaban tazas y platos.

        Mientras tanto en España, la legión Cóndor de Alemania y la Aviación Legionaria italiana bombardearon Guernica el 26 de abril de 1937. “En España, el pueblo luchó contra el fascismo. Estuvo 3 años resistiendo. Eso fue la guerra civil, resistir para que no siguiera avanzando el terrorismo de Estado. Los españoles se habían dado cuenta de quiénes eran Hitler, Mussolini y Franco y se la revancaron contra los tres”, enfatiza Mónica Puertas.

        El 1° de abril de 1939, los denominados “nacionales” dieron por terminada la guerra, iniciándose la dictadura franquista que llevó adelante el proyecto político y económico de la clase dominante, asentándose en el terror y en el respaldo que siempre le dio la iglesia. A partir de ese momento, las cartas que llegaban a Buenos Aires estaban abiertas porque el franquismo se metió en la vida privada de los españoles: curas, monjas, guardias civiles, serenos, delatores y aduladores vigilaron la vida de todos y todas.

        En su recorrido histórico, Mónica Puertas va enlazando el pasado con el presente, Argentina con España, la memoria con la desmemoria y resalta: “A los españoles les robaron un pedazo de la historia, pero se puede revertir”.

        Henning Solhaug, integrante de la Confederación Sindical Noruega de Electricistas, declaró en 2019: “Los republicanos fueron los primeros que lucharon contra el fascismo en Europa. Estamos en deuda con ellos”.

Por Mónica Carinchi