Acción y reflexión en tinta cusco

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Un espacio de arte con impronta latinoamericana

Artistas plásticos, músicos, cineastas se reunieron para mostrar su obra y contagiar su entusiasmo por el arte a los visitantes. Con la lógica de “todos podemos”, abrieron sus puertas en diciembre. Están en Sáenz Peña 1365.

 

Si Ud. gusta de observar obras de arte, no ingrese en una página web; dé una vuelta por Sáenz Peña, la calle elegida por los artistas tigrenses para mostrar sus creaciones.

Un nuevo espacio de arte, tinta cusco, alberga a pintores, fotógrafos, cineastas, que decidieron aunar esfuerzos y plantar bandera de presencia.

“Decidimos saltar el eslabón de los intermediarios y producirnos nosotros mismos”, dijo Gustavo Marquetti, “no sólo queremos vender nuestra obra, nuestra intención es demostrar que todos podemos hacer algo”. Y para muestra basta un botón: “Las madres están contentas porque ésta es la colonia artística del barrio. Hay chicos que vienen a la mañana y esperan que Gustavo abra. Pintan, dibujan, hacen obra con telgopor”, comentó Natalia Borrello, la esponsor del grupo. Algunas de las obras de los chicos están en la vereda, son objetos de alambres, telas, maderas, “a veces también trabajamos con arena”, agregó Gustavo, que está acostumbrado a mezclar pintura con aserrín, tierra, mármol, arena, “con esa pasta empiezo a experimentar”. Cualquier soporte es aceptable para la creación: “Papel, madera, una prenda, lo pongo en el piso y comienzo a pintar”. A partir de marzo, la experimentación estará abierta a todos los que quieran ingresar a los talleres.

Además de encontrar las creaciones de jóvenes artistas tigrenses como Agustina Calderón o Alejandra Callero, en tinta cusco también se puede apreciar la obra de Libero Badii: “Tenemos el honor de tener trabajos de Libero y también de su hijo que es fotógrafo y vive en la isla”. Y, efectivamente, cuando se entra, una gran fotografía que ocupa todo el alto de una pared y unos 80 cm. de ancho, recibe al visitante con una imagen inquietante, creación del Gato Badii.

Una talla de madera, hecha en chicote (un árbol de la isla) que nos remonta a los moia y un objeto de madera – Caballo de Troya – que “fue inicialmente un juguete”, son de Mario Van Bree, un brasilero que hace muchos años vive en Carupá.

También es posible admirarse con la obra de artistas muy jóvenes: Francisco Vera (17) expone objetos para escenografía; Bruno Prin (21), fotografías.

Para los próximos meses tienen previsto hacer de la vereda un escenario musical, “queremos que la gente que llegue un sábado, se tome un mate y escuche un poco de folclore o rock”; además prometen proyectar sobre el frente del local “algo parecido a lo que se hizo en el Bicentenario. Queremos ayudar a decorar el Municipio, si nos dan una pared, vamos, nos subimos todos al andamio, pintamos y después chau. Queremos aportar”, dijo Gustavo, con el entusiasmo propio de los artistas.

La impronta de tinta cusco es lo latinoamericano y, por si quedaran dudas, Gustavo especificó; “Hay un distrito en Cusco (Perú) que se llama Tinta. Allí nació José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Tupac Amaru. Los españoles lo destrozaron con sus caballos. Para mí eso es un símbolo de lo que hicieron los extranjeros con la cultura americana. Por suerte, en los últimos años, los dirigentes latinoamericanos están haciendo las cosas mucho mejor y con ese empuje queremos aportar desde el arte, la cultura. De ahí viene el nombre, pero de un sustantivo propio lo pasamos a un sustantivo común y parece tinta negra, como todos nosotros, todos somos un poco de tinta negra”.

Y como los artistas pasaron a la acción, para febrero anuncian que tirarán “un nylon en el piso, pintura y empezaremos con algo y que los chicos continúen. Si lo podemos hacer entre todos, mejor; la intención es que los que van y vienen, intervengan, aunque sea como espectadores, y vean lo sencillo que es hacer, con dos o tres cosas, un poco de arte”. Una interesante propuesta para completar el disfrute de la naturaleza tigrense.

Bruno Prin se mudó de Las Tunas a la isla, compró un terrenito y además de su casa, piensa instalar su taller. Por ahora, los fines de semana trabaja en una guardería náutica y el resto de los días se dedica a pintar. “Desde chiquito dibujé, fui un año al polivalente de Martínez, fue como una gran explosión porque ahí tuve escultura, grabado, historia del arte. Era un gran esfuerzo para la familia porque salía de Las Tunas a las 5 de la mañana, volvía a las 9 de la noche, estaba muchas horas fuera de casa”, por eso dejó y continuó sus estudios en el Marcos Sastre que también tiene orientación artística, “no tan específica, pero me sirvió porque me exigía a mí mismo, los profesores siempre me exigían un poquito más. Ahora tengo ganas de empezar el IUNA”. Mientras tanto, en tinta cusco toma contacto con otros artistas y deja su marca en las paredes aledañas, donde se pueden ver sus dibujos: grandes caras en las que se destacan los ojos porque “reflejan a las personas, dicen mucho”. Además de hacer graffitis poco convencionales, Bruno también saca fotos, “no tengo una gran cámara pero creo que con poco se puede hacer mucho. Camino y busco imágenes”, dijo este joven de 21 años que, al igual que sus dibujos, tiene unos grandes ojos que dejan ver su pasión por el arte.

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