“Todas las obras se han hecho con plata genuina”

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Todos los comerciantes de la zona mandaban a sus hijos al Club Victoria

Después de haber tenido candados en la puerta, el Club Victoria recicló sus instalaciones, hizo una pileta de natación, un gimnasio vip y se reincorporó a la Liga Metropolitana de Básquet. En diciembre de 2011 festejó sus 100 años de vida.

 

A principios del siglo XX, en los vecinos de Victoria surgió la inquietud de que sus hijos tuvieran un lugar para hacer deporte. Así fue como, en 1911, nació el Club Victoria. “Este club fue madre de todos los clubes de Victoria”, expresó Nelson Rossi, actual vicepresidente de la institución, cuyo padre fue uno de los fundadores.

“Muchísimos comerciantes de la zona eran socios, ellos no venían, pero mandaban a sus hijos. El padre del actual intendente fue un socio ejemplar. Jugó a la paleta hasta los 80 años. Era el fotógrafo de la ciudad, yo tengo fotos firmadas por él, del casamiento de mis padres, de mi hermano, de mi comunión”, contó Nelson, destacando la impronta familiar del club.

Muchas instituciones se fusionaron con el Victoria, de manera tal que llegó a tener 3500 asociados en la década del 70. Sin embargo, como muchos clubes, tuvo su momento de decadencia e, inclusive, estuvo cerrado. Pero como los antiguos socios no pudieron soportar la tristeza de ver las cadenas en la puerta del club, el 7 de diciembre del año pasado, con la sede reciclada, festejaron los 100 años.

 

Otro Luna de Avellaneda

“En el año 48, el intendente Castellari mandó a un grupo de asociados a una sociedad de fomento en el río, que era una cueva de malvivientes. Se hizo una fusión y surgió el Club Social y de Fomento Victoria, uno de los últimos nombres que tuvo el club”, contó su vice y siguió: “Se empezó a dragar, a hacer canales y se armó una marina, pensada para la gente de San Fernando, Tigre, Beccar. Con el tiempo llegaron unas aves de rapiña y se quedaron con todo; fueron mayoría en la comisión directiva, aumentaron desmesuradamente la cuota social, la gente empezó a irse y finalmente tomaron la cesión de cerrar esta sede”.

Las cadenas fueron puestas en Ingeniero White 1149 en 2004. Tiempo después aparecieron los vitalicios con la convicción de que esa institución debía reabrirse.

“Recurrimos a los vecinos, fuimos a la casa de Amieiro y no lo dejamos dormir unas noches por los tambores. Vinieron los medios. Al final la gente del río nos dejó entrar, esto ya estaba muy deteriorado. Nos quedamos, pusieron un empleado, pagaban la luz y nada más. Así empezamos”.

 

Gimnasio vip y pileta

Sin socios y sin plata, pero con todo el ímpetu de los vitalicios, la institución se puso de pie: “Hoy tenemos 500 socios, todas las disciplinas, bar, cancha de paleta, un gimnasio vip, una pileta. Todas las obras se han hecho con plata genuina”.

Aprovechando las herramientas de la democracia participativa, pudieron construir una pileta: “Ganamos un presupuesto participativo, pero tuvimos que luchar con la arquitecta de la Municipalidad que nos cobró planos que ella no hizo, nos puso un montón de trabas, nos hizo gastar plata que teníamos ahorrada, todo por caprichos”, se quejó Rossi. Aún con proyecto original modificado, la pileta se luce apenas se ingresa al club y, mientras los niños nadan, en verano e invierno, sus padres se entrenan en las máquinas de última generación del gimnasio del primer piso.

“La cancha de paleta se conserva desde 1937; las bochas desaparecieron porque perdió vigencia. Nosotros teníamos la mejor cancha del país, acá se hacían partidos internacionales”, recordó Nelson.

El deporte estrella del Victoria fue y sigue siendo el básquet: “Toda la vida se hicieron encuentros nacionales. Mi hijo, que tiene 44 años, todavía recibe cartas de Tostado, Santa Fe”. Mauricio Tarullo, un papá de la comisión de este deporte, contó: “Este club tiene una historia muy rica en básquet. Tenemos 100 jugadores federados. Trabajamos con 7 categorías, desde pre-mini hasta primera, que después de varios años pudimos incorporar nuevamente a la liga metropolitana. En el 2010 ascendimos de la D a la C; en 2011 hicimos muy buena campaña, estuvimos a un partido de disputar el ascenso a la B. Este año trataremos de armar un equipo competitivo, siempre con chicos vinculados al club, que tengan como referentes a los que empezaron 10 años atrás”. No sólo destacó la labor del entrenador, Tomás Sechari, que “tiene capacidad para diseñar un proceso táctico-estratégico”, sino también a los papás y mamás que “colaboran cotidianamente, siempre que se los llama, están!”.

“Cuando esto se cerró, muchos chicos quedaron en la calle y nosotros queremos que estén en el club. El que hace básquet, entrena lunes, miércoles y viernes, sábado o domingo juega, entonces toda la semana tiene su mente ocupada en un deporte”, dijo María Julia De Angeli, quien amadrina a muchos chicos que no pueden pagar su cuota social.

 

Los 100 años

Llegado el día de la fiesta, 350 personas acompañaron a los organizadores del festejo. “Todo Victoria quiso estar presente, pero tuvimos que decir basta”, contó María Julia, a quien se vio ese día detrás de todos los detalles.

Nelson, que trasladó la torta desde la Capital hasta el club “a paso de hombre”, recordó, aún con asombro, que “pesaba 80 kilos, tenía la pileta, el gimnasio, era el club!”.

Entre aplausos, risas y algunas lágrimas, los vitalicios y también los nuevos socios, brindaron ese día, comprometiéndose a hacer aún más grande la historia de la segunda centuria.

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