La biblioteca Seamos Libres, del Caraguatá al 800, corrió peligro de desaparecer debido a un incendio que se inició nunca se sabe cómo. Sin embargo, empleados de Edenor están informando que individuos desconocidos han cortado cables, en distintas zonas del delta, lo que generó incendios en muchos lugares.

        Son los vecinos quienes empiezan a avisarse entre sí y a las autoridades que deben actuar y, lamentablemente, lo hacen con bastante negligencia.

        Son los vecinos quienes están atentos a los mapas satelitales que informan al minuto y que también podrían observar bomberos, defensa civil y empleados del Municipio de Tigre.

        Son los vecinos los que sacan videos para difundir. “Ahora desde el 915 del Caraguatá mirando al sur sigue el fuego”, dicen alarmados porque hay viento suficiente para que se queme todo.

        Son las vecinas las que llaman al Servicio Nacional de Control del Fuego para pedir aviones hidrantes.

        Estamos en una época de sequía excepcional, es necesaria una atención extrema y los vecinos advierten que no se toman las medidas pertinentes para prevenir incendios. Pareciera que tampoco se persigue a quienes inician los fuegos porque siempre están mejor equipados que la policía, la prefectura y todos los sistemas de emergencia y control que los vecinos pagan con sus impuestos. (Seguiremos informando)

Por Mónica Carinchi