“Generamos palmas, baile, un ánimo festivo”

La movida de Pacheco, La Banda de la Plaza. Empezaron a tocar por el placer de hacer música entre muchos al aire libre. De la simple espontaneidad surgió un grupo con identidad propia. Tienen más de 900 seguidores en Facebook y los invitan a simposios médicos.

 

        Para las personas que viven encerradas entre la rutina y el cemento, las plazas son espacios de desintoxicación. Jugar a la pelota (a pesar de los cartelitos), tomar mate, caminar por el pasto (en contra de los cartelitos) y, también, hacer música y concretar sueños. Sí, cuando nos damos cuenta de que “el espacio público somos nosotros”, de que “al barrio lo hacemos nosotros”, entonces surgen fenómenos tan vivificantes como La Banda de la Plaza.

        “Lo veníamos pensando con León desde hace más de dos años”, dijo Luis, “empezamos tocando en el patio de su casa, de ahí pasamos a la vereda, después a la vereda de otro amigo que viven frente a la plaza de El Zorzal y después nos cruzamos a la plaza”. Y mientras León Georgi y Luis Saravia musiqueaban de día, por las noches llegaba Sergio Miranda con otros amigos y tocaban para las aves nocturnas. Y un día ocurrió, se encontraron, zaparon, pegaron onda y dejaron que la espontaneidad hiciera todo lo demás.

        “Decidimos juntarnos en la plaza de Pacheco porque era más cómodo para todos. Fue bueno porque ese mismo día se sumaron dos guitarristas que estaban ahí, les dijimos ‘che, ¿quieren venir?’”, contó Luis. Y sin tener nada planeado, salió el sonido orquestal que tanto le gusta a Sergio.

        “Después del gran ensayo, dijimos ‘el sábado que viene a las 5 de la tarde nos encontramos’”, recordó León; y es así que, ahora, todos los sábados, si el tiempo acompaña, la música y la alegría están presentes en la plaza de Pacheco.

 

Música, palmas y baile

        Se fueron sumando músicos y cantantes y quedó un plantel estable de 22 personas y, aunque muchos se quieren sumar, “ya está”.

        Armónica, acordeón, guitarra, flauta traversa, saxo, trombón, batería, 3 voces, brindan el espectáculo que pide el público. “La gente está ahí y pide un tema detrás del otro, así que terminamos haciendo una especie de show. Bueno, si se lo podemos dar, se lo damos”, manifestó León, con su atrapante sencillez.

        Los temas que tocan son “universales”, esos que sabemos todos y que, además, invitan al baile. “La gente pide más cumbias para bailar. Generamos eso, palmas, baile, un ánimo festivo, por eso un señor mayor nos invitó a tocar en su cumpleaños”.

        Para seleccionar los temas tienen en cuenta que sean tocables por todos, “no dejamos a nadie afuera”, recalcó Luis, que aclaró: “Acá yo no hago la música que yo escucho, pero la idea no es hacer lo que yo o ellos quieran, sino algo que es de la banda”.

        Tienen un repertorio de 13 temas, algunos cantados y otros instrumentales y a todos los reúne una característica: “Es imposible no mover la cabeza”.

        Sergio, el hombre de la barba, educado en la música clásica, aseguró que, si bien hacen temas populares, “la banda tiene una  veta instrumental muy importante”.

 

Todo acústico

        Mientras los grandes bailan y palmotean, los niños quedan hechizados por los instrumentos “raros” y son invitados a tocar con unas maracas caseras.

        “Hay chicos que miran los instrumentos porque no los conocen, van despacito con el dedo para tocarlos. Después viene el papá y pregunta”, señaló Sergio y, enseguida, Luis apuntó: “Algunos chicos nunca ven una orquesta, no conocen un trombón. Además, como nosotros, con instrumentos ‘raros’, hacemos música popular, todos la comprenden”.

        Los jóvenes músicos – la edad oscila entre 18 y 37 – llegan a la plaza con sus instrumentos, los sacan y se ponen a tocar. Esta no es una banda microfoneada, “sólo las chicas usan megáfonos para cantar, todo lo demás es acústico”.

        “La idea es pasarla bien”, confiesan estos jóvenes que, generosamente, despliegan su conocimiento musical para los paseantes que andan por allí. Y como la vida siempre devuelve, muchas son las experiencias que los llenan de felicidad: una vez un chico en silla de ruedas se puso a bailar; otra vez una chica tocó las maracas, después se enteraron que es autista; los invitaron a tocar en un cumple de 15 en el Don Orione; participaron de una gratiferia de la escuela que está en el Toro y Torito y “se armó una fiesta que estuvo espectacular”.

        Orgulloso de la experiencia que están llevando adelante, Sergio sostuvo que “en ningún lugar existe que se junten 22 tipos a tocar en una plaza; además de ser vistoso, tenemos los mejores músicos de Pacheco”.

        Para oírlos, aplaudirlos, admirarlos y agradecerles, los sábados en la plaza y todos los días en el Facebook la banda de la plaza.

Deja una respuesta