Siento que debo expresar la angustia que me provoca cruzar en el camino a los caballitos que, en condiciones a veces más que deplorables, trabajan todo el día llevando pesos abrumadores. Una y otra vez pasan cargados con temperaturas propias del infierno y sospecho que, para colmo, sin que le acerquen un poco de agua y comida para reponer energías. No es la primera vez que alguno de ellos colapsa y ya no hay nada que hacer.
Es mi preocupación y la de tantos como yo, a quienes nos duele presenciar esto. Sería bueno que el partido al que pertenezco se involucre. A mí, como habitante de Tigre, me duele ver a estos animalitos explotados y que nadie reaccione.
Es por ello, fundamentalmente, que escribo a Actualidad que tiene buena distribución en el distrito, porque de alguna manera quiero ayudarlos; verlos una y otra vez en esas condiciones lastima a los seres sensibles, no habla bien de los humanos en general ni de los tigrenses en particular.
María Rosario Martínez
DNI 93.686.437
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