Lucho está bien, misión cumplida

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Estuvo un mes internado en la guardia de los bomberos. Orientados por el veterinario Carlos Couló, los Bomberos de Tigre lograron que Lucho vuelva a la vida.

 

        Como todas las noches, Lucho salió a dar su vueltita por la plaza. Lo imaginamos correteando, buscando la amistad de todos los transeúntes y husmeando el pasto aquí y allá. De pronto, un ladrido-grito y Lucho volvió en un santiamén al cuartel de bomberos. ¿Qué había pasado? “Lucho levantó la patita frente a una farola y recibió una descarga eléctrica”, contó Ricardo Olmos, 2do. Jefe del cuartel de Bomberos de Tigre.

        Al día siguiente, Lucho siguió haciendo su vida normal, sin embargo unos días después empezó con dificultades y a la semana dejó de caminar y perdió la visión. Rápidamente fue llevado al veterinario – Carlos Couló – que “se portó de maravilla”, enfatizó Ricardo.

        La descarga eléctrica produjo una inflamación del cerebro que lo dejó parapléjico. Además de mantenerlo con suero, los bomberos tuvieron que encargarse de la rehabilitación de Lucho: “Fue la misma que tuvimos que hacer con nuestra mascota anterior que estuvo con nosotros casi 17 años. Le pasábamos debajo del anca una manguera vieja y lo llevábamos como quien empieza a caminar”, explicó Santiago Figueiras, un bombero que estuvo al pie del cañón durante el tiempo que duró la rehabilitación. Y así fue como, día tras día, los vecinos veían a Lucho desplazarse lentamente por la plaza, ayudado por sus amorosos enfermeros. “¡Qué no hicieron los bomberos por ese animal!”, manifestó Milagros, una vecina que estuvo atenta a la recuperación de Lucho, que disfruta, nuevamente, de su vitalidad de cachorro querendón.

        “Nosotros decimos que Lucho nació tres veces, primero tuvo su nacimiento biológico; el segundo, cuando lo encontró la familia que nos lo regaló porque él apareció en Beccar durante una tormenta y, el último, después del accidente en la plaza”. Pero, por las dudas, sus amigos los bomberos le recuerdan que “es un perro y no un gato, porque los gatos tienen 7 vidas y los perros, no”.

        Ricardo reconoció que Lucho “es muy agradecido porque, cuando llegamos a la mañana a tomar la guardia, nos salta media hora”; por su parte, Santiago sostuvo que “es un perro muy bueno, pero, para bombero, no sirve, porque, cuando toca la sirena, es el último en levantarse”.

        Porque Lucho no puede hablar, nosotros le prestamos nuestras palabras: gracias Bomberos de Tigre por haber salvado a un perrito que ofrece su cariño y fidelidad sin pedir nada a cambio. Una vez una voz anónima dijo “cuando todos los animales se hayan ido, el hombre morirá de soledad”, con personas como ustedes, esto nunca sucederá.

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