El fernet anticapitalista

En el monte también hay hierbas para activar la alegría. En la región de Traslasierra, muchos jóvenes se han instalado para vivir una vida más sana, en armonía con la tierra y todos los seres que la pueblan. Rapo es uno de ellos; tiene un emprendimiento familiar y colectivo que, entre otras cosas, produce un fernet artesanal que recupera su característica medicinal.

 

De la zona rural de Luján, partió un día Rapo para dirigirse a Carpintería, un pueblito de San Luis, camino a Merlo. En Luján trabajó en bibliotecas y cooperativas, “siempre valorizando el trabajo artesanal y autogestivo”. En la región de Traslasierra tomó contacto con organizaciones que luchan para proteger el monte nativo, que está en peligro por el avance inmobiliario. Muchos jóvenes han llegado hasta allí en busca de una forma de vida que “hizo sentir bien a sus ancestros”.

Entre plantas, animales y un cielo diáfano, Rapo desarrolló un emprendimiento familiar – Casa Caracol – que “va variando los productos porque el monte en una época da una cosa y, en otra época, otra”.

Casa Caracol participa de espacios colectivos que no tienen como eje el lucro. “Formamos una red de ferias donde no sólo vendemos nuestros productos, también hacemos eventos culturales, informativos sobre modos de producción orgánica, sobre formas de alimentación saludable”.

En las ferias, Rapo expone ordenadamente sus productos y va explicando todas las consultas que surgen, por ejemplo, ante su fernet artesanal.

 

Saludable y alegrador

Hace unas cuantas décadas, el fernet era tomado, antes del almuerzo del domingo, por los adultos, con un chorrito de soda; en muchos casos, se recomendaba cuando asomaba algún problema digestivo. Pero las costumbres han cambiado y el fernet se volvió una bebida popular entre los jóvenes que disfrazan su típico amargor con el agregado de coca.

Mientras que, para la mayoría, las propiedades medicinales quedaron perdidas en el pasado, Rapo las recupera y revaloriza: “En la zona de Traslasierra se empezó a hacer fernet artesanal por el valor medicinal de las hierbas que se dan aquí. El nuestro está compuesto por 25 hierbas de las cuales 18 son de la zona de Merlo. Este fernet es altamente medicinal y, en exceso, es afrodisíaco. Por eso hay que beberlo con moderación y también tener en cuenta con quién se comparte”.

Por supuesto, este fernet no tiene nada que ver con lo que se encuentra en las góndolas. “Yo, a mi receta, le pongo tonalidades dulces, como manzanilla, canela y vainilla, que no son del monte, para que se pueda tomar puro o con soda y así se saca la coca”.

El fernet de Rapo se llama La Alegre Rebeldía y su autor insiste: “No se toma con coca porque éste es un fernet anticapitalista; nosotros recomendamos que se tome solo, pero siempre acompañados, porque juntos soñamos con acciones colectivas”.

Mientras cosechan las plantas medicinales, van aprendiendo muchas cosas y una muy importante es “cómo hacer para cuidar el monte y ayudar a que se conserve”.

Con esas plantas también hacen licores, tintura madre, cremas – entre cosméticas y medicinales -, aceites esenciales. “Desde que empezamos con esto, no compramos más medicamentos porque, para todo, hay una planta. Hay que sacarse el miedo que genera la industria farmacéutica y atreverse y probar, porque muchas de las soluciones que necesitamos, están a la vuelta de nuestra casa y, además, abundan. Nosotros creemos en esto, lo usamos y damos cuenta de que es eficaz, incluso más que la propuesta del sistema capitalista”.

Para afecciones en la piel, caléndula; para problemas respiratorios, eucaliptus; para reactivar el hígado, carqueja; para las garrapatas, jarilla. “En lugar de usar la pipeta, que es venenosa, se usa tintura de jarilla que no es nociva”.

También tienen huerta y cría de animales, por lo cual, si hay una buena temporada, el excedente se lleva a la feria. “No siempre están a la venta todos los productos, muchas veces los trocamos y de esta manera todo está en las casas de todas las familias que conforman la red de ferias”.

La producción de alimentos sanos es el camino que Rapo y todos sus compañeros se decidieron a recorrer, siempre con alegre rebeldía.

 

Foto: Rapo en primer plano conversando con un compañero

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El fernet anticapitalista

En el monte también hay hierbas para activar la alegría. En la región de Traslasierra, muchos jóvenes se han instalado para vivir una vida más sana, en armonía con la tierra y todos los seres que la pueblan. Rapo es uno de ellos; tiene un emprendimiento familiar y colectivo que, entre otras cosas, produce un fernet artesanal que recupera su característica medicinal.

 

De la zona rural de Luján, partió un día Rapo para dirigirse a Carpintería, un pueblito de San Luis, camino a Merlo. En Luján trabajó en bibliotecas y cooperativas, “siempre valorizando el trabajo artesanal y autogestivo”. En la región de Traslasierra tomó contacto con organizaciones que luchan para proteger el monte nativo, que está en peligro por el avance inmobiliario. Muchos jóvenes han llegado hasta allí en busca de una forma de vida que “hizo sentir bien a sus ancestros”.

Entre plantas, animales y un cielo diáfano, Rapo desarrolló un emprendimiento familiar – Casa Caracol – que “va variando los productos porque el monte en una época da una cosa y, en otra época, otra”.

Casa Caracol participa de espacios colectivos que no tienen como eje el lucro. “Formamos una red de ferias donde no sólo vendemos nuestros productos, también hacemos eventos culturales, informativos sobre modos de producción orgánica, sobre formas de alimentación saludable”.

En las ferias, Rapo expone ordenadamente sus productos y va explicando todas las consultas que surgen, por ejemplo, ante su fernet artesanal.

 

Saludable y alegrador

Hace unas cuantas décadas, el fernet era tomado, antes del almuerzo del domingo, por los adultos, con un chorrito de soda; en muchos casos, se recomendaba cuando asomaba algún problema digestivo. Pero las costumbres han cambiado y el fernet se volvió una bebida popular entre los jóvenes que disfrazan su típico amargor con el agregado de coca.

Mientras que, para la mayoría, las propiedades medicinales quedaron perdidas en el pasado, Rapo las recupera y revaloriza: “En la zona de Traslasierra se empezó a hacer fernet artesanal por el valor medicinal de las hierbas que se dan aquí. El nuestro está compuesto por 25 hierbas de las cuales 18 son de la zona de Merlo. Este fernet es altamente medicinal y, en exceso, es afrodisíaco. Por eso hay que beberlo con moderación y también tener en cuenta con quién se comparte”.

Por supuesto, este fernet no tiene nada que ver con lo que se encuentra en las góndolas. “Yo, a mi receta, le pongo tonalidades dulces, como manzanilla, canela y vainilla, que no son del monte, para que se pueda tomar puro o con soda y así se saca la coca”.

El fernet de Rapo se llama La Alegre Rebeldía y su autor insiste: “No se toma con coca porque éste es un fernet anticapitalista; nosotros recomendamos que se tome solo, pero siempre acompañados, porque juntos soñamos con acciones colectivas”.

Mientras cosechan las plantas medicinales, van aprendiendo muchas cosas y una muy importante es “cómo hacer para cuidar el monte y ayudar a que se conserve”.

Con esas plantas también hacen licores, tintura madre, cremas – entre cosméticas y medicinales -, aceites esenciales. “Desde que empezamos con esto, no compramos más medicamentos porque, para todo, hay una planta. Hay que sacarse el miedo que genera la industria farmacéutica y atreverse y probar, porque muchas de las soluciones que necesitamos, están a la vuelta de nuestra casa y, además, abundan. Nosotros creemos en esto, lo usamos y damos cuenta de que es eficaz, incluso más que la propuesta del sistema capitalista”.

Para afecciones en la piel, caléndula; para problemas respiratorios, eucaliptus; para reactivar el hígado, carqueja; para las garrapatas, jarilla. “En lugar de usar la pipeta, que es venenosa, se usa tintura de jarilla que no es nociva”.

También tienen huerta y cría de animales, por lo cual, si hay una buena temporada, el excedente se lleva a la feria. “No siempre están a la venta todos los productos, muchas veces los trocamos y de esta manera todo está en las casas de todas las familias que conforman la red de ferias”.

La producción de alimentos sanos es el camino que Rapo y todos sus compañeros se decidieron a recorrer, siempre con alegre rebeldía.

 

Foto: Rapo en primer plano conversando con un compañero

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