Fundado en 1925 en La Boca, el Club de Regatas Almirante Brown fue seriamente perjudicado cuando entubaron el arroyo Maciel, en 1970. Vaciado de socios, en 2007 fue refundado. Si bien no tienen una sede física, tienen botes y el entusiasmo suficiente para remar aún con viento en contra.

En el final de la película Luna de Avellaneda, Ricardo Darín encuentra su carnet de socio de ese club y se pregunta cómo se hace para fundar un club. Sin dudas, con pasión y decisión, las características que pusieron en juego un grupo de boqueases liderados por Roberto Naone en 2007 cuando refundaron el Club de Regatas Almirante Brown. En el Riachuelo, en el borde de la ciudad que le da la espalda al río, estos entusiastas del remo decretaron que nadie los iba a correr con el tema de la contaminación porque ellos lo único que quieren es remar cerca de sus casas.

“Lavamos el bote con Ala y chau”, afirmó Roberto Naone, vicepresidente del Almirante Brown.

Hay otros aspectos que tampoco les importan, por ejemplo, no tener una sede tradicional: las tareas administrativas se reparten entre los socios y las hacen en sus casas; los botes están en la calle, cuidados por la Prefectura; la parrilla Puerto Viejo les presta el baño y “el vestuario y la ducha, en la casa de cada uno. ¿Acaso muchísima gente no hace gimnasia en la plaza y después se baña en su casa?”, planteó Roberto.

Todo lo resume contando: “La gente llega y dice ‘¿dónde queda la sede?’. Acá (señalando los botes en la calle) le decimos. Y yo les digo ‘usted necesita el bote y el agua’. Y al que da muchas vueltas, le pregunto ‘¿usted está contratando un 5 estrellas en Las Bahamas?’”.

No tienen rampa para bajar los botes, los bajan con un pescante; para subirlos, les pasan una faja que ajustan muy bien con ganchos. Nada está librado a la improvisación. “Entre 6 bajamos el bote, abajo esperan otros que colocan los remos.

Acá se paga para trabajar”, comentó el entrevistado con el humor que lo caracteriza y además aseguró que los socios que perduran, son los que disfrutan del trabajo mancomunado que permite finalmente remar.

Están federados y también asociados a la CRIT. Desde el 2022 participan de regatas de travesía; con el apoyo del Municipio de Tigre también participan de regatas promocionales. Son anfitriones de la Remada por El Riachuelo, una fiesta náutica que se realiza desde 2006 con el objetivo de concientizar sobre el estado de la cuenca Matanza-Riachuelo.

Desde hace algún tiempo, las empresas cercanas al Riachuelo tienen más controles, pero algunas cositas siguen pasando: las empresas de colectivos que tienen en La Boca sus terminales, lavan las unidades y el agua sucia se va por las alcantarillas y de allí al río. Aún así, Roberto señaló que “el puerto de Dock Sud está más limpio, es prácticamente el agua del río de La Plata. Pero el Riachuelo tiene un 85% de contaminación por materia fecal”.

El Club de Regatas Almirante Brown no está al margen de la ola femenina que muestra su potencia: tienen una presidenta, Alejandra Corbetto, que aprendió a nadar y remar en el delta tigrense.

Como siempre se dice que Tigre es la cuna del remo, Roberto Naone recordó que muchos clubes nacieron en La Boca. Por esto, agregó: “Si Tigre es la cuna, La Boca es la nursery”.

Por Mónica Carinchi