“Es un momento difícil”

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Un pantallazo a la economía de la zona. Con 25 años de experiencia en el rubro inmobiliario, Santiago Serantes, desde la presidencia de CACIT, repasa las dificultades de los comerciantes y las posibles mejoras que podría ofrecer el Municipio. Distrito Tigre Sur, según la mirada del entrevistado.

 

Presidente de CACIT y dueño de una inmobiliaria que lleva su nombre, Santiago Serantes respondió preguntas de interés general para los comerciantes de la zona y para los vecinos, en general, de Tigre Centro.

“CACIT está creciendo un poquito todos los días”, dijo, “para eso seguimos con el servicio de sellados de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires; estamos tratando de dar una mano para el crecimiento del Distrito Tigre Sur (DTS), donde tenemos unos 20 socios antiguos y tratamos de hacer nuevos para el cambio que se viene; faltaría un poquito de apoyo del municipio en seguridad y luminarias en esa zona y que al vecino se le diga que vive en el DTS por medio del impuesto municipal, por ejemplo. Además, estamos por abrir una sede en el puerto de frutos para asesorar a los comercios, ya que ahí tenemos pocos socios”.

Esta crisis económica, ¿está generando que haya más oferta de locales que demanda? – “En algunas galerías hay locales vacíos. Lo que se vino con el cambio de gobierno, a todos no nos ayudó. El país está en un stand by importante, los inversores no arrancan, está todo el mundo esperando. Si Dios quiere, dicen que a partir de septiembre u octubre va a cambiar”.

El golpe de tarifas, el mal tiempo, hace que los comercios estén más condicionados, pero impositivamente todo sigue moviéndose – “La venta en Tigre bajó un 40%. Por esto hay locales vacíos en Cazón, incluso en Pacheco. Es un momento difícil. Cuando en Argentina hay galpones libres, es porque el país anda mal; cuando no hay galpones, es porque el país está creciendo; esto lo aprendí después de 25 años de estar en este rubro (inmobiliaria)”.

¿Se les puede dar una mano a los comerciantes desde la gestión municipal? – “Estamos intentando proteger a una parte del comercio en Paseo Victorica para ver si se puede reducir la tasa de mesa y sillas. Vamos a plantear pagar el 50% de la tasa hasta septiembre”.

También está el tema del pasaje para ir a la isla, que se hace casi imposible – “El pasaje para ir a cualquier lugar más o menos cerca, no baja de $180 ida y vuelta. Si alguien viaja con su señora y 2 hijos, son $800. La bajada en el recreo más barato no baja de $100, o sea que ya tenés $1200 para después consumir. Imposible. Retrocedieron en el aumento del pasaje isleño, pero para el turista sigue el aumento, así que es imposible que este verano alguien vaya a comer un sandwich a la isla”.

La isla se ha estado recuperando a nivel poblacional y esto hace que retroceda todo, que la isla empiece a quedar vaciada nuevamente – “Hay un problema fundamental en la isla: el Municipio no respeta la inversión, porque las tasas allí no pueden pagar el mismo derecho de construcción que en Tigre centro. Si alguien va a invertir a un lugar desfavorable, donde no hay agua, no hay cloacas, no hay gas, además le da trabajo a 2 o 3 personas, hay que beneficiarlo, no trabarlo. El plan de manejo se aplica o no, depende de quien sea. Hemos tenido buena repercusión con el nuevo director de Obras Particulares, vamos a intentar hacer un mix, con una tasa distinta a lo que se paga en Tigre centro para que la gente pueda invertir en la isla, porque si no, no va a quedar nadie”.

Vos acompañaste DTS, tanto desde la CACIT como desde tu propio rubro – “Me parece que la intención es buenísima. Ir mejorando esas 40 manzanas, tratar de que la ciudad sea menos agresiva. Estoy de acuerdo con el intendente en poner lomo de burro para que la gente no ande a 200 kilómetros por hora, hacer un poco más de peatonales. Voy por la ciudad amigable, como dice Julio Zamora, porque hace menos daño a todo el mundo, voy por la bicisenda, por un poco más de espacio público. Lo más difícil de todo es amalgamar la gente de villa Garrote, que vive ahí hace más de 30 años, la gente que todavía está con una fábrica y los futuros inversores. No es fácil llevar todo eso en forma rápida, pero yo apuesto a que el canal de San Fernando sea igual a la costa de Tigre, con palmeras, que esté todo lindo, que haya un río sano. Hay un convenio firmado por Andreotti y Massa, hace más de 5 años, para mejorar el paseo del canal, que no prosperó, yo creo que es por el agua”.

¿Cómo ves que los inversores tengan 10 años de gracia impositivamente? – “Yo lo veo perfecto, es fantástico que se desarancele para que la gente pueda invertir”.

¿En ese DTS se piensa hacer edificios y también recuperar espacios verdes? – “La idea es tratar de que tengan un retiro de frente importante, por lo menos para que haya un poco de verde; que de un edificio se pueda pasar a la otra cuadra; y reciclar todos los callejones para que sean agradables”.

Si hablamos de ceder espacio para el verde, entonces esas viviendas serán de menores medidas? – “La idea es que los departamentos sean más chicos y se pueda aprovechar de mejor manera el espacio público. O sea, en vez de tener un departamento de 40/45 metros cuadrados, como actualmente se hacen, hacer un departamento de 30 metros cuadrados, pero que abajo el dueño tenga su bici, pueda salir a trotar, agarrar la bicisenda, salir a caminar, que todo eso se lo dé el lugar donde viva. O sea vivir en un lugar más reducido, pero con un espacio público diferente. Esto es el famoso criterio de la ciudad amigable”.

Esta gente que invierte, ¿viviría en un departamento de 30 metros cuadrados? – “Cualquier inversor invierte para hacer negocio”.

No le importa el hacinamiento – “No es hacinamiento 30 metros cuadrados. Cualquier monoambiente en Capital tiene eso y no tiene ningún espacio público. Vas a Buenos Aires y te comés una torre de 70 departamentos con monoambientes de 7×3 y abajo tenés el bullicio de la ciudad. Acá hablamos de 30 metros y tu bicicleta abajo”.

¿Es necesario que acá tengamos lo mismo que hay en Capital? – “No, éste es un concepto europeo, lo trajo un estudio que ha cambiado manzanas hasta en Nueva York. Vinieron acá, estuvieron 15 días y Guillermo de La Vega les preguntó el último día del congreso (¿?) qué era lo más feo que vieron en Tigre, dijeron ‘la rotonda, es demasiado grande’”.

La pregunta es cómo viviría una familia tipo en un ambiente de 30 metros cuadrados – “Estamos hablando de una persona sola”.

Las construcciones en Tigre están hechas para que una familia tipo no se pueda instalar – “Lamentablemente, por un tema económico de los inversionistas, hay pocos departamentos de 3 ambientes, porque, cuando se hace el plano, entran más los de 2 ambientes. Esto es un tema de ganancia”.

Esto provoca que en estas construcciones nuevas, nadie se pueda instalar, todo es transitorio – “El 65% de los departamentos que hay en Tigre centro son de 2 ambientes, cuando esa gente tiene familia, viene a buscar un 3 ambientes y no hay”.

Más allá de que esta gente sea de Europa y haya traído este proyecto que allá salga como pan caliente, ¿a vos, te parece loable eso, acá? – “Varias de las cosas que ellos han traído las veo potables. Veo potables las calles con reductores de velocidad, las bicisendas porque yo vivo a 15 cuadras de mi trabajo y tendría que venir en bicicleta y vengo en camioneta. Acá el comerciante, el policía, los empleados municipales vienen con su auto y el que viene a comprar no encuentra lugar, yo estoy de acuerdo con el medidor, como en San Isidro, así la gente que viene a comprar encuentra lugar y está cómoda. Tenemos el problema de que hay 5 registros del automotor en 20 manzanas, entonces hay un montón de gente que anda pululando todo el día, nos ligamos un montón de autos que están dos horas, hacen que la zona se colapse y acá no dejan un peso”.

Santiago Serantes sueña con que Cazón tenga sus 15 cuadras repletas de comercios; en ese caso, pulularían más personas, habría más autos, contaminación, bocinazos, basura. Sería interesante preguntarle a todos los nuevos vecinos, que piensan que vienen atraídos por el río, el verde, los pájaros, si quieren replicar esta experiencia porteña. Ah, y de paso, consultar con los viejos habitantes tigrenses que algo han tenido que ver con la construcción de esta ciudad.

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