Aunque todo se esté incendiando, los protocolos son más importantes

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El 30 de diciembre, el sector de islas de 2° sección, comprendido entre los arroyos Felicaria, Estudiantes, Romero y Paraná Miní, seguía con fotos ígneos. El Plan de Manejo del Fuego no se implementó con la rapidez necesaria.

        El incendio que arrasó casi 2000 hectáreas en la 2° sección de islas, en la zona de Fredes, Estudiantes, Romero, Felicaria y Paraná Mini, persiste hoy 30 de diciembre, aparentemente en pequeños focos que nunca se sabe cuándo pueden transformarse en mayúsculos.

        “Según lo que estuve viendo en Google earth, ya están consumidas 1500 hectáreas”, informó Horacio Mansilla, un poblador del arroyo Fredes que desde hace 4 días está luchando contra el fuego y contra los funcionarios públicos.

        En la zona arriba mencionada hay muchas quintas que producen madera blanda (álamo, sauce). Algunas están preparadas con caminos perimetrales que impiden el avance del fuego; otras, no, por lo tanto, el incendio arrasó con árboles, formio y todo lo que encontró a su paso.

        “Como nativo de la isla hay cosas en las que no estoy de acuerdo, porque en esas quintas indicadas se han perdido grandes cantidades de hectáreas de humedales”, manifestó Mansilla.

        Seguramente ha llegado la hora de debatir de qué manera se puede producir sin dañar el ambiente y cuidándolo, al mismo tiempo, de los desastres ígneos que parecen ser un mal visitante que no quiere abandonarnos y que también arrasa con hectáreas y hectáreas de humedales y su vida asociada.

        Según el entrevistado, el origen del fuego se produjo en una quema de ramas en una casa de fin de semana sobre el Paraná Miní. “Por lo que sé, no fue intencional, pero inconscientemente estaban quemando ramas cerca del monte y una vez que entra ahí se hace incontrolable”.

        O sea, gente que no conoce la frágil naturaleza deltaica e ignora las consecuencias de una chispita ¿causó este desastre?

        “El sector es un humedal de cortadera seca que es como si fuese una caja de fósforos. Una vez que el fuego entra, se expande rápidamente. El fuego llegó a 12 kilómetros del inicio, con un ancho aproximado de 2000 metros”.

        La 2° y 3° sección de islas pertenece al Municipio de San Fernando; son casi 900 kilómetros cuadrados que conforman una Reserva de Biosfera, es decir una gran reserva de biodiversidad protegida por normas internacionales. El sector incendiado se encuentra en la denominada zona de transición, con pobladores estables, productores forestales y emprendimientos turísticos.

        “El impacto que tuvo este incendio respecto a la biodiversidad es irreversible. Acá tenemos carpinchos, ciervos de los pantanos, nutrias, aves. En medio del incendio veíamos cómo volaban los nidos de aves con pichones que no podían volar y se prendían fuego”.

La respuesta oficial siempre tarde

        En relación a la respuesta oficial, Horacio Mansilla la evaluó como “muy mala”.

        Cuando el fuego llegó al lugar donde él vive, lo primero que hicieron entre todos fue socorrerse mutuamente para que el fuego no llegara a las casas. “Luego me contacté con el jefe de bomberos que me dijo que ellos trabajaban hasta las 7 y media de la tarde. Habían venido a la zona y no pudieron entrar por los arroyos porque el río está bajo (otro problema porque los arroyos están sin dragar y no podían entrar con la lancha)”.

        Obviamente, el poblador se quedó sin palabras cuando le dieron horario de finalización de trabajo: “Entonces el fuego se pone en pausa y vuelve cuando ellos vuelven a trabajar”, ironizó Mansilla.

        El vecino sabe que, en los campos, si no es con el avión hidrante, es imposible detener el fuego. “Es una columna de 1500 metros de ancho que avanza quemando todo. Entonces ayer (29/12) ya hacía dos días y medio que estaba ardiendo, como circuló por redes un audio que yo hice, ahí me llamaron de La Plata y de un montón de lugares y vinieron a hacer el show de 2 helicópteros porque una carga de 1000 litros de agua para detener un fuego, bue… El avión hidrante nunca llegó”.

        Mansilla recalcó que “la respuesta municipal, provincial y nacional no fue buena” y que el Municipio de San Fernando “tiene recursos, pero los puso a trabajar cuando ya el fuego había quemado gran parte de la zona”.

        Como si no hay casas quemadas y muertos, a los medios monopólicos de desinformación no les interesa cubrir el hecho, Mansilla destacó: “A nosotros nos importa la naturaleza”. Es hora de entenderlo, el egoísmo por las pertenencias privadas está cediendo paso ante una mirada amorosamente comunitaria que reconoce que cuidar a la naturaleza es cuidarnos a nosotros mismos.

        Finalmente reconoció a los trabajadores bomberos que accionaron para tratar de que no se prendieran fuego las casas que están a la vera de los arroyos. Pero volvió a insistir contra todos los que toman decisiones ya que el jueves 30 por la mañana, el fuego no estaba extinguido y los pobladores volvieron a solicitar el avión hidrante con urgencia y el jefe de bomberos le respondió a Mansilla: “El avión hidrante no sale por protocolo hasta que el cuerpo de bomberos esté presente en el lugar, por posicionamiento global”.

        En la actualidad, muchísimos ciudadanos saben usar herramientas digitales para marcar coordenadas exactas, así que los protocolos deben ser revistos o todo se quemará.

Por Mónica Carinchi

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