“Esto es una política de autonomía financiera”

Control fiscal para las operaciones cambiarias

Las recientes modificaciones para la compra de divisas extranjeras forman parte de un paquete de medidas económicas que atacan la especulación financiera, combaten la economía en negro – vinculada al delito de lavado de dinero – y la evasión fiscal. Un especialista habla sobre estos temas y realiza una evaluación de las medidas tomadas a un mes de su aplicación.

 

El 31 de octubre pasado entró en vigencia la Resolución 3210 de AFIP, denominada Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias. La misma estableció una nueva modalidad para la compra de divisas extranjeras: a los fines fiscales, las entidades autorizadas a operar en cambios por el Banco Central de la República Argentina deberán consultar y registrar, mediante sistema informático, el importe en pesos del total de cada una de las operaciones cambiarias.

A un mes de su aplicación, Actualidad se entrevistó con Horacio Aizicovich, Gerente Zonal del Banco Credicoop, para hacer una evaluación sobre el tema.

 

El adiós a una changuita

¿Por qué se puso en funcionamiento la Resolución 3210? “Se hizo porque se había generado un mercado paralelo con cotizaciones superlativas, es decir muy por encima del valor de venta del dólar oficial. Entonces se aplicó un control fiscal, tendiente a poner al Estado en el lugar en que debe estar que es el rol regulador. Esta es una política pública activa”.

Y Aizicovich enfatizó: “Es necesario aclarar que en Argentina no hay control de cambio, porque a través del Banco Central y de la red de bancos del sistema financiero se provee de todos los dólares que demanda el público y las empresas”.

¿De dónde salían los dólares para el mercado paralelo? “Se compraban en el mercado oficial a 4,24 y se vendían a 4,50 o 4,60 o cualquier otra tarifa, azuzada por los grandes medios concentrados que venían trabajando en oposición a las medidas económicas”.

O sea que los dólares del mercado paralelo eran comprados, por los famosos coleros, en el mercado oficial. “Los coleros, personas sin trabajo, indigentes, iban con su documento a comprar 3 mil o 4 mil dólares, o sea que prestaban su nombre para comprar dólares en el mercado oficial que después se negociaban en las mesas de dinero”. Al ponerse un control efectivo a la demanda de dólares, en el transcurso de la aplicación de las nuevas medidas cambiarias, el dólar paralelo o “blue” fue bajando, pues “desapareció la provisión de dólares baratos que era la materia prima para el negocio especulativo de cuevas y agentes económicos informales”.

¿Quiénes son los compradores del dólar paralelo? “El dinero en negro, porque no se solicita información sobre el origen de los fondos. Por eso el gobierno, oportuna y sabiamente, dijo ‘vendemos todos los dólares necesarios, pero los compradores tendrán que justificar de dónde provienen los fondos’. Por esto la media es fiscal, proviene de la AFIP, no del Banco Central. Nosotros saludamos estas medidas, nos parece que van en línea con un Estado presente, activo y que toma el toro por las astas”.

 

El sistema de verificación

“Se implementó un sistema bien cuidado, en el que se cruza información de AFIP, Aduana y Banco Central. Se entra con el CUIT o CUIL y se obtienen las últimas presentaciones de impuestos o aportes. Hay que aclarar que, si la persona fue comprando dólares durante el año, firmó una declaración jurada y eso también es computado. El conteo no empezó a partir del día de aplicación de la resolución, porque siempre se toma un año fiscal”, explicó Aizicovich.

Como estamos llegando al período de vacaciones, seguramente muchas personas viajarán al exterior: “Si la persona tiene su pasaje y puede justificar los fondos, se le habilita la compra. Por eso, insisto, no hay control de cambio. En Argentina, quien puede justificar los fondos, puede comprar hasta 2 millones de dólares por mes y sacarlos del país. En realidad, tenemos un régimen muy abierto. Por eso esta resolución es un control fiscal, muy oportuno”.

El tema de los controles también está relacionado con el lavado de dinero: “La Argentina tiene compromisos internacionales a los cuales está obligada por protocolos firmados con el GAFI, que es un organismo internacional que vigila las operaciones de lavado de dinero. El gobierno se está esmerando en cumplir para no caer en penalidades que podrían ser complejas para el panorama económico y para el mercado externo”.

 

Intervenir en el mercado para regularlo

Las especulaciones financieras, basadas en las divisas extranjeras, pueden determinar una caída de las reservas internacionales del Banco Central y forzar devaluaciones o quitarle margen de maniobra para enfrentar una crisis financiera externa.

Por este motivo, el entrevistado sostuvo: “Fue una medida efectiva que cumplió con su función, porque, después de 3 semanas, el intento de golpe económico que significó la corrida contra el peso, atizada por grandes empresas liquidadoras de divisas, no pudo avanzar, todo volvió a la normalidad. El dólar se mantuvo a 4,26 y el mercado paralelo bajó a un nivel muy cercano al oficial”.

Y, luego, agregó: “El nivel de reservas y los instrumentos que tiene hoy el Banco Central le dan gran poder para enfrentar estos ataques especulativos, verdaderos mini-golpes económicos que en otro momento tuvieron muchísima incidencia y voltearon gobiernos. Pero hoy, el Banco Central, en forma oportuna y certera, los anuló efectivamente”.

 

Un refugio que se va achicando

Si bien la Resolución 3210 se aplica a la compra de cualquier divisa extranjera, sólo se habla de dólares. La razón trasciende la economía.

“Es un fenómeno cultural; el argentino medio siempre buscó refugio en el dólar”, dijo Aizicovich y dio un dato asombroso: “Argentina es el 2do. país del mundo, después de Estados Unidos, en tenencia de dólares por persona”. Y avanzó con un ejemplo: “A las operaciones inmobiliarias nadie las piensa en pesos argentinos. Hace poco se hizo un contraste con Brasil – 8° potencia industrial del mundo – y allí las operaciones inmobiliarias se hacen en reales. Todos piensan, compran y se mueven con el real, no existe el dólar. El fenómeno argentino se irá corrigiendo con políticas activas, cada vez en un sentido más nacional. Nosotros tenemos nuestra propia moneda y justamente muchos de los problemas que hemos tenido son por estar atados al dólar, una moneda que no creamos y que genera una dependencia económica, política y cultural”.

 

Mineras y petroleras: a liquidar en casa

En 1992, Menem estableció que las empresas petroleras podían disponer libremente del 70% del valor de sus exportaciones, o sea que, por cada 100 dólares que una empresa vendía al exterior, sólo tenía que liquidar en el mercado local 30 dólares, los otros 70 iban directamente a las cuentas de las casas matrices.

El tratamiento diferencial para las mineras se dispuso en 2004, durante el mandato de Néstor Kirchner, y alcanzó al 100% de sus ventas externas.

A partir del 26 de octubre, con el decreto 1722/11, esta situación se ha modificado. “Las mineras y petroleras deben ingresar el 100% de las divisas de sus exportaciones. Las liquidan en el mercado como las cerealeras y el gobierno les da pesos, pero las divisas ingresan al país. Esto también se estableció para las compañías de seguros, que hacían sus reaseguros en compañías internacionales, lo cual generaba una salida importante de divisas”.

Y remarcó: “En una situación de crisis del sistema capitalista, con epicentro en Europa y Estados Unidos, es muy positivo que el gobierno lleve adelante medidas de corrección para asegurarnos la mayor cantidad de reservas, de divisas y de autonomía financiera, porque esto es una política de autonomía financiera”.

¿Cuál es la evaluación que hace el Banco sobre estas medidas? “Nuestra evaluación es positiva y la hacemos sobre datos concretos, porque el dólar se ha mantenido en los niveles que el gobierno quiere. Técnicamente, el gobierno mantiene una flotación administrada del tipo de cambio. Están tratando de que no se atrase, porque el dólar atrasado no es un buen negocio, ya que el país pierde competitividad frente al exterior. Pero tampoco quiere que se produzca una gran devaluación, pues esto se traslada a las materias primas y sobre todo a los productos alimenticios. Por lo tanto administra la situación. Hay que tener en cuenta que nuestro cambio también depende de lo que vaya pasando en Brasil, porque gran parte del flujo comercial lo tenemos con ellos y Brasil ha tenido sobrevaluado su peso durante mucho tiempo. Ahora el gobierno está mirando con mucho cuidado lo que vaya a suceder allí para ver cómo mantiene esta administración flotante del tipo de cambio. Desde luego, no faltan sectores concentrados de la economía – los grandes formadores de precios, las grandes exportadoras – que presionan por tener un dólar súperalto porque es parte de su gran negocio, pero el gobierno gobierna para todos, no para las 4 o 5 principales empresas del país”.

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