Beneficios ambientales del arbolado urbano

Es hora de generar condiciones favorables para el desarrollo de la vegetación urbana. Transformaciones de la ciudad que deterioran la vida. Gestión y manejo de espacios verdes que malgasta los recursos públicos y sólo conduce a la destrucción del patrimonio arbóreo tigrense.

A medida que las ciudades aumentan su densidad poblacional, agravan sus problemas ambientales y esto, obviamente, deteriora la calidad de vida.

El exceso de cemento y asfalto, la contaminación auditiva y visual, la polución del aire, producen – entre otras cosas – estrés, enfermedades respiratorias, irritabilidad, cansancio psíquico. Ante tanto malestar, los profesionales de la salud recomiendan contacto con la naturaleza; y, por voluntad propia, los fines de semana, la gente busca espacios verdes para escapar a tanto agobio urbano.

Hay ciudades, como Tigre, que poseían verdor en cantidad y lo han ido perdiendo a un ritmo acelerado en la última década, debido al negocio inmobiliario, que no posee ningún tipo de regulación y sólo se gestiona en función del beneficio privado. Así, las propiedades que aportaban oxígeno y drenaje de las aguas durante las mareas y/o copiosas lluvias, se han transformado en espacios cementados que aportan al deterioro de la vida.

¿Quién dice que el crecimiento hacia arriba es beneficioso para la ciudad? Los arquitectos, que construyen edificios con minúsculos departamentos mientras ellos viven en barrios cerrados rodeados de un paisaje artificial, pero verde. Al Municipio también le conviene que haya más población, ya que recaudará más impuestos; a los comerciantes todos, supuestamente, también les viene muy bien. Sin embargo, ¿alguien se puso a sacar cuentas de la inversión que se ha hecho en los últimos años en enfermedad? Porque no nos debemos engañar, no se invierte en salud, se invierte para curar enfermedades. Si se invirtiera en salud, no se permitiría destruir el patrimonio arbóreo de todos los tigrenses. ¿Cuál sería la inversión para preservar este patrimonio? Cero peso.

Es necesario recomponer el vínculo entre los habitantes de la ciudad y la naturaleza; para esto, una de las primeras acciones es formar a los funcionarios y empleados públicos. ¿Es posible que se haya puesto cemento y piedritas barnizadas alrededor de los árboles del Puerto de Frutos? Es posible. Se ha hecho. ¿Quién fue el genio que realizó este crimen contra la naturaleza? ¿Nadie se dio cuenta que el árbol necesita agua? ¿Nadie sabe que el cemento contamina la tierra? ¿El señor intendente no pasea por el Puerto de Frutos? ¿Ningún concejal pasea por el Puerto de Frutos? ¿Por qué será que los que toman decisiones son siempre ignorantes?

Hay un gran desconocimiento sobre los beneficios que aportan los árboles al medio que habitamos; ese desconocimiento es mayúsculo. Se priorizan adornitos antes que los árboles; se priorizan los cables de las empresas privadas antes que los árboles.

En 1928, en el I Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, se determinó que los espacios verdes son, para una ciudad, tan importantes como un hospital o un colegio. Esto debe traducirse: uno de los deberes de los funcionarios públicos es proveer y mantener espacios públicos arbolados.

La isla de calor que se genera en una ciudad sólo puede ser atenuada por la presencia de espacios verdes; pequeños bosquecillos en las plazas o numerosos árboles de alineación mejoran las condiciones de vida de quienes viven entre los rígidos ambientes cementicios que se han impuesto en las urbes. Es necesario recuperar espacios verdes colocando pasto, árboles y bebederos; no se necesitan bancos de cemento ni ampulosas fuentes de luces que funcionan un solo día!!!

¿Quién tolera caminar por la avenida Cazón con 38° de temperatura? Las raquíticas palmeras que se extienden de un extremo a otro de la avenida, en las cuales se ha gastado mucho dinero, ¿qué beneficio ambiental aportan a los ciudadanos que pagan impuestos?

Plantar y mantener árboles, pasto, enredaderas, arbustos no debe dejarse librado al capricho de ningún funcionario. No es una mera acción de embellecimiento, es parte de la gestión pública que debe entenderse como un componente básico de la infraestructura urbana para mitigar el cambio climático, generar espacios de esparcimiento gratuito y saludable y mejorar la salud psíquica de todos los habitantes.

 

Foto: Árbol cementado en el puerto de frutos

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