Soberanía alimentaria o monocultivo

, Medio Ambiente

La utilidad del bosque revalorizada como práctica cultural

Un representante de la Asociación de Familias con Identidad Huertera, de Santiago del Estero, analiza las acciones del gobierno nacional y alerta sobre prácticas reproductivas del modelo del monocultivo entre los propios campesinos. Denuncia, también, las persecuciones que soporta el movimiento campesino, que no descansa jamás.

 

A partir de mediados de los 80, el movimiento campesino de Santiago del Estero se ha fortalecido y “con esfuerzo, algún traspié y también aciertos nos mantenemos firmes” dijo Adrián Díaz Chevalier, representante de la Asociación de Familias con Identidad Huertera.

Estas familias producen alimentos agroecológicos y recolectan frutos del monte y esto se sustenta en el concepto de soberanía alimentaria. “Nos planteamos la soberanía alimentaria como ejercicio. Y, a su vez, con la carga valorativa de defender el territorio para poder producir nuestros alimentos para elegir qué comemos y que no nos impongan el modelo de producción de alimentos que va ligado al monocultivo. Nuestra perspectiva es ver la utilidad del bosque y valorizarla como práctica cultural”.

 

¿Se ven afectados por el avance del monocultivo? – “Muchísimo. En Santiago, al igual que en toda la Argentina, el modelo del monocultivo está despoblando el monte. Está obligando a la gente a vender sus tierras, los que pueden, y a los que no, los desalojan. Así van a formar los cordones periféricos de la ciudad, que sólo ofrece hacinamiento, precariedad. Las mismas viviendas del Instituto Provincia de Viviendas no están pensadas para esa población que está acostumbrada a vivir en espacios amplios. Algunas personas migran definitivamente, pero también hay migración golondrina, pero, cuando los productores vuelven, encuentran sus tierras abandonadas, su familia sufre la ausencia, las remesas que mandan son insuficientes porque tienen que volver a migrar. Por eso, encontrarle una utilidad al monte, revalorizar las prácticas como sustento para la cotidianeidad, genera pertenencia, hace que la gente se apropie de su territorio, del monte, lo sienta diferente y encuentre más razones por las cuales no dejarlo”.

 

La actividad que ustedes realizan, ¿está apoyada por el gobierno nacional? – “Más allá del gobierno nacional, vamos a hablar del Estado, porque el gobierno es una instancia particular, coyuntural. El Estado Nacional Argentino tiene una política estructural, histórica, es la sociedad rural, las confederaciones, que apuntan a otro tipo de producción, de volumen, intensiva, con una falta de respeto al monte, a las personas que allí viven, que lo aman y lo cuidan. Entonces, muchas veces, el Estado ha ido en contra de su población con este tipo de política. Y el gobierno de hoy, en particular, no es una excepción. El drama social, en Santiago en particular y en la Argentina toda, es el territorio, desde el desmonte, la entrega de los cerros, el agua. Se nos hace necesario imponer mecanismos organizativos para defender nuestro territorio, para defender el Estado desde la sociedad civil organizada, responsable. Por esto es que Santiago tiene un movimiento campesino histórico”.

 

En este momento se acaba de presentar el Plan Estratégico Alimentario (PEA) y la ley de tierras que impediría la extranjerización de la tierra, ¿cómo analizan ustedes esto? – “Se esperaba que el PEA fuera mucho más, por la madurez de las organizaciones conceptual y participativamente. Se espera apoyo del gobierno y hemos notado poco apoyo. Siempre estamos esperando y acompañando para que se dé esa contemplación del otro y no sólo del otro simbolizado en grandes extensiones y pocos dueños, sino de los otros reales, de los otros ciudadanos soberanos que muchas veces nos vemos avasallados por la falta de una legislación que nos contemple, ya sea en la producción alimentaria como en la posesión de tierras. Con respecto a esto último, la ley no es retroactiva. Entonces, tenemos un territorio vasto, desterritorializado, desargentinizado, con mucha corporación. El problema que surge de esto es que la práctica del modelo de expansión se convierte en cultura y por lo tanto se reproduce. Uno, entonces, encuentra un vecino que ha visto el mecanismo de desmonte, de alambrado y topadora y comienza a practicarlo y va en perjuicio de sus propios vecinos, de sus compañeros históricos del paraje. Se hace así una práctica internalizada en la población, por eso, no sólo es la corporación o la extranjerización, sino la reproducción interna, ese parásito que nos hace tan mal”.

 

¿Cómo enfrenta esto el movimiento campesino? – “Con nuevas generaciones que han logrado ser respetadas por la hegemonía y el poder. Y uso estas palabras por las connotaciones que tienen: hablamos de poder cuando imponen su lógica a través de la violencia y es hegemónico también el ejercicio porque no están solos, llegan las empresas y corporaciones y están de la mano del Estado, de los medios. Entonces es difícil transmitir la conciencia del pueblo que piensa, se reúne, lucha y va madurando con esa lucha y se va haciendo respetar. Tenemos adversarios muy irrespetuosos que, sin importar la procedencia del medio, que es el dinero, pueden comprar la justicia, las legislaciones, la policía, pueden comprar lo que se les ocurra. Por eso nosotros vamos hacia un planteo diferente de la economía, que no se basa en las utilidades, sino en los principios. No al homo economicus”.

Y Adrián finalizó describiendo las persecuciones que soporta el campesinado santiagueño: “Santiago es grande y no se puede descansar, porque ahora mismo, los compañeros están siendo amenazados, secuestrados, llevados a otra provincia por policías de otra provincia. Es el caso de Pellegrini, donde secuestraron a un compañero y lo llevaron a Salta. Fue llevado por policías de Salta y eso no es una detención, es un secuestro porque es otra jurisdicción. Entonces la organización nos ha dado cierto respaldo para amortiguar entre todos los golpes, con conciencia, con apoyo, con solidaridad. Hay más respeto, pero nunca alcanza, falta más organización, movilización, compromiso, difusión. Es un trabajo que hacemos constantemente, no descansamos”.

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