Punta Querandí y la Pacha en estado de alerta

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Referentes sociales, políticos y vecinos defendiendo el territorio y la cultura ancestral. Los integrantes de la comunidad indígena de Punta Querandí convocaron a la celebración de la Pacha. El festejo se enlazó con la defensa del territorio que sufre constantes agresiones por parte de Jorge O’Reilly, dueño de EIDICO. El 24 de septiembre festejarán el Año Nuevo Guaraní.

 

Desafiando al barro y la llovizna, el domingo 27 de agosto, más de 200 personas llegaron a Punta Querandí, territorio comunitario, sagrado y educativo de los pueblos originarios, en la desembocadura del arroyo Garín sobre el canal Villanueva.

Agradecer a la Pacha y apoyar a la comunidad indígena del lugar fueron los motivos que convocaron a tantos amigos que arribaron desde distintos puntos del Gran Buenos Aires y la Capital Federal. En autos y colectivos, poniéndole el pecho a largas distancias y a los obstáculos comunicacionales, mujeres y hombres, adultos y niños se unieron en una ronda donde todos son iguales, en un ceremonial que conecta con la búsqueda de paz y armonía para la Tierra y todos sus hijos.

En Punta Querandí todo es ceremonial: el abrazo entre amigos, el encuentro con nuevos llegados, la comida hecha por manos honestas, la música tocada desde el alma, el paisaje que acaricia.

En ese estrecho espacio de los humedales continentales del río Luján se fue consolidando una comunidad indígena; las pequeñas construcciones que levantaron, son el resultado de un trabajo constante de siete años que tiene como finalidad resguardar la riqueza ancestral de la zona, transmitir conocimientos y contactar con la espiritualidad.

Ese último domingo de agosto, así como tantos otros desde hace años, referentes indígenas, sociales, políticos y familias que se sienten convocadas a cuidar este espacio público y sagrado, se reunieron para expresar, una vez más, su solidaridad con la comunidad indígena de Punta Querandí. “Vamos a defender la riqueza arqueológica, cultural y natural de Punta Querandí”, expresó el concejal Federico Ugo.

¿Por qué defensa? Porque Jorge O’Reilly, dueño de la empresa EIDICO, considera que Punta Querandí le pertenece, por lo tanto el último recurso que utilizó para quedarse con el lugar, es un juicio de desalojo. Pero también hay que defender a Punta Querandí del poder judicial, que logró neutralizar el trabajo realizado durante años por la Jueza Federal Sandra Arroyo Salgado, derivando la causa caratulada NN Delito de Acción Pública hacia un juzgado provincial. También hay que defender a Punta Querandí de la gobernadora Vidal que firmó el nombramiento de Dante Galeazzi (integrante de cámaras inmobiliarias y yerno de Eduardo Constantini, dueño de Nordelta) como Director Provincial de Ordenamiento Urbano de la provincia de Buenos Aires. También hay que defender a Punta Querandí del Municipio de Tigre que permite que los negociados inmobiliarios avancen en el distrito, destruyendo el patrimonio natural y cultural de los vecinos de Tigre. También hay que defender a Punta Querandí del Senado de la Nación, dado que el 7 de septiembre, por mayoría, se han negado a tratar la prórroga de la ley 26.160, que evitaría los desalojos de comunidades indígenas.

Cinco siglos de experiencia animan a todos los pueblos originarios de América; 7 años de resistencia sostienen a la comunidad indígena de Punta Querandí; el espíritu de los ancianos que envuelve el territorio, fortalece la lucha de esta comunidad, por eso… no pasarán!

 

Silvia y Rubén, vecinos de Pacheco, llegaron por primera vez a Punta Querandí. Estaban emocionados porque personas que no los conocen, los recibieron con un beso. “De un lado hay alambres, del otro nos dan un abrazo”. Rubén, aficionado a la fotografía, no desaprovechó ningún momento para enfocar con su cámara; Silvia conversó y recabó información para llevar a su hija, una estudiante secundaria apasionada por el tema indígena. “Ella seguro que va a querer venir para hacer algo aquí”, decía emocionada la madre.

Mabel también asistió al lugar por primera vez. “Soy de Rincón, tengo que irme temprano porque viajo en colectivo y se tarda mucho”, explicó, mientras intentaba convencer a su hija pequeña de que volverían y se quedarían más tiempo.

El periodista Sebastián Hacher, también en su primera visita, destacó el contraste visual: de un lado alambrado y del otro, el espacio abierto.

 

Como la avanzada destructiva de los humedales no se detiene, el jueves 7, la comunidad indígena de Punta Querandí y vecinos de La Ñata y Dique Luján realizaron una manifestación frente al sitio arqueológico La Bellaca. Allí, EIDICO retomó las obras de un barrio privado que forma parte del complejo Villa Nueva, que ya desapareció casi mil hectáreas de humedales, lugares históricos y enterratorios indígenas. El Municipio de Tigre permite el avance de la obra aún en contra del reclamo de los vecinos preexistentes que advierten sobre el desastre ecológico y social que estos negocios inmobiliarios producen. Basta recordar la gran inundación en Luján.

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