Fibras naturales, una opción saludable

Entre telares, ruecas y diseño de autor

Bufandas intervenidas, objetos de decoración, joyería textil o simplemente un tradicional pulover de merino, son los productos que se venden en un espacio temático que tiene como protagonista a las fibras naturales.

 

Como la agricultura, el uso de las fibras naturales acompaña a las distintas civilizaciones desde sus orígenes: según la tradición china, el uso de la seda data del siglo 17 a.C; en México se han encontrado artículos de algodón de 5000 años de antigüedad.

Entre las fibras naturales más abrigadas (calientan 4 o 5 veces más que la lana), se encuentran la vicuña (la fibra más cara del mundo) y la alpaca, ambas originarias de América del Sur. Suaves prendas de estas fibras pueden ser apreciadas en el espacio multimarca Fibras Naturales, abierto recientemente en Tigre.

“Nos interesa difundir el potencial de las fibras naturales, recuperar saberes tradicionales como antiguas técnicas de telar o el hilado manual con ruecas; también el arte textil, que por muchos años estuvo olvidado”, señaló Lucrecia Reynoso, creadora del lugar.

En este cálido espacio donde la venta de artículos de fibras naturales se entrelaza con el diseño y el confort, Lucrecia precisó: “En nuestros productos predomina el concepto de originalidad, la calidad de las terminaciones y el diseño, pero no el diseño por sí mismo, que puede llegar a ser algo superficial. Para nosotros, el diseño está relacionado con la funcionalidad y el bienestar de la persona”. Efectivamente, la indumentaria que allí se expone es de líneas simples y atractivas y una bufanda se transforma en “un accesorio textil ya que tiene un concepto de diseño que deja de ser algo convencional para ser un adorno original”.

Por otra parte, Lucrecia aclaró que, además de productos de prestigiosos creadores, ellos también desarrollan los suyos, por ejemplo mantas y chalinas con diseños clásicos, basados en combinaciones de tramas y urdimbres y “ya con esto se puede lograr una gran variedad”. Hacen también hilados y telas artesanales; tienen, además, delicadísimos linos belgas en una gama de 240 colores.

Una de las pasiones de Lucrecia es la seda, a la cual se ha dedicado durante muchos años, por eso, cuando llegue la época de cría de este peculiar gusano, venderán “kits, que ocupan un espacio muy reducido y permiten ver todo el proceso de desarrollo del gusano, que es un ejercicio de observación muy interesante”. La seda tiene dos características básicas: es una fibra térmica, de ahí que, cuando se tiene dolor de garganta, se recomienda el uso de un pañuelo de seda, ya que ésta toma el calor del cuerpo y lo mantiene, lo que produce una sensación de bienestar; por otro lado, su composición es lo que más se parece a la piel humana, por lo cual fue usada durante mucho tiempo como hilo de sutura. Estas dos peculiaridades hacen que la seda sea “una fibra muy saludable”. Una tradición china dice que a los niños, apenas nacen, hay que ponerles una prenda de seda porque es de buen augurio, “dado que la seda es como una caricia para el cuerpo, el niño queda contactado con un registro psicológico agradable que favorecerá su desarrollo”, dijo Lucrecia. Y eso es lo que sucede en Fibras Naturales, pasar la mano por cualquiera de los textiles que allí hay, es un placer que busca reiterarse una y otra vez.

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