Más de un año de sobretrabajo y tensión emocional. Los signos de cansancio en los trabajadores de la salud necesitan urgente atención. Desde ATE San Fernando recomiendan formación de equipos de salud mental para contener al personal. El personal contratado agrega al estrés pandémico la angustia por no saber si continuará en su función.

        Ya en septiembre, los números relacionados con contagios y muertes por Covid 19 descendieron considerablemente. La ocupación de camas, en toda la provincia de Buenos Aires, está volviendo a los porcentajes históricos. Una peculiaridad de este momento es que la ocupación se da “por pacientes con patologías crónicas, por ejemplo, cardiológicas, hipertensión, diabetes, que están agravadas porque el año pasado no se atendieron correctamente”, explicó Gustavo Mastroiani, referente de los trabajadores de la salud de San Fernando.

        Esta realidad es parte de la post-pandemia y las situaciones de angustia, estrés y depresión que sufren los trabajadores de la salud también es efecto de un año y medio trabajando sin descanso, desbordados por la demanda y con urgencias económicas.

        “Dirigirse cada día al hospital, sin saber qué se iba a enfrentar, con escasez de insumos, teniendo que asumir las tareas de compañeros que se iban enfermando, dejando a la familia aislada con problemas económicos, todo esto generó muchísima ansiedad y estrés”, contó Mastroiani.

        En los meses de mayor locura, detenerse a conversar con un compañero en un pasillo y que se largara a llorar, fue una experiencia común. A otros les costaba contar que, al volver a sus hogares, encontraban carteles con la leyenda “no vuelvas más”, colocada por los vecinos. Muchos contaban las moneditas, porque los ingresos familiares se vieron abruptamente disminuidos cuando parte de ellos provenían de trabajos informales. En agosto, en el hospital Cordero, un enfermero fue encontrado descompensado adentro del baño; recibió atención inmediata, sin embargo, al día siguiente murió.

        A todos los inconvenientes y dolores provocados por la pandemia, a los trabajadores de la salud los agarró con un deterioro salarial de un 40%, provocado por la administración de María Eugenia Vidal, que, además, pergeñó una considerable reducción de la planta: sólo en el Hospital Cordero, a lo largo de los 4 años de la gestión Vidal, se redujeron 180 cargos, casi el 50% de la planta.

        Esto da una pauta de la sobrecarga de trabajo que tuvieron que soportar, así como los problemas económicos. 

        Aunque recibieron aumentos de sueldo y el actual gobierno provincial incorporó personal, es difícil subsanar el desastre provocado por el gobierno macrista.

        “Los compañeros de muchos años de trabajo vienen tolerando problemas históricos y el año pasado se sumó la pandemia. Por esto desde ATE se planteó conformar equipos de salud mental para contener a los trabajadores y eso se pidió durante la pandemia y entendemos que son necesarios también para la post-pandemia”, señaló el entrevistado.

        Otro tema es el personal contratado justamente durante la pandemia, sobre el cual Mastroiani dijo: “Estos nuevos agentes hoy son trabajadores precarizados, así que al estrés pandémico le suman la incertidumbre de no saber si siguen trabajando”.

        Para que unos y otros puedan bajar la carga de estrés, “hay que empezar a reconocer derechos”, por lo cual el gremio solicita el pase a planta de todo el personal contratado durante la pandemia y comenzar a ver el tema sueldo que “debe permitir a los trabajadores sostener un proyecto de vida”.

        Otro tema anudado al cansancio es el decreto de emergencia sanitaria que impide que los trabajadores se tomen vacaciones, ya que “por ahora, al personal de planta permanente se le otorgaron 14 días relacionados con los que se debían de 2019, pero todavía quedan las vacaciones del 2020 y ya vienen las de 2021”.

        El esparcimiento para quienes han estado sometidos a fuertes tensiones es fundamental; cuidar la salud mental de quienes se ocupan de la salud de los ciudadanos, debe ser inversión prioritaria. Si bien el entrevistado informó que, desde la provincia de Buenos Aires, así como desde el Municipio de San Fernando, se están ocupando del tema, insistió en que la herramienta fundamental debe generarse dentro de los propios hospitales.

        Según estadísticas de la OMS, el sector de la salud tiene un alto índice de suicidios, más elevado que la media general. El estrés pandémico, sumado a este dato histórico, debe ser considerado por las autoridades sanitarias para actuar preventivamente.

Por Mónica Carinchi