Panorama actual del Mercado Inmobiliario

Interés general

El mercado, por el momento, está reservado a un segmento mínimo de la sociedad, tendiente a la clase media-alta y alta. Se encuentra en una especie de meseta y, si bien las operaciones no se han detenido, se habla de ralentización.

Ante el escenario actual que presenta la economía global, uno de los interrogantes que debemos plantearnos es el referido a los activos inmobiliarios. Como es de público conocimiento, el mercado inmobiliario se rige bajo el ritmo de la moneda norteamericana, pero… ¿qué sucede ante los cambios tan drásticos que acontecen mes a mes con dicha divisa? ¿Reflejan el valor del mercado local?

En los primeros meses de 2008, la cotización del dólar se mantuvo a razón de 3.16 – 3.19 $/u$s, y a mediados del mismo, sufrió una baja que lo llevó a un promedio situado entre 3.05 y 3.13 $/u$s. Llegando al último cuatrimestre de ese año, la divisa experimentó una suba del 12%, pudiendo registrarse su valor mínimo hacia el 1 de agosto, cuando se encontraba en 3.06, y ya para el 12 de diciembre la paridad era de u$s 1 = $ 3.44.

A principios de 2009, continuó su crecimiento, marcando una evolución aproximada del 11 %. Para tener como referencia, en el mes enero cotizaba a $ 3.47, y actualmente su valor ronda en los $ 3.85.

Gráficamente, dicho fenómeno se podría citar con un ejemplo; un departamento “tipo” de dos ambientes con un largo período de publicación, cuyo valor de oferta es de u$s 85.000, se cotizaba en $ 259.000 a mediados de 2008; a principios de 2009, en $ 294.000 y actualmente en $ 327.000. Este incremento constante deja en evidencia que el acceso a una vivienda se hace cada vez más lejano para los futuros propietarios.

Debido a esta situación, hoy el mercado se encuentra en una especie de meseta. Si bien las operaciones no se han detenido, se habla de ralentización. Los especialistas del sector admiten que los precios de las propiedades se están estabilizando, incluso con algunas bajas en el caso de las unidades más grandes. En cuanto a unidades de 2 y 3 ambientes, por el momento, los valores se mantienen estables, ya que la gente se refugia en este tipo de unidades ante la imposibilidad económica.

Habrá que ver entonces si los propietarios estarán dispuestos a bajar el valor de sus inmuebles, o si mantendrán dichas ofertas con el riesgo de soportar largos tiempos de comercialización. Mientras tanto, los más perjudicados son los locatarios, ya que la lógica misma de la relación oferta/demanda, tiende a mantener los valores de alquiler estables y con tendencia al alza, debido a la demanda constante.

La primera vivienda

En cuanto a los jóvenes, podemos definir su situación, tomando como parámetro al siguiente caso: una pareja de entre 23 y 25 años, con miras a la adquisición de su primera vivienda, y contemplando un marco en el cual vivan en un departamento alquilado y dispongan de un empleo que les permita obtener un sueldo de $ 1.600 cada uno, optan por destinar $ 1000 mensuales como ahorro común. En tal caso necesitarían, para una inversión de $ 250.000, lo cual representa un departamento “tipo” de 2 ambientes con una antigüedad de 30 años, un plazo de ahorro estimado en 20 años, de lo que se concluye que recién a los 45 años estarían en condiciones de acceder a su primera vivienda.

Este panorama, si bien suena desalentador, es la realidad de una generación llena de interrogantes en cuanto a su futuro, dada la situación económica, la imposibilidad de acceder a un crédito hipotecario u otra forma de inversión privada.

El mercado, por el momento, está reservado a un segmento mínimo de la sociedad, tendiente a la clase media-alta y alta. Habrá que ver, con el paso del tiempo, el comportamiento de los valores ante la escasa demanda del segmento más significativo del mercado “la clase media”, la cual es el motor más importante del rubro.

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