De mi consideración: He leído su artículo Homenaje al Cdor. Ricardo Ubieto a 6 años de su fallecimiento y me siento obligada a rectificarlo en un par de conceptos.

Uno de ellos es justamente el título de ese artículo porque hace referencia a que el homenaje se hizo porque hacía 6 años del fallecimiento de R. Ubieto. Como ud. recordará, tal aniversario fue el 16 de noviembre – día en que se celebró una misa en la capilla Nuestra Señora de Pompeya – y no el 9 de diciembre, fecha del homenaje. La segunda corrección que me permito hacerle es que la Sra. Amanda Zocchi de Ubieto NO organizó ese evento y la verdad es tal como el artículo refleja en las palabras de Hugo Leber, que transcribo: “llegó el ofrecimiento del Coro Polifónico Pacem in Terris a través de un grupo de vecinos de Don Torcuato encabezado por Jorge Páez. Habló con Amanda y le encantó la idea”.

Sé que el espacio de un diario es limitado pero me parece meritorio de su parte haberse hecho eco del decir de Gustavo Posse y, especialmente, de Julio Zamora con respecto a Ubieto y el acto, porque nobleza obliga, pero no están las declaraciones de Osvaldo Amieiro quien se refirió a la trayectoria e importancia no sólo de Ubieto sino de los 4 Intendentes de la Región Norte de aquel entonces y que hoy día otros se ufanan como si hubiesen descubierto el sol.

Por otra parte creo que las expresiones de Zamora debieron estar en negritas ya que, por estar en un frente opositor, termina reconociendo la obra y gestión de Ubieto: “Nos parece muy importante recordar a las personas que hicieron grande a Tigre. Ubieto fue uno de los más importantes, gobernó a Tigre durante 20 años, la hizo crecer, la hizo más grande de lo que era en ese entonces… hay que recordar a una persona que hizo mucho por Tigre” (sic).

Pero la intención de esta carta no es sólo hacerle las rectificaciones anteriores sino hacerle saber a ud. y a TODOS los que la lean, mi coincidencia total con su último párrafo (“Como dijimos al comienzo, muchos presentes, pero también ausentes. Hablamos de ex funcionarios municipales que gracias a Ubieto, tuvieron puestos de privilegio en la función pública y hoy viven en una buena situación económica y no fue por haber ganado al prode. Algunos deberían prenderle una vela de por vida al Don Ricardo”). Coincido no sin dolor, por cierto. Pero yo sería más abarcativa y no me referiría únicamente a funcionarios sino a todos los tigrenses que se vieron beneficiados en su standard de vida, en todas las localidades que conforman Tigre. Sin desconocer lo ingrato y olvidadizo que es el ser humano, yo, como capitalina a ultranza que soy, no lo puedo creer. Durante más de cuarenta y tantos años que conocí familiarmente a Ricardo, lo ví siempre trabajar, preocuparse y ocuparse por su Tigre lo que me permitió comprender que los tigrenses descansaban tranquilamente sobre sus hombros. Por eso es cierto el dicho: pájaro que comió, voló. Y esta vez muchos tigrenses, volaron y se olvidaron.

Desde ya gracias, con dolor, HEBE ZOCCHI