Las entidades que voy a nombrar han sido un gran apoyo para todos nosotros como grupo familiar.
Gracias a nuestro querido Colegio San Marcelo, que acompañó desde el principio. Al señor Daniel Brizuela, la Sra. Daniela Carolo, el Padre Maxi, todo el staff de profesores, alumnos y papás de todos los niveles. Han rezado, dado palabras de aliento y mucho apoyo. Gracias.
Gracias a la Fundación Crecer con Todos. Esta fundación está dedicada a la ayuda sin fines de lucro, y sin dudas esto es así, de la mano del señor Paulo Rodríguez han acompañado incondicionalmente. Con ellos llegó la ayuda del Intendente Sergio y Malena Massa, que sin pensarlo por un minuto colaboraron y se han preocupado por nuestro hijo. Gracias.
Gracias al Club Hindú, desde su presidente, chicos, mamás y papás de la 90. Todos acompañaron en las largas horas de espera en terapia intensiva, dando mucho amor a todos nosotros. Gracias.
Gracias a todo el personal civil de C.I.T.E.F.A, donde yo tengo mi puesto de trabajo, porque siempre he podido contar con ellos, para lo que fuera necesario, humana y económicamente. Gracias.
Gracias al Club de Leones Don Torcuato Centro que también se acercaron desinteresadamente a colaborar en lo que fuera necesario y lo siguen haciendo. Y al director del Polideportivo “Gral. San Martín” Eduardo Priede, como a la Secretaría de Promoción Comunitaria, quienes colaboraron en la realización de la Maratón Solidaria. Gracias.
Gracias a la Cámara de Comercio e Industria de Don Torcuato, que al escuchar de la historia de un torcuatense desde siempre; no dudaron en poner lo mejor de ellos. Gracias.
Gracias a Café Fundador, de la mano de Enrique Purriños, que fue como un hermano para mi esposo y para mí, no nos abandonó nunca. A la Dra. Susana Ret que fue muy difícil para ella manejar los sentimientos frente a un paciente el cual es parte de su familia, ¡Gracias tía Su!. Al Dr. Guillermo Capurro que como abogado es increíble, pero como amigo es aún más grande. Gracias a la Dra. Cristina Ferreiros y a Nancy Cragno (gerente de finanzas de Quick Food/ Marfrig). Gracias.
Quiero contarles que la misma noche del accidente después del primer parte médico, nuestra desesperación como padres al saber que nuestro hijo podría perder su vida fue desgarradora. En ese momento uno de los papás de Hindú Club, Pablo Guido, nos comentó que él conocía a un cura que hacía imposición de manos y que si permitíamos que lo traiga. No lo pensé ni por un momento, siempre fui una persona de mucha fe y supe que solo DIOS y la FE hacia él podía salvarle la vida a mi hijo. El padre Adrián Santarelli, llego a las 3 am a verlo, entró a terapia intensiva y sin decir nada comenzó a rezar y a realizar la imposición de manos. Mariano rezó junto a él. Juntos le pidieron a DIOS que salve su vida. Gracias Padre Adrián y Pablo Guido.
A los 6 meses de accidente, Mariano comenzó su rehabilitación en la clínica Basilea. Allí, las kinesiólogas y el equipo de terapia ocupacional lo contienen y acompañan. Su rehabilitación tiene avances todo el tiempo, más allá de la parte humana que es increíble. Muchas gracias a todo el equipo de profesionales de la Clínica Basilea.
En estos primeros meses mi hijo conoce al grupo de Quad Rugby (rugby en sillas de ruedas) de Tigre. Andrés Butasoni y Fernando Cañumgil se acercan para invitarlo a conocerlos y mostrarle que también existen otras formas de hacer deporte, desde su experiencia hacen ver a los chicos que su vida como deportista no había terminado. El comienza a entrenar con el tiempo con los chicos de Tigre, feliz de seguir con su vida de deportista. Ya participó de varios partidos, a Mariano el deporte le llena el corazón, lo hace sentir muy bien, es genial que tenga esta oportunidad y que los chicos tengan este espacio tan importante para ellos. Gracias a todo el equipo de Quad Rugby de Tigre.
En esta carta aparece varias veces una misma palabra, gracias y más allá del sentimiento de tristeza que una persona puede tener por una situación así, la alegría y el amor que se siente agradecerle a tantas personas, es maravilloso, le doy gracias a DIOS por tanta ayuda y por sentirnos tan acompañados, mis hijos Marina y Natalio, mi esposo Cacho también quieren agradecer todo lo que nos dieron. Pudimos ver que Mariano ni nosotros no estamos solos y eso es impagable. ¡Gracias a todos!
Familia Santoro
Comentarios
Sin comentarios