Los primeros lazarillos educados en el país

Además de ser mascotas, muchos perros trabajan. Gracias a la labor solidaria del Club de Leones La Colonia, de Quilmes Oeste, se ha formado en Argentina la primera escuela de perros guía. Un equipo de 19 personas trabaja con la colaboración de la empresa Royal Canin que, desde hace 2 años, se ha integrado al proyecto. El 12 de octubre, en el Centro Cultural Borges, se entregarán los primeros lazarillos y ya hay más en formación. Para contactarse www.perroguia.com.ar

 

        En Argentina existen 650 mil ciegos y sólo 22 de ellos poseen perros lazarillos. Hasta ahora tener uno de estos animalitos implicaba importarlos de Estados Unidos con un costo de 40 mil dólares, ya que en Argentina no había escuela de entrenamiento de perros guía. Pero, hace 4 años, el Club de Leones La Colonia, de Quilmes Oeste, se dijo que nada es imposible y comenzó a buscar perros, una entrenadora, sponsor y juntando todas las voluntades, muchísimas horas de trabajo, esfuerzo y pasión, el 12 de octubre entregará 2 perros lazarillos que son nacidos y educados íntegramente en Argentina.

        Para dar a conocer este programa, el 2 de septiembre se realizó, en el centro de distribución que Royal Canin tiene en Don Torcuato, una presentación de todo el equipo.

 

Perros para un mundo mejor

        Fueron ingresando silenciosamente y se quedaron echados, junto a sus entrenadores; cuando el público los advirtió, sonrisas y gestos de admiración se adueñaron de todas las caras.

        “En Royal Canin estamos convencidos de que perros y gatos hacen al mundo un mejor lugar para vivir”, dijo Romina Matorras (Directora de Asuntos Corporativos de Royal Canin) cuando presentó el programa de perros guía que esta empresa sponsorea desde hace 2 años.

        Con la convicción y el orgullo de realizar un acto de servicio, los integrantes del Club de Leones, Carlos Botindari y Hugo de Arce, junto con los adiestradores Nina Lozeva y Maximiliano Araoz, fueron explicando los pasos de un trabajo que sólo puede ser realizado con amor.

        Y allí permanecían, casi indiferentes al público, cada uno con su adiestrador, de porte decidido y al mismo tiempo tierno.

        “La primera escuela que tiene el perro es la familia sustituta. Con ellos, durante un año, se irá socializando. A los 7 meses se le asigna un tutor que va a la casa 2 o 3 veces por semana para marcar las pautas de cómo se debe manejar al cachorro a medida que va creciendo. Todo se hace con cariño y mucha paciencia”, explicó el león Carlos Botindari y las miradas iban de un lado a otro porque las explicaciones abrieron un mundo desconocido y atractivo, pero los perros estaban allí, ganándose los corazones de todos.

        Nina Lozeva, única instructora en América Latina para formar lazarillos, señaló: “Es muy importante el juego, pues desarrolla la inteligencia, por eso hay que tener tiempo para jugar y disponer de los juguetes adecuados. Necesitamos un perro seguro de sí mismo y confiado en el mundo que lo rodea, en la calle no debe prestar atención a otros animales ni a la gente. El trabajo de la familia sustituta es muy importante; luego, el entrenamiento intermedio, cuando ya no está con ellos, dura unos 4 meses”. Enfática, indicó: “Estos perros van a trabajar probablemente 18 horas por día, entonces tienen que estar felices”.

        Allí estaban echaditos los encantadores golden retriever que, junto con los labradores, son las razas que se destacan y, en relación a esto, Maxi informó: “El comportamiento de los perros de trabajo es hereditario, por eso buscamos seleccionar una herencia genética que nos dé una predisposición mayor para esta disciplina”. Con años de experiencia, este adiestrador se encarga del entrenamiento intermedio que se realiza en la República de los Niños, ya que es un símil de ciudad donde el animal aprenderá, para luego salir a la calle “real”.

 

Lista de espera

        Muchas son ya las personas ciegas que quieren tener su lazarillo. Incluso hay pedidos del exterior: “En Argentina, formar un perro cuesta 16 mil dólares, por esto el Club de Leones de Perú ya decidió dejar de comprarlos en Estados Unidos para comprarlos aquí. Tenemos pedidos de Venezuela, República Dominicana, Chile, Colombia, que tiene una escuela de lazarillos muy importante, pero, por cuestiones económicas, también nos pidieron a nosotros”.

        Para obtener el animal, la persona ciega debe cumplir ciertos requisitos: ser mayor de edad; pasar un examen realizado por un comité evaluador formado por médico psiquiatra, un clínico, un oftalmólogo, dos entrenadores y representantes del Club de Leones; tiene que haber hecho el curso de movilidad con bastón, porque “si no sabe conducirse con bastón, le resultará difícil manejarse directamente con el perro”. Y finalmente, realizar un entrenamiento: “Ciego y perro están 4 semanas alojados juntos en un lugar determinado, durante la mañana reciben adiestramiento, así comienzan a conocerse porque tienen que congeniar entre ellos, caso contrario se espera que aparezca otro animal. Terminado el curso, el ciego se recibe de usuario de perros guía”.

        Quien sea seleccionado como usuario del lazarillo, explicó Carlos, no tendrá que pagar exactamente cifra antes mencionada: “El alimento está cubierto por Royal Canin desde el nacimiento hasta el día de la entrega, por lo tanto eso se bonifica”. Además, ese 2 de septiembre, se anunció una importante novedad: “La empresa nos acaba de decir que, una vez entregado el animal, seguirá bonificando el alimento por un año”. También la estadía durante el mes de entrenamiento del usuario puede ser bonificada, ya que el Club de Leones está tratando el tema con instituciones públicas. Por el resto, los leones recomiendan que el ciego busque un sponsor que puede ser otro Club de Leones, ya que una misión básica de esta ong es velar por la calidad de vida de las personas ciegas.

        Los perros se entregan castrados y con un microchip que “contiene todo el estándar del perro, desde el día que nació hasta el momento en que se está leyendo, incluso la cantidad total de alimento que consumió en toda su vida”, dijo Carlos y, evidentemente, consumen un buen alimento porque se los ve fuertes y bellos.

        Si bien la Escuela de Perros Guía Argentinos tiene sólo 4 años, la cantidad de animales que próximamente pueden entregar es muy promisoria: “Estados Unidos, cuya escuela tiene 82 años de existencia, produce entre 80 y 100 perros al año; en Bulgaria se entregan 10 perros al año; en España y Francia, otro tanto. Nosotros tenemos 2 perros para entregar en octubre y 4 perros más para abril del año próximo y ya tenemos otros 4 que vienen empujando. Si, con 4 años de existencia, podemos entregar 6 perros al año, es un logro importante”.

        Y allí seguían, las cuatro patitas atrayendo las miradas de todos los presentes, sin quererlo. Y seguramente las palabras de los representantes del Club de Leones iban despertando vocaciones ocultas y también el ánimo de la colaboración. ¿Quién puede quedar indiferente ante un proyecto que une solidaridad y pasión por los animales?

 

También los rescatistas

        Como de perros trabajadores se trató la jornada, también estuvo presente Cristian Kuperbank, pero en este caso no fue con su labradora Lola, sino con una encantadora ovejera gris.

        Este rescatista se hizo famoso a raíz del trágico suceso de Rosario, pero el joven aclaró: “Nosotros trabajamos todos los días, pero cuando estamos buscando gente que se perdió, no salimos en la tele”.

        A cada lugar de desastre, Cristian va con dos mochilas, una pequeña para él y otra muy grande para su perra, porque ellos van a lugares “de donde todos se quieren ir, ahí no hay medicamentos ni comida para perros”. En Rosario tampoco había, y allí acudió Royal Canin donando la comida para Lola; desde ese momento, apoyan el trabajo de Cristian aportando sus productos. Por otra parte, el gobierno de Santa Fe, en reconocimiento a la solidaridad empresarial, otorgó un diploma a Royal Canin que fue entregado por Cristian a Romina Matorras ese 2 de septiembre.

        “Nosotros debemos evaluar a dónde podemos y es necesario ir. Consideramos que es positivo que viajemos cuando la situación superó el sistema de emergencia local o si no hay perros de rescate. A veces llegamos a una situación de desastre y nos preguntan ‘¿a usted quién lo invitó?’, pero eso no es un cumpleaños para que nos inviten, eso está mal porque la burocracia se hace cuando las vidas son de otros. Nuestro servicio es para la gente, no podemos esperar que nos digan ‘vengan, hacen falta’. Nosotros somos personas que ayudamos a personas, los héroes son para los dibujitos animados”.

        Los aplausos fueron para los leones, los rescatistas, los adiestradores y, por supuesto, para las perras y perros que, antes de finalizar la jornada, mostraron parte de su trabajo. Inútil sería describir todo lo que hicieron, baste decir que ver a un perro trabajar, conmueve y reafirma nuestra convicción de que son el mejor amigo del hombre y la mujer.

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