Renovados saqueos organizados

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En la noche del jueves 20 y en la mañana del viernes 21 de diciembre amanecimos con la noticia de que estaban ocurriendo saqueos en distintos puntos del país. Esas primeras imágenes que iban llegando irremediablemente nos remitían al triste espectáculo de los numerosos saqueos que sucedieron durante la crisis del 2001. La pregunta inmediata que surgió fue ¿por qué está pasando esto ahora? ¿qué y quiénes lo están provocando?

Para responder a esas preguntas sería bueno comparar las condiciones socioeconómicas y políticas del 2001 con las actuales, las que distan mucho de aquellas. Hace 11 años se vivió el colapso del modelo neoliberal que provocó una grave crisis económica y social que llevó al derrumbe del sistema financiero y del sector industrial, la confiscación de los ahorros con el corralito bancario, la aplicación de los ajustes a las políticas sociales, los recortes a las jubilaciones y sueldos estatales, entre otras tantas cosas, en un contexto de altos niveles de desocupación, pobreza y marginalidad junto a la desesperación de millones de argentinos que no sabían cómo llenar la olla en sus casas.

La represión y los asesinatos en la Plaza de Mayo, los caballos de la Policía atacando a las Madres de Plaza de Mayo, las familias revisando la basura para encontrar algo de comer, los cientos de ahorristas manifestándose en las puertas de los bancos exigiendo su dinero, etc., etc. pintaban un panorama de incertidumbre en una nación que parecía estar en la quiebra total. En ese cuadro dantesco en donde cualquier polvorín podía generar un incendio, también hubo instigadores, que fueron vinculados al duhaldismo, y que incitaron los saqueos en los barrios en función de provocar la caída final y acelerada de De La Rúa.

En los últimos días de 2012 se demostró que los saqueos no fueron espontáneos sino organizados con fines puramente políticos, y en una fecha muy particular que rememora la represión de la Plaza de Mayo de 2001. Esta vez no hubo razones vinculadas a las necesidades básicas insatisfechas como puede ser la falta de comida, ya que ese no es hoy un problema en los sectores populares. El contexto económico y social no tiene comparación con el de hace 11 años. La aplicación de distintas políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo, la extensión de las jubilaciones y el aumento de los niveles de ocupación, la recuperación de los salarios, el aumento del consumo, entre otras medidas, han generado mayores niveles de inclusión social y de restitución de derechos. Aunque todavía quedan desafíos pendientes hay una red de contención social que en aquellos años no existía, y se ha logrado mejorar la calidad de vida de la mayoría de los argentinos. Asimismo hay un Gobierno Nacional que ha restablecido la voluntad política, y no se evidencia una crisis de gobernabilidad como intentan fomentar los grandes medios de comunicación.

Uno de los focos más fuertes de los renovados saqueos ocurrió en San Fernando. Distintos sujetos convocaron a la gente para que se dirigieran al Carrefour, ubicado en el Acceso a Tigre y la Ruta 202, porque supuestamente les iban a entregar bolsas de comida. Cientos de personas se acercaron al lugar y entre ellos, algunos exaltados, lograron entrar al depósito del supermercado y sustrajeron mercadería. Es decir, estos actos de vandalismo que se extendieron a una estación de servicio y a otros almacenes de barrio de la zona, fueron instigados por grupos organizados a los cuales luego se sumó la marginalidad.

El Jefe de Gabinete de la Nación, el Dr. Juan Manuel Abal Medina, responsabilizó a sectores vinculados al gremio de los camioneros de Moyano, a Barrionuevo y a la CTA que conduce Micheli y en algunos casos, esto se ha podido comprobar. Por lo cual, estos episodios responden a la desesperación de algunos sectores que no logran, a través del juego democrático y las instituciones, conservar o aumentar su cuota de poder, y en su frustración – luego de un pobre y triste acto en Plaza de Mayo – recurren a cualquier mecanismo para desestabilizar al Gobierno Nacional, poniendo en riesgo la paz social y al propio sistema democrático. Además, estos actos contribuyen a alimentar la ingeniería barata del bombardeo mediático que busca fijar la idea de que en el país reina el caos y la incertidumbre y que está al borde de la quiebra. En verdad los que siguen al borde de la quiebra son aquellos que no pueden articular un proyecto político alternativo y que, además, se pueda legitimar en las urnas.

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