El Astillero de Juan Ortholán

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Historia del Partido de Tigre – Parte LXV

En los años treinta los Astilleros de Juan Ortholán incorporan al ingeniero alemán Juan Baader que le dará una nueva visión a la industria náutica. Pero cuando Ortholán fallece cinco años después, Baader se desvincula y aunque la empresa pasó por distintas manos logró mantener su nivel productivo. Los astilleros construirán diversos cruceros y lanchas para particulares y numerosas embarcaciones para organismos públicos.

 

En 1930 Juan Ortholán, por medio de un familiar, se contacta con un ingeniero alemán llamado Juan Baader a quien le ofrece un contrato para trabajar en su astillero. Baader, con 20 años de edad, se encontraba empleado en un importante astillero en su país, pero decide tomar el ofrecimiento y se traslada a Buenos Aires.

Juan Baader venía con otra visión de la industria náutica, y en el astillero de Ortholán se dedicará a construir nuevos diseños. Construye barcos importantes como el Huyllín, embarcaciones de transporte de pasajeros, y va a ser el creador de un casco deportivo con el que Ildefonso Fernández corrió con gran éxito en muchas regatas.

En 1935 fallece Juan Ortholán y ninguno de sus hijos decide continuar en el astillero, el que queda en manos de Andrés Murmann y de un ingeniero llamado Pecz. Ante esta situación Juan Baader decide abandonar el astillero y más tarde pondrá en funcionamiento su propio astillero sobre el río Luján, iniciándose otro capítulo de la industria náutica. Frente a todos estos cambios, el astillero Ortholán logra recuperar su capacidad productiva y llega a ponerse a la altura de otros astilleros como Pagliettini y el propio Baader con quienes compite para responder a las demandas particulares y a los encargos del Estado.

Con destino a usuarios particulares el Astillero Ortholán fabricará cruceros de hasta 30 m como el entregado al Sr. Julio Lestido y una serie de barcos que fueron exportados como el “Dorado”, el “Huayra”, el “Camalote” y otros que tenían entre los 12 y los 22 m de eslora, equipados con lujosos detalles de confort. También se construyeron lanchas de acero con capacidad para 120 pasajeros y otras de aluminio en menor escala. En cuanto al Estado, el Astillero Ortholán construyó una lancha para el Ministerio de Obras Públicas, 18 embarcaciones de 17,50 m para Parques Nacionales, 100 unidades para Prefectura Naval, 24 patrulleras veloces de 7 m de eslora y una serie de embarcaciones para Gendarmería de 17 a 23 m de eslora.

Por otro lado, en las competencias motonáuticas, Ildefonso Fernández supo sumar laureles al astillero a bordo de la “Trifulca”, una lancha que supo alcanzar los 107 km/h. En 1941 gana la primera regata a Río de Janeiro el Yatch Alfar, producto del astillero.

En 1954 se conforma la firma propietaria del astillero con viejos empleados como Ildefonso Fernández, R. Prezzi, F. Alonso, A. Berghella y Vicentini, quienes llevan adelante la dirección de la empresa con el asesoramiento del Ing. Naval y Civil, Jorge D. Cuyas.

Cuyas había prestado servicios en la Marina de Guerra y en astilleros y fábricas estatales como Río Santiago y el Astillero Costaguta S.A. Asimismo se habían desempeñado como parte del cuerpo de profesionales de ASTARSA.

En la década del 60 los Astilleros Ortholán sumarán otras líneas de trabajo como la distribución de los motores marinos de General Motors, Diesel y Chrysler, y en sus instalaciones se realizará el mantenimiento de los mismos. Por medio de un convenio con la General Motors Argentina, el astillero obtuvo la exclusividad de convertir los motores básicos Bedford Diesel, Detroit Diesel y Chevrolet de fabricación nacional, en unidades marinas. También en sus talleres de carpintería y laminado plástico se construían y reparaban embarcaciones de todo tipo que luego eran terminadas en el taller de pintura y de calderería.

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