Las lanchas rápidas cambian el sistema de transporte de pasajeros en el Delta

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Historia del Partido de Tigre – Parte LXXXV

En la década del 30, el viejo sistema de transporte fluvial basado en los vapores comenzará a incorporar lanchas rápidas y livianas y de esta manera se logrará reducir considerablemente la duración de los viajes, disminuir el costo de los pasajes y brindar un servició más ágil y cómodo, aproximándose al que hoy conocemos.

 

En el año 1929, la empresa Navegación Isleña le encarga a los astilleros Trapeyas Hnos., ubicado en Tigre, una lancha experimental con casco de madera de veinte metros de eslora y tres metros de manga a la que se le coloca un motor diesel de 150 caballos de potencia. Era toda una novedad para la época.

La lancha fue bautizada con el nombre de “Delta” y fue la primera de una serie de lanchas rápidas y livianas que paulatinamente irán cambiando el viejo sistema de transporte fluvial de pasajeros en las Islas del Delta hasta aproximarse al que conocemos actualmente.

La embarcación tenía una capacidad para 100 pasajeros “en cómodos asientos sobre la línea de crujía de la nave y en bancadas ubicadas en forma paralela a las bordas” (1). Tenía además una mayor velocidad y agilidad de maniobra y el hecho de estar dedicada a transportar exclusivamente pasajeros hizo que mejorara el servicio. Fue el comienzo del fin del tradicional sistema de barcos que transportaba tanto pasajeros como cargas y que eventualmente remolcaba chatas con mercaderías generales. Aun así durante años siguieron conviviendo los vapores con las nuevas lanchas.

La modalidad anterior además insumía largos viajes sobre todo para aquellos que tenían que trasladarse a la Segunda, Tercera y Cuarta Sección de Islas, por el contrario, los isleños de la Primera Sección ya contaban con líneas de transporte fluvial.

 

Se reducen los tiempos de viaje

Para tomar un ejemplo, un trayecto de viaje desde el Canal de San Fernando hasta el río Barquita en la Tercera Sección de Islas tenía una duración de siete horas, en 1931 se redujo a cuatro horas, y en 1936 con la incorporación de las lanchas veloces, se acortó el tiempo a tan sólo dos horas y media. Estas lanchas fueron las Delta V a Delta XII, que fueron construidas por el astillero Ortholán.

Al disminuir el tiempo de viaje, también se redujo el precio de los pasajes ya que con el sistema anterior se incluía el almuerzo, que era imprescindible para un viaje tan largo. Asimismo se ajustaron los cronogramas de horarios para que los pobladores isleños pudieran trasladarse a San Fernando y volver a su casa en el día, o en sentido inverso, para que un pasajero pudiera ir a la Isla y luego volver al puerto el mismo día.

Estas nuevas y mejores circunstancias en el sistema de transporte fluvial hicieron que aumentara considerablemente la cantidad de pasajeros y también que la empresa Navegación Isleña, en este caso, incrementara sus ingresos económicos.

 

(1) Pereyra, Pablo, “Desde el vapor”, Ediciones del Eclipse, Buenos Aires, 2009. Pág. 41.

 

Fuentes:

-Luciano, Darío, “Navegación Isleña 1900-1967”, Instituto de Estudios Históricos de San Fernando de Buena Vista, Buenos Aires, 1999.

-Pereyra, Pablo, “Desde el vapor”, Ediciones del Eclipse, Buenos Aires, 2009.

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