Delta sanfernandino. La pequeña cría, de aproximadamente 45 días, se encontraba perdida y lejos de su madre. Fue rescatada gracias a la rápida acción del Destacamento de Guardaparques, la Dirección de Medio Ambiente del Municipio y los vecinos del Delta. La Fundación Temaikén cuidará del animal hasta que pueda ser liberado.

Un ciervo de los pantanos, víctima de la sudestada, fue rescatado en cercanías del Arroyo Borches, de la 3° sección de Islas del Delta del Paraná, por el personal del Destacamento de Guardaparque. Pasado el temporal, la Dirección de Medio Ambiente, la Dirección de Zoonosis y la Fundación Temaikén concretaron su traslado al continente.

El Director de Medio Ambiente, Gabriel Tato, relató el rescate: “Uno de los vecinos, que vive en el Arroyo Vico, divisó esta cría que estaba perdida lejos de la madre, por lo tanto llamó al Destacamento y se dispuso el operativo”.

Además, enfatizó que la especie se encuentra en peligro de extinción: “Fue perseguida durante muchos años. Afortunadamente, las charlas que se realizan con los vecinos y la difusión ambiental en los colegios están dando los resultados que esperábamos”. Y aclaró también: “Los últimos dos recintos del animal son los Esteros del Iberá  y el Delta del Paraná, especialmente el Bajo Delta y la zona núcleo de la Reserva de Biosfera, donde hay grandes embalsados que utilizan para  refugiarse. Es una especie emblemática, la más grande de Sudamérica y monumento natural de la provincia de Buenos Aires”.

El Director de Zoonosis, Hernán Zubizarreta, acompañó el operativo, determinando que el pequeño animalito se encontraba en perfectas condiciones.

Gustavo Gachen, el curador general de la Fundación Temaikén, explicó que, al subir rápidamente los niveles de agua, estos animales  “tienen que buscar los lugares más altos y las crías no pueden seguir a la madre, entonces se ahogan porque no tienen la capacidad de nadar”. En relación al futuro del ciervo, señaló: “Será llevado a la fundación para adaptarlo a la leche artificial y hacer los chequeos clínicos correspondientes. Una vez que el animal esté fuerte y dado de alta, será devuelto a su hábitat”.

Es de destacar la aptitud de los vecinos que se interesaron por la vida del animal. Las crecidas no sólo afectan su cotidianeidad, trastocan, también, la vida de los animales que son nuestros compañeros de ruta.

El ciervo de los pantanos es una especie autóctona de Sudamérica. Habita en humedales, pajonales inundables, lagunas vegetadas y esteros con embalsados. En nuestro país, su área de distribución se redujo considerablemente, siendo en la actualidad el principal núcleo poblacional los Esteros del Iberá –Corrientes- y la 2° y 3° sección de islas del Delta del Paraná.

A nivel internacional, está categorizado como vulnerable en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Localmente, está catalogado como especie en peligro de extinción. En una búsqueda por preservar este animalito tan simpático, se lo declaró Monumento Natural en las provincias de Corrientes, Chaco y Buenos Aires. Por este motivo, legalmente se le otorga la máxima protección.

Su principal enemigo es el hombre, ya que, además de tener la horrorosa costumbre de cazarlo, está destruyendo su hábitat, al talar montes silvestres y envenenar las aguas con productos químicos y toda clase de desechos.

Su característica mansedumbre quedó plasmada por el escritor Marcos Sastre, en su  clásica obra dedicada al Delta Paranaense, “El Tempe Argentino”: “A pesar de la persecución tenaz que sufre de los hombres este tímido y apreciable animal, no deja de visitar la morada de su fatal enemigo durante las horas seguras de la noche, como si quisiera dejarnos estampado en sus huellas el reproche de rehusarle habitar, bajo nuestro amparo, los asilos pacíficos de estos jardines de la naturaleza”.