“Era muy lindo en esa época y éramos muy compañeros”

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Historia del fútbol local

Nicolás Gómez fue un destacado jugador del club Atlético Tigre que formó parte de la famosa delantera que apuntaló la gran campaña en Primera División de 1955 y 1956. Cómo se vivía el fútbol en aquellos años. Su actuación en Tigre. Recuerdos y anécdotas.

 

Nicolás Gómez nació en 1935 en Bella Unión, Departamento de Artigas, Uruguay, y siendo muy pequeño junto con su familia, se trasladó a un barrio de Tigre que se ubica alrededor de la Escuela N°35, a pocas cuadras de la Avenida Larralde.

Por aquellos años, en esta zona había grandes descampados que eran llamados “campitos”. Allí, los niños y jóvenes realizaban todo tipo de actividades recreativas, siendo el fútbol el deporte popular más practicado. Nicolás comenzó a mostrar sus cualidades futbolísticas en estos potreros.

Cuando tenía 20 años, Gómez debutó en la Primera División del Club Atlético Tigre y desde el primer día comenzó a demostrar sus aptitudes. La Revista “Campeón”, en su edición del 12 de octubre de 1955, decía en un artículo: “El wing tucumano se presentó en Tigre con un Señor Golazo”. Le decían “tucumano”, porque Gómez era conocido por tararear la canción “Luna tucumana”.

Nicolás Gómez es el único sobreviviente de los jugadores que integraron la delantera más famosa y exitosa de Tigre que se lució en los campeonatos de 1955 y 1956. Los otros jugadores de esta delantera eran: De Bourgoing, Cesáreo, Tucho Méndez y Simes. Bajo la Dirección Técnica de Rubio, en 1955, el Club Atlético Tigre obtuvo el sexto puesto del campeonato, luego de vencer, entre otros, a Racing en Avellaneda, a Central en Rosario, y de golear a Boca 3 a 0 en Victoria. Después de la brillante performance de los últimos años, el equipo del 55´/56´ llevó adelante una de las mejores campañas de la historia de Tigre en Primera División.

Gómez tuvo una muy buena actuación en el Club Atlético Tigre. “Doy gracias a Dios que jugaba bastante bien”, sostiene. A los 16 años empezó a jugar en la reserva donde estuvo dos años y jugó cuatro años en Primera División. Además, jugó en la Primera B de la Selección nacional, y lo llamaron de la Selección Nacional donde lo probaron varias veces. También jugó en Lanús, Excursionistas y Dock Sud. En su mejor momento, Boca e Independiente (cuya delantera jugaba en la Selección Nacional) lo quisieron comprar pero Tigre lo declaró intransferible. Gómez señala que en esos tiempos, Tigre era un club muy respetado y muy organizado, y le atribuye ese logro a la Presidencia de Mario Piotti. El estadio lleva su nombre.

 

Recuerdos y anécdotas

Gómez recuerda con nostalgia aquella época, sus ojos le brillan cuando menciona el compañerismo que había entre los jugadores, los técnicos y el personal de apoyo. Especialmente recuerda a un viejito que vivía en la misma cancha y que se encargada de lavar y preparar la ropa deportiva de los jugadores. “Me hizo un cajoncito con mi nombre, me dejaba todo preparado, los botines limpios y las vendas cuando había partido. Era muy lindo en esa época, y éramos muy compañeros”. Las mejores anécdotas giraban alrededor de los numerosos viajes que realizaba el equipo de Tigre para jugar en distintos puntos del país. “Éramos bien sinvergüenzas en los viajes en el colectivo, te comían los alfajores que llevabas…” se ríe, y agrega: “Conocí Mar del Plata, fui dos veces, Corrientes, Misiones, Río Negro en Uruguay…Viajamos a Centroamérica…”.

En aquellos años no se ganaba mucho dinero como en la actualidad siendo futbolista profesional. “Para ir al cine alcanzaba. Le ganamos a Boca 1 a 0 en cancha de Boca, y yo dije: “acá nos van a dar un fangote de guita”, no me acuerdo lo que nos dieron pero fue una miseria”.

Gómez se retiró muy joven del fútbol profesional, entre los años 1962 y 1963, ya que no pudo seguir jugando luego de que lo operaran por una lesión en los meniscos. Por aquel entonces, no había tratamientos como los de ahora, se colocaba un yeso durante un año. “Había mucha gente que me apoyaba para que siguiera pero cuando no va más, no va más”, dice Gómez.

Luego de su paso por el fútbol, Gómez se dedicó a trabajar en aserraderos y en albañilería y siguió viviendo en el mismo barrio. De todas maneras, el fútbol nunca dejó de estar presente en su familia. Dos de sus hijos, Jorge y Nicolás, incursionaron en el fútbol profesional y uno de sus nietos, actualmente juega en un Club Deportivo Vista Hermosa de la Primera División de fútbol de El Salvador.

El año pasado, Nicolás Gómez recibió un homenaje en el club de sus amores, junto a otros renombrados jugadores, y le entregaron una plaqueta en reconocimiento a su actuación en Tigre. Hoy, a los 76 años, Nicolás Gómez, acompañado por su esposa Amada, sus hijos y sus nietos, alberga en su larga vida mucho más que el mérito de haber sido un gran jugador de fútbol. El amor y la entrega por su familia son una muestra de ello.

 

Foto: Junto a Amada, su esposa.

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