El cambio climático global y las precarias condiciones socioeconómicas en el país provocarían en este verano la llegada de peligrosas enfermedades que son desconocidas o que permanecían en el olvido para la población argentina.
En ese sentido, la más preocupante ya se instaló en los últimos años y es el dengue, que durante el año 2009 registró más de 50 mil casos. Pero hay otras enfermedades que pueden ser mortales y que parecían cosa del pasado, como el hantavirus, la leptospirosis, fiebre amarilla y leishmaniasis.
Para citar, «el último caso de fiebre amarilla había sido reportado en 1966, pero el año pasado produjo ocho casos, uno de ellos mortal (fue en Misiones), precisó Gonzalo Basile, integrante de la organización Médicos del Mundo.
Esta enfermedad comparte con el dengue el mismo agente transmisor: el mosquito aedes aegypti, por eso están muy relacionadas. «El mosquito transmisor está presente en el Noroeste, Noreste argentino y la región Pampeana, por lo que tres cuartas partes de la población pueden sufrir esta enfermedad», informó Basile.
Otra enfermedad peligrosa que parece asomarse es la leishmaniasis, que puede ser potencialmente mortal y que es transmitida tanto a personas como a animales por una especie de mosquito llamado lutzamyia.
Puede causar desde úlceras cutáneas que cicatrizan de manera espontánea hasta formas fatales, caracterizadas por una inflamación severa del hígado y el bazo.
Las autoridades sanitarias de Santa Fe confirmaron el primer caso canino hace algunos días. La leishmaniasis fue extendiendo sus fronteras en los últimos diez años y en la actualidad está muy cerca de Buenos Aires.
La leptospirosis es una enfermedad infecciosa transmitida por una bacteria llamada leptospira y se transmite de los animales al hombre, cuando la persona entra en contacto con objetos, superficies, agua o alimentos que contengan orina de los roedores infectados, el principal vector.
Los síntomas son: fiebre alta que aparece de manera repentina, dolores de cabeza y dolores musculares, aunque la enfermedad también puede desencadenar otras patologías como meningitis, neumonía y miocarditis en los casos más graves. En 2007 se registraron 60 casos.
El hantavirus también se contrae por intermedio de los roedores y el vector más común es el ratón colilargo (olygorisomiz flabescens), que se ve favorecido por las altas temperaturas.
El contagio no es por contacto directo, sino que se da cuando se respira en un lugar donde hay excremento, orina o saliva de un roedor infectado, ya que las deyecciones de estos ratones eliminan partículas del virus hanta. Los síntomas son similares a los de la gripe: fiebre, decaimiento, dolor de cabeza, cefalea, tos y vómitos.
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