¿Qué querrán los vecinos?

La posibilidad de tener un nuevo espacio cultural sería impedida por AYSA. El predio de Madero y Tacuarí está abandonado hace casi 40 años. Desde la época del intendente Ricardo Ubieto se viene tramitando la titularidad definitiva. La actual gestión municipal avanzó en las negociaciones, condonó deudas de Nación, tomó posesión del predio con la intención de transformarlo en un espacio público. En junio, AYSA reclamó el predio ante la justicia, que accedió al pedido. El Municipio apeló la decisión judicial.

        Según cuentan vecinos memoriosos, el tanque de agua que se encuentra en Madero y Tacuarí fue construido en los primeros años de la década del 60. Durante mucho tiempo por el barrio circuló que, durante su construcción, ocurrió un accidente a causa del cual murió un operario. Otra cosa que circuló entre los vecinos más cercanos al hongo gigante, fue el mal humor: muchos se quejaron porque dicha construcción proyectaría una indeseada sombra sobre sus jardines.

        Posteriormente, al lado del tanque se inició una construcción que quedó abandonada: hace casi 40 años, una estructura de hormigón, invadida por yuyos y la humedad, afea la zona.

        Desde el 2000, el Municipio de Tigre viene tramitando la tenencia de ese abandonado predio de la esquina de Madero y Tacuarí. “Ya (Ricardo) Ubieto lo había reclamado, a pedido de los vecinos”, especificó Mario Zamora, Secretario de Gobierno del Municipio de Tigre. En 2016 se realizó un convenio con la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para que allí se generara un espacio público. Y para lograr la titularidad definitiva, el Municipio dejó sin efecto deudas que la Nación tenía en Tigre. “La ley 24.146 permite que la Nación transfiera predios a los municipios a cambio de que estos le compensen deudas nacionales”, aclaró el entrevistado.

        Aun existiendo todas estas instancias de negociación entre el Municipio y la Nación para que el pueblo de Tigre pueda disfrutar de un nuevo espacio público, la justicia accedió, muy rápidamente, al reclamo interpuesto por AYSA, en junio de este año.

        Para Mario Zamora “la discusión principal es el destino del predio en una zona altamente residencial. Si se le da un destino comercial o industrial, va a cambiar la tranquilidad de la zona, va a haber más vehículos, gente haciendo trámites, colas de contribuyentes. Nosotros consideramos que no es zona para poner algo de esa índole”.

        El Municipio, por un lado, apeló la decisión de la justicia y, por otro, iniciará contacto con los vecinos para ver qué destino quieren para ese predio. Hasta ahora tenían la custodia y cuidado del lugar, pero no podían invertir porque “el tribunal de cuentas no autoriza a realizar inversiones sobre predios de terceros”. Es decir que el Municipio necesita la titularidad definitiva para poder proyectar, junto con los vecinos, un nuevo espacio cultural que deje atrás años de abandono y recuerdos desagradables.

Por Mónica Carinchi

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