“Mi propósito no es ser el mejor, sino enseñarle a los demás lo que yo sé”

Al ritmo del baile y la solidaridad. Practica break dance, un baile acrobático que no se estudia en ningún lugar. Forma parte del grupo Branding Style, es maestro pizzero y tiene un sueño: tener su propio estudio para enseñar a los niños. Se llama Wally y, gracias a la danza, en 11 años fue cosechando muchos amigos.

 

Con el pelito muy corto, muchos piercing en la cara y la ropa muy holgada, Wally anda por la vida con una pasión: bailar break dance. Tiene 22 años, todavía no terminó el secundario, aunque asegura que le gusta ir al colegio; tuvo muchos trabajos hasta que se encontró con la cocina: es maestro pizzero y, según dice, revolea las pizzas como lo hace con sus brazos y piernas cuando baila. Su sueño es tener su propio estudio de danzas. “Mi propósito no es ser el mejor, sino enseñarle a los demás lo que yo sé”, dice y en sus ojos se advierte sinceridad y alegría. Forma parte de un grupo, Branding Style, que está siempre dispuesto a integrar más jóvenes, pero advierte: el compromiso es esencial.

Así es Wally, comprometido con su trabajo, su familia (tiene un hijito de 2 años) y también con la comunidad: hace un tiempo colabora con Lazos Solidarios en actividades a beneficio de personas que, como él, viven, por ejemplo, en barrios carenciados.

 

Sano y bueno

Lo imaginamos en un costado del descampado que oficia de plaza en la villa Garrote, mirando a los muchachos que bailaban al estilo de los negros neoyorquinos. “Todos eran más grandes que yo, vestían raro y yo quería lo mismo; cuando me quise dar cuenta, ya estaba bailando”. Así empezó a los 11 años.

Wally explica que el break dance es un baile callejero, el conocimiento va circulando entre ellos. “Lo que nosotros hacemos no lo enseña nadie, nos vamos pasando los pasos uno al otro. Si veo a un chico que quiere aprender, lo llamo y nos ponemos a bailar”. Es así como, durante 11 años, fue cosechando amigos.

Para bailar break dance hay que tener buen estado físico, “es bastante acrobático, algunos pasos son un poco complicados”; como parte de la descripción, agrega que “es algo bueno y sano”. Personalmente, le sirve para alejarse de la realidad, si está enojado o se siente mal, “pongo música, bailo y me olvido de todo”, cuenta.

El grupo de Wally se llama Branding Style (marcando estilo) porque al break dance agregan clásico, danza jazz, tango, folclore. “Juntamos todo y hacemos una coreografía. Hay que tener mucha imaginación”. Ensayan 3 veces por semana, un solo día tienen un lugar techado; los otros, practican en la calle.

Van a todos los lugares donde los invitan, así fue como, bailando en una escuela, conocieron a la gente de Lazos Solidarios. “A todos nos gustó la idea de hacer algo solidario. Los fuimos conociendo y nos quedamos con ellos porque no hay trasfondo político”. Actualmente van con la ONG a las escuelas de islas y enseñan a bailar a los chicos. “Primero nos miraban raro, pero después les gustó. Cada vez que volvemos, nos están esperando, nos abrazan”.

En las últimas inundaciones del año pasado, entre el agua y la angustia de muchos vecinos, se lanzaron a visitar las casas y a entregar ropa, provista por Lazos Solidarios. “La gente no se lo esperaba, fue muy lindo”, recuerda.

 

Cada uno toma su camino

“Yo estoy más tranquilo en Garrote que en el centro de Tigre. Sé que, a mí, ahí adentro, no me va a pasar nada, porque si alguien me quiere hacer algo, al otro día lo voy a encontrar comprando al lado mío. En cambio, en el centro de Tigre, si alguien me hace algo, ¿a dónde se va a buscar? ¿a quién le reclamo? ¿a la policía?

El joven dice que, como en todos los barrios, también en Garrote hay inseguridad, droga, pero “cada uno toma su decisión para hacer su camino”.

También allí se vive la discriminación. “Al principio, cuando me veían con algo distinto, pantalones grandes, zapatillas grandes, me decían cosas. Ahora ellos se visten como nosotros”.

Wally estuvo 3 años fuera de Garrote, pero volvió y lo encontró exactamente igual. ¿Responsabilidad de los funcionarios públicos? ¿responsabilidad de sus habitantes? Seguramente un entramado de ambas cosas. Aún con sus carencias estructurales, el barrio genera jóvenes como Wally que, al ver a un niño, desea que piense “yo algún día quiero hacer lo que hace él”.

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