La Universidad crece si la industria crece

Capacitaciones abiertas a la comunidad en la UTN de Pacheco. Desde hace 10 años, la matrícula de la Secretaría de Extensión Universitaria viene en aumento. La oferta laboral creció, por lo tanto la necesidad de capacitación también. La Secretaría implementa convenios con empresas y cámaras empresariales. Cursos para el área industrial y también administrativa. Para la tercera edad, cursos de informática gratuitos.

La sede de la Universidad Tecnológica Nacional de Pacheco se ha ido expandiendo en la última década, debido al crecimiento industrial. “El Estado apuntó mucho a las ingenierías”, comentó Oscar Ozuna, secretario de Extensión Universitaria de esta regional. “Sin industria, la ingeniería se cae, como pasó en los 90. ¿Para qué iba a estudiar ingeniera la gente?, ¿para manejar un taxi? En esa década, en mi cátedra, tenía 2 alumnos; ahora hay 30”. Obviamente, esto no fue magia, sino un trabajo diseñado desde distintos organismos del Estado que llevó adelante el gobierno de la supuesta década perdida.

En aquel renacer industrial – que en este momento estamos viendo decaer – surgió un proyecto entre Volkswagen y la UTN, en el cual intervino presidencia de la Nación. “VW invirtió 3,5 millones de dólares en la construcción de un edificio y laboratorios. Nosotros armamos la carrera de Ingeniería de Industria Automotriz, la única en todo el país; paralelamente también se armó una tecnicatura superior en gestión automotriz”.

La carrera no apunta a que se diseñen aquí los autos, pues todas las empresas automotrices traen sus modelos de sus países de origen. “VW advirtió la necesidad de ingenieros industriales para trabajar en las autopartistas y fabricar las partecitas de un auto, para no traer los productos de afuera y poder hacerlos acá, pero con los planos de ellos”.

En este proyecto habría que avanzar para poder diseñar nuestros propios medios de transporte. “Hay ingenieros y técnicos especializados para construir vehículos, pero ese vehículo no puede salir a la calle porque no está homologado. En su momento se hizo el Rastrojero, el Torino, pero con la globalización se armó un monopolio. Hay leyes que favorecen a las grandes automotrices. Nosotros tuvimos una capacitación en diseño automotriz, pero fracasó porque no había necesidad de mercado”, explicó Ozuna. Como se ve, las modificaciones deben hacerse en el Congreso Nacional.

No es necesario decir que los ingenieros argentinos tienen una gran formación, por eso están trabajando en automotrices en Europa y, por eso también, la UTN realizó un convenio con Alemania por el cual nuestros estudiantes, después de aprobar un protocolo, van 6 meses a estudiar a ese país.

Otra nueva carrera que armaron fue una Tecnicatura sobre moldes y matrices: “Se abrió en 2016, así que todavía no hay egresados. En la década del 90 se perdieron muchos oficios, un joven matricero tiene 60 años. Este tecnicatura tiene mucha salida laboral, las empresas vienen a buscarlos. Mientras la industria se sostenga, vamos a tener salida laboral”. La Cámara de Matriceros, interesada en esta formación, donó equipamiento para los laboratorios.

Ahora están trabajando sobre metrología. “Es una especialidad dentro de la industria, se necesita gente capacitada”.

 

Capacitaciones para todos y todas

Para capacitaciones ya sea generales o específicas, la UTN cuenta con su Secretaría de Extensión Universitaria. “Es la articulación entre la comunidad y la Universidad”, aclaró el Ingeniero Ozuna.

Dicha articulación se da fundamentalmente con la Unión Industrial de Tigre: “A ellos les sirve porque resuelven una necesidad y a nosotros nos sirve porque participan nuestros graduados y además es un ingreso para la Universidad”.

Esto significa que los cursos que brinda Extensión Universitaria – abiertos a la comunidad – son arancelados, pero “siempre con los aranceles más bajos del mercado y con los mejores docentes”.

Tienen más de 200 cursos para ambos sexos; también en este sector la matrícula ha crecido: “Hace 10 años, había 900 alumnos en todo el año; en 2016, tuvimos 4200”.

“Hay mujeres que se anotan en soldadura, porque se dedican a las artesanías; otras hacen mecánica automotriz. La mayoría va al área administrativa: liquidación de sueldos, organización de eventos, secretariado administrativo, conciliación bancaria, idiomas (inglés, portugués, alemán), informática, PNL”. En este sector han incluido gestión de barrios privados, una formación específica para aquellos que aspiran a un cargo de intendente en un barrio privado.

También ofrecen servicios: “Las empresas vienen con sus problemas y nosotros buscamos los mejores especialistas. Por ejemplo, la flor de metal de Buenos Aires nunca funcionó. Hace 2 años vinieron a buscarnos, porque se doblaban los pétalos. Nosotros armamos un proyecto con profesionales especializados en esos materiales, se investigó y ahora la flor funciona”. Descubrieron que se acumulaba agua en el fondo de los pétalos y eso provocaba que el mecanismo quedara trabado.

Una empresa con la que tienen una fluida relación es Edenor. “En las tiradas de cables subterráneos tenían mucha pérdida de aceite. Entonces entre profesores de Edenor y los nuestros hicieron un sistema para detectar el origen de esas pérdidas. También nos pidieron un programa de capacitación para los jóvenes ingenieros que ellos contratan; ahora, además, están contratando técnicos recién egresados de las escuelas técnicas para que estén en la calle, porque mucha gente se está jubilando. Nosotros tenemos un laboratorio, armado por Edenor, y ahí los vamos capacitando para ese trabajo”.

Lamentablemente todavía no tienen cursos específicos para los isleños, que necesitan, por ejemplo, capacitarse en energías limpias, como la solar, pues depender de Edenor implica sufrir cortes permanentes (mayores aún que en la ciudad); además, ese sistema de energía contamina, por lo cual es deseable que se reemplace por otro, limpio y sin costo, como son las energías renovables.

Para la tercera edad tienen una capacitación gratuita en informática, subvencionada por el Banco Superville. “Es formidable cómo vienen, la disposición que tienen”, expresó Ozuna. Para todos aquellos que no saben manejar el home banking, ya saben dónde aprender.

Una joyita que tiene la Secretaría de Extensión es un equipo de soldadura virtual: “Hay 3 en el país y uno lo tenemos aquí”. Otra rareza en este oficio es el curso de soldadura en aluminio: “La industria lo solicita mucho, fundamentalmente la náutica”.

Los cursos son para mayores de 16 años; en general duran un cuatrimestre y tienen una frecuencia semanal; para algunos no hace falta tener título secundario; hay capacitaciones especiales para graduados. Quienes estén interesados, pueden entrar en la página web www.extension.utn.frgp.

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