Las obreras de Carupá

Una historia de inmigrantes y trabajadoras en un conventillo sanfernandino. A partir de una indagación sobre la historia local, el elenco de Tinku Teatro generó una propuesta teatral donde el eje está puesto en las mujeres. En junio, la última fecha es el sábado 25, a las 21 hs. en Rivadavia 1751, San Fernando. Toda la información sobre la obra y talleres en Facebook Tinku.teatro1, en Instagram @tinku.teatro y también en el mail tinku.teatro1@gmail.com

        Inmediatamente después de subir la escalera de Tinku Teatro Centro Cultural, los espectadores que van a ver Las obreras de Carupá se encuentran con una muestra de fotos y objetos antiguos que producen comentarios como “mi abuela tenía esas botellas” o “¿te acordás de este negocio?”. Mientras, están sonando tangos y rancheras de época como Dónde hay un mango y así el público se acomoda en sus butacas ya entrado en tema y también en escena porque el espacio escénico es el patio del conventillo y allí, en forma de U, están dispuestas las sillas.

        “Este formato nació por la necesidad de plantear dos espacios”, explicó Sofia Saire, “por un lado la fábrica, en el escenario sobreelevado donde aparece la superioridad representada por Miller y Teresa y, por otro lado, el patio del conventillo que está a nivel del piso donde todas las vecinas, incluso Teresa, están a un mismo nivel”. Será el público el que diga qué le pasa en una puesta donde la distancia estética se achica, permitiendo que identificaciones y recuerdos afloren con más facilidad.

        Por su parte, Jorge Córdoba -autor y director de la obra- acotó que el conventillo fue el lugar que habitó el pueblo, por lo cual plantear la obra allí les pareció “lo más genuino”. Y así se percibe, efectivamente.

Misera y lucha

        No es novedad que Jorge Córdoba bucea por la historia sanfernandina y en este caso se encontró, como la mayoría de las veces, con historias protagonizadas y narradas por hombres, pero en su elenco la mayoría son mujeres y entonces lo que pudo ser un problema lo transformó en virtud: “Encontramos fotos de fábricas llenas de mujeres, por eso nos dijimos que la explotación de las mujeres existió, pero no está contada. Así que nos propusimos contar una historia a partir de lo que les sucede a mujeres trabajadoras”.

        La más joven del grupo, Nicole Gardon (encargada de aspectos técnicos y realización audiovisual) comentó: “Lamentablemente la historia de San Fernando no se aborda en los colegios, así que este trabajo me permitió acercarme a ella que me resulta muy interesante”. Una invitación para que los docentes revean programas y también para contactarse con este grupo teatral y llevar la historia local a las instituciones educativas.

        “Cuando uno habla de historia, siempre piensa en el pasado. Sin embargo, si cambiamos los nombres de los personajes y su vestuario, lo que vemos en el escenario puede suceder hoy en cualquier lugar del país”, expresó Facundo Córdoba y, por su parte, Jorge Córdoba, sintetizó: “Nosotros indagamos la historia, pero siempre planteando qué hacemos hoy con eso que pasó. Si no, es un pasatiempo sin incidencia en el presente”.

        Además de la investigación que cada integrante del elenco realizó, usaron textos de Mario Segura Salas y Nazareno Scialpini, así que “de historias verdaderas y un poco de ficción” resultó Las obreras de Carupá, una obra cuyo inicio puede ubicarse hacia fines de la década del 30 y su término el 17 de octubre de 1945. La incorporación del recurso audiovisual no deja dudas. “Quisimos reflejar la situación de multitud”, dijo Facundo Córdoba, “y lo resolvimos de la manera más práctica posible: las imágenes de ese mismo día”.

        Y para resolver las dificultades estuvo Nicole Gardon: “Trabajamos con archivos, creamos el formato, la música. Tuvimos que ver cómo hacer que el proyector estuviera y no estuviera para no romper la escenografía de época, entonces nos decidimos por ubicarlo en espejo. También tuvimos que ver cómo tener una pantalla en escena que resultó un trabajo de coordinación con mucha precisión”.

        Es evidente que no se usa tecnología como preciosismo, sino como resaltó Gardon: “Toda la técnica está justificada”. El resultado final denota gran profesionalismo.

        Una criolla humilde, una correntina que añora su cielo, una gallega y una tana, que llegan con la expectativa de conseguir buenos trabajos, son los personajes que se igualan en la miseria y en la lucha. Quien pinta su aldea, pinta el mundo, dijo Tolstoi y si, además, incluye procesos históricos fundantes de la nacionalidad, trasciende el pasado para interpelar el presente. Así pasa con Las obreras de Carupá, por eso recomendamos verla.

Por Mónica Carinchi

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