El arte de divorciar el discurso de la realidad ¿No se siente un poquito estafado?

, Política

La Revolución de la Alegría y su contraste con la realidad

Ya en la gestión de gobierno, el discurso de Cambiemos alimentado por los coaching de la felicidad y los manuales de Duran Barba, entra en contraste con la realidad que viven millones de argentinos. Apelando a la banalización y al más puro cinismo, se anuncian medidas con impactos brutales, pero lo hacen con alegría. Se le pide a la ciudadanía que haga un esfuerzo cuando, por otro lado, se transfieren de los trabajadores y sectores populares – incluida usted, clase media – 20 millones de dólares a los sectores concentrados de la economía. Lo que otrora, el maléfico kirchnerismo llamaba derechos, derecho al trabajo, a la salud, a la vivienda… hoy se denominan “anormalidades” y “mentiras que les hicieron creer”. Las mismas medidas conservadoras y antipopulares implementadas en la última dictadura cívico militar y en el menemismo pero esta vez con un discurso muy bien estudiado por una maquinaria infernal en marcketing y psicopolítica, y con el monopolio de los medios masivos de comunicación. La nueva derecha: Cambiemos.

 

En el régimen neoliberal de la autoexplotación, uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo. Hoy el poder adquiere, cada vez más, una forma permisiva. En su permisividad, incluso en su amabilidad, depone su negatividad y se ofrece como libertad. La psicopolítica neoliberal está dominada por la positividad. En lugar de operar con amenazas, opera con estímulos positivos. No emplea la ‘medicina amarga’, sino el ‘me gusta’. Lisonjea el alma en lugar de sacudirla y paralizarla mediante shocks. La seduce en lugar de oponerse a ella. Le toma la delantera. Con mucha atención toma nota de los anhelos, las necesidades y los deseos (…). La psicopolítica neoliberal es una política inteligente que busca agradar en lugar de someter.” Byung-Chul Han, Psicopolítica (1).

Remarco la siguiente frase que bien se puede aplicar en nuestras pampas: “La psicopolítica neoliberal está dominada por la positividad. En lugar de operar con amenazas, opera con estímulos positivos”. “La Revolución de la Alegría”, que sintetiza el espíritu de la campaña electoral de Cambiemos en 2015, continúa presente en la gestión de gobierno de la mano de Duran Barba y de los “coaching en felicidad” que explican a los funcionarios de qué se trata la pobreza en encuentros exclusivos.

El uso de la propaganda de la felicidad tenía su razón de ser durante la campaña, al menos desde la expectativa sana de lo nuevo – de hecho, ingenuamente, muchos la tuvieron – pero a seis meses del gobierno de Cambiemos, contrasta con la implementación despiadada de un programa económico y político de transferencia de recursos desde los sectores populares y asalariados a las compañías agroexportadoras, las mineras, los bancos, las empresas de alimentos y los grupos industriales.

¿Transferir 20 mil millones de dólares – en concepto de dejar de cobrar impuestos, por liberalización de las tasas de interés y por las ganancias millonarias de la devaluación – a los sectores mencionados y quitar los subsidios a los servicios públicos -gas, agua, luz y el transporte – que consumen la mayoría de la población, no es una real y verdadera transferencia de ingresos? ¿Se advierte que los sectores más dinámicos de la economía, son los únicos que se benefician aún más con este modelo económico? La justificación discursiva de este paquete de medidas antipopulares que afectan directamente los ingresos de las familias y la calidad de vida, “es la pesada herencia”, y “el sinceramiento de las variables económicas”.

“El sinceramiento” quiere decir “desmantelamiento del Estado, sobre todo en aquellas áreas sociales, de promoción de derechos y de regulación; quiere decir ajuste fiscal, quiere decir retiro del Estado para que el mercado pueda hacer negocios con más libertad, apertura a las importaciones que afectan a la industria local generadora de empleo, flexibilización laboral para que la mano de obra vuelva a ser la variable de ajuste de las empresas (para que tengan la libertad de echar cuando quieran y pagar lo menos posible)”. Esto es lo que se denomina liberalismo o neoliberalismo, ya fue implementado durante la última dictadura cívico-militar y en la década menemista, y ahora vuelve de la mano de Mauricio Macri. Las mismas medidas conservadoras y antipopulares de siempre, pero esta vez con un discurso renovado y muy bien estudiado por una maquinaria infernal en marcketing y psicopolítica y con la monopolización de los grandes medios masivos de comunicación. La nueva derecha.

 

El maravilloso arte de divorciar el discurso de la realidad

Los políticos del actual gobierno anuncian las medidas de forma sonriente y con frases esperanzadoras. “Vamos a estar mejor, confíen”, dijo el presidente Macrì en Santiago del Estero. Su viceministro de Hacienda, Pedro Lacoste, anunció que, en el segundo semestre, bajará en forma drástica la inflación y “la economía va a crecer a una tasa que nos sorprenderá a todos”. El propio presidente y su ministro de Obras Públicas, Rogelio Frigerio, pregonan que, dada la confianza que el mundo tiene en la nueva Argentina, en el mítico segundo semestre diluviarán inversiones sobre el país. A esta altura, intentan demostrar ante las cámaras un acto de fe en el que ni ellos creen, porque nada de lo que esperaban para el primer semestre ha ocurrido.

El manual de uso de Duran Barba aconseja a los funcionarios el maravilloso arte de divorciar el discurso de la realidad y, por ejemplo, a Federico Sturzenegger le indicaba (2): “No proponer nada. La gente no está preocupada por esas cosas, que no son relevantes; no explicar nada; no atacar a nadie, a la gente no le gusta ver a alguien agresivo; no defenderse de ningún ataque”. Cabe mencionar el instructivo detallado que circuló entre los candidatos de Cambiemos acerca del cambio de discurso de Macri a mediados del año pasado. Eran diez puntos que les indicaba lo que debían responder a los medios sobre las nuevas posiciones del candidato a Presidente a favor de la Asignación Universal por Hijo y de la no privatización de Aerolíneas Argentinas e YPF, entre otras.

Ya en la gestión de gobierno, los manuales del buen discurso siguen siendo útiles, pero pierden eficacia en el ocultamiento de la verdad dado por el contraste entre el relato y la realidad cotidiana de cualquier familia. La brutalidad de las medidas económicas que se han adoptado desde diciembre de 2015 son explicadas desde la banalización, minimizando y hasta burlándose de los impactos que tendrán sobre millones de personas. Además los funcionarios transmiten un profundo desprecio e indiferencia por los destinatarios de sus políticas.

A continuación se enumeran algunas de las declaraciones tragicómicas de los funcionarios: “El que tiene hambre de verdad come cualquier cosa”, dijo Adriana Perdriel (PRO), Vicepresidenta del Consejo Escolar de Bahía Blanca, sobre la leche vencida que repartieron en las escuelas. “Vacunarse más y besarse menos”, dijo la Ministra de Salud Zulma Ortiz sobre la Gripe A, cuando se han desmantelado los programas de prevención del Ministerio de Salud y no se informa sobre la cantidad real de enfermos y muertos por esta enfermedad. “Se acostumbraron a comer bien”, dijo el Ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile sobre los aumentos de la carne. “Hay que usar sweater en casa” dijo el Presidente Macri sobre los aumentos de gas. “Son dos pizzas” dijo el Ministro de Economía Alfonso Prat Gay al referirse a los aumentos de la luz. “En plata no es tanto…” dijo el Ministro de Transporte Guillermo Dietrich sobre los aumentos en el transporte público. “Si no le alcanza, no cargue” dijo el Ministro de Energía Juan José Aranguren sobre los aumentos de la nafta. “No hay ola de despidos” dijo el Jefe de Gabinete Marcos Peña. “El  modelo de país que Macri quiere, es India”, dijo la Vicepresidenta de la Nación Gabriel Michetti. “La visión de que hay gente muriéndose de hambre no es real”, dijo Duran Barba, que si bien no tiene un cargo oficial sigue brindando sus servicios al gobierno nacional.

Los funcionarios conocen perfectamente el resultado de sus medidas, pero eso no es lo importante, el foco está puesto en otro lado. La campaña de Macri 2015 apelaba a la cercanía con los vecinos, a la espontaneidad, al contacto humano con el ama de casa y el laburante poniendo en el centro de la escena a la persona común y corriente. Hay un slogan que Macri utilizó en la Ciudad de Buenos Aires, que decía “En todo estás vos” y que sintetiza este mensaje de proximidad. Hoy bien se puede entender que “en todo estás vos” cuando pagás el doble el colectivo, “en todo estás vos” cuando te sube la luz, “en todo estás vos” cuando hacer un asado ya es algo inaccesible, “en todo estás vos” cuando empezás a presagiar que, más tarde o más temprano, volverás a ver de nuevo las tribunas cuando juegue tu equipo” (3). En verdad, en las políticas públicas “en nada, estas vos”.

El diario La Nación tituló que Macri “repatriará” 18 millones de dólares que tiene depositados en una cuenta offshore de la firma Fled Trading, de la cual es director, que está radicada en Bahamas. La existencia de esta firma y de otras en las que Macri es director o socio, fueron reveladas por la investigación de los Panamá Papers. Las sociedades offshores se utilizan para el ocultamiento de dinero de procedencia no legal o para evadir el pago de impuestos del país de origen. A Macri en su momento, no le quedó otra que aceptar que tenía esas sociedades, aunque negó la existencia de cuentas bancarias activas en dichas firmas, pero resulta que las investigaciones posteriores descubrieron que estaban muy activas (4). Ante esto, Macri decide ahora registrar el dinero fugado al exterior en su declaración jurada como funcionario público, porque se le había olvidado y traerá sus 18 millones de dólares. Y además lanza un proyecto de ley para el blanqueo de capitales fugados al exterior y, de esta forma, beneficia además a sus socios y ex socios empresarios que han utilizado siempre el mismo mecanismo con total impunidad.

Es interesante analizar el uso de los conceptos a la hora de querer tergiversar un hecho, presentando una noticia de tal manera que la situación de corrupción y escándalo que subyace, se difumine en el frío de la noche. Se le llama “repatriación” al blanqueo obligado de 18 millones de dólares que Macri fugó del país en un acto que, si no es delito – lo cual habrá que investigar – es ilegítimo e inmoral. Una puntita del iceberg de la maquinaria empresarial de los Macri que ha hecho de la corrupción un eje estratégico de su crecimiento a lo largo de décadas y décadas en el país.

El economista Javier González Fraga declaró que el kirchnerismo “le hizo creer a un empleado medio que podía comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior” y agregó “eso no era normal”. La impresentable Vicepresidenta Gabriela Michetti salió a defender y reforzar la opinión de González Fraga diciendo que “le decían a la gente que se puede vivir de esta forma eternamente, mintiéndole porque en realidad eran todos recursos de la emisión de dinero sin sustento”. Este es el núcleo descarnado del pensamiento macrista, algunos con más picardía como el economista y otros con más vulgaridad e ignorancia como ya nos tiene acostumbrados Michetti. Lo que otrora se consideraban derechos adquiridos, constitucionales, el derecho al trabajo, a la salud, a la vivienda, a una vida digna, ellos lo llaman “anormalidades” y “mentiras” que el kirchnerismo le hizo creer a la gente.

 

Consideraciones finales

En un contexto de monopolización de los grandes medios, de imposición de un único relato de la realidad y de ausencia de pluralismo (hay una decisión deliberada de eliminar la manifestación de opiniones opositoras), el discurso hegemónico y la ficción propagandística se despliegan abiertamente por la televisión, los diarios, las radios con la intención de justificar lo injustificable y las situaciones más dramáticas, escandalosas y delictivas son naturalizadas en el mensaje que se trasmite y se dibujan conceptos en el imaginario social para que el explotado se sienta, no sé si feliz, pero por lo menos complaciente porque “todas estas medidas se toman por su bien y en el futuro todo va a estar bien…”. Como citaba más arriba: “Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo”.

El poder real continúa haciendo sus negocios dentro del Estado por otro lado, mientras tanto los grandes medios y los coaching de la felicidad preparan nuevos discursos para que los ciudadanos naturalicen la estupidez, la barbarie, la brutalidad y la mentira sistemática de un modelo económico que cierra con la gente afuera y tiene que convencerte de ello: “la autoexplotación”.

Existe un deber moral en la búsqueda de la verdad en aquellos que tienen el poder de publicar y difundir sus ideas y un medio de comunicación, cualquiera sea, no puede permanecer impávido e indiferente haciendo de cuenta que no pasa nada, y la indignación de aquel que se siente burlado y estafado tiene que servir para reflexionar con otros y analizar cómo se llegó a esto y qué se puede hacer para cambiar, pero de verdad.

 

(1) Estos párrafos fueron citados por el filósofo Ricardo Forster en la nota “El nuevo espíritu del capitalismo” que publicó el 25 de mayo en el periódico Página 12. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-300190-2016-05-25.html

(2) Durante la campaña electoral por la Jefatura del Gobierno Porteño en 2013.

(3) Extraído de http://gerardofernandez.net/en-todo-estas-vos/

(4) En el programa Economía Política del domingo 29 de mayo se reveló que justamente a través de esa sociedad los Macri lavaron cerca de U$S 10 millones a través de Brasil.

Deja una respuesta