Un polo cinematográfico en Rincón de Milberg

Los viernes a partir de las 21hs. proyectan cine nacional con entrada libre. A partir de marzo, proyectarán las películas de Finca que no se pudieron ver, estarán especialmente invitadas las escuelas de la zona. Para mayor información, 4749-8290 o mausimartinez@hotmail.com

Hasta la década del 70, había en Argentina más de 2000 salas de cine. A fines de los 90, quedaban sólo 250. ¿Qué pasó? ¿Había, el cine, dejado de ser uno de los 3 berretines argentinos? Seguramente no, si tenemos en cuenta la cantidad de estudiantes de cine que hay en el país o el público que se aglomera en cada edición del BAFICI. Lo que sí nos pasó por encima fue el huracán del neoliberalismo y el supuesto fin de la historia, que desprestigiaron todas las buenas costumbres nativas. Pero como a todo chancho le llega su San Martín, el nuevo milenio despabiló a muchos de su modorra y la máquina de la creatividad empezó otra vez a funcionar.  Y las ganas de hacer y reencontrarnos generaron cientos de espacios culturales. Por suerte, uno está en Rincón de Milberg, en José Martí 565, es el Centro Cultural El Astillero que inició sus actividades con el ciclo de cine Choricine. “Este es un espacio donde se puede ver cine argentino o películas que fueron íconos en sus géneros o que recibieron premios. Tenemos la suerte de que la cooperativa Kaos (productora de cine) nos ceda el espacio, el proyector, la pantalla, o sea que esta movida es una articulación entre dos instituciones: la Cooperativa Kaos y el Centro Cultural El Astillero”, explicó Mausi Martínez, la coordinadora general del Centro Cultural.

Pero, además, la movida cultural viene de la mano del gusto por compartir, por crear lazos con los vecinos, por eso “todo el barrio está participando, porque la familia de enfrente – Ramona, su esposo Norberto y la hija Luciana – atiende el bar; con la vecina de al lado hacemos la decoración y la limpieza; la señora de la otra esquina, cuando puede, también viene”.

Choricine

Tanto Mausi Martínez como Luis Barone (alma Mater de Kaos) son directores y guionistas cinematográficos que tienen una larga y conocida trayectoria.

Durante mucho tiempo recorrieron el país con el proyecto “Siempre Cine” : “Salimos con un móvil y hacemos un festival de 5 días en distintos pueblos del país. Nos instalamos en la parroquia, en la cancha de basquet, en una plaza. Damos, además, cursos de iniciación al cine para chicos. De cada curso sale un cortometraje, cada uno filma un corto de la manera que puede, después lo proyectamos delante de todos los padres. Es fabuloso”, contó Mausi.

Esta experiencia es posible gracias a que Kaos convenia, en cada pueblo, con la cooperativa del lugar, que “es una red inmensa, hay telefónicas, de electricidad, de agua. De esta manera promocionamos el cooperativismo y llevamos a los pueblos películas independientes que de otra forma no conocen. Después de verlas, nos dicen ‘por qué nosotros no nos enteramos de que existen estas películas?’”

En marzo, el proyector de Kaos comenzará a deambular nuevamente por el país. Por lo que queda del verano, será usado para el ciclo Choricine, proyección de cine nacional que permite a los vecinos, los viernes a partir de las 21hs., ver películas de autor, sin alejarse del hogar.

“Cada viernes pasamos un corto del Bicentenario, del programa “200 minutos, 25 miradas” de Cultura Nación y una película; después hacemos un intervalo y de nuevo un corto y un largo. La gente viene con sus hijos, este es un espacio familiar. Si pasamos alguna película prohibida, lo avisamos con anticipación. Los convidamos con un choripán, que es gratis igual que el cine”. Es decir que el Centro Cultural se inicia con la  buena costumbre de dar para recibir.

La manera que encontraron para sostener el emprendimiento es el bar, porque “si bien las películas las presta Kaos, la gente que trabaja  -proyectorista, sonidista, los que atienden la barra-  se llevan un porcentaje de lo recaudado”.

Como se puede inferir, Choricine es más que ver una película, es compartir una charla entre amigos, cerquita de la parrilla o acodados en la barra o sentados en los puf, que se pueden trasladar libremente de la sala al exterior. Tiene, asimismo, un valor agregado: “Siempre viene alguien vinculado con la película. Cuando pasamos ‘El hombre de al lado’, vino Rafael Spregelburd, que estaba con su mujer sentado en un puf igual que todos los vecinos y al terminar la película empezaron a debatir. Cuando pasamos ‘Las mantenidas sin sueños’, vino Vera Fogwill, intérprete y guionista. Me parece reinteresante que la gente de la zona pueda hablar con ellos”.

Se debe recordar que ‘El hombre de al lado’ es una película estrenada en septiembre de 2010 que estuvo poco tiempo en cartel y fue repuesta en enero por estar nominada a los premios Goya. Por su parte, ‘Las mantenidas sin sueños’, que se estrenó -después de años de problemas- en 2007, sufrió el mismo tratamiento: poco tiempo en salas nacionales, pero “fue ovacionada en Cuba, lo viví yo cuando estuve allí en un festival, junto a dos mil personas y no puede ser que aquí no la haya visto nadie”, exclamó Mausi.

Es decir que, además de traer el cine al barrio, El Astillero apoya, decididamente, la producción nacional.

Cámara y Luz

Además de proyectar cine, El Astillero tiene pensado desarrollar “una escuela de artes y oficios cinematográficos, también abierta y libre para toda la gente de la zona. Haremos cursos de escenografía, guión, manejo de cámara, de tal modo que, cuando la Cooperativa haga un film, en vez de salir a  buscar personal a la capital, lo vamos a tener formado aquí mismo. Queremos que esto sea un polo cinematográfico interesante”.

La producción radial no estará ausente: “La antena ya está cedida, el espacio lo tenemos, es con vista al río. Falta algo de dinero para que empiece a funcionar”.

A partir del otoño habrá recitales de cuerdas y ya han hablado con la Delegación de Rincón para que la orquesta-escuela de niños haga una presentación. También tendrán lugar para el teatro y para todas las inquietudes que los vecinos hagan llegar.

“Nos damos cuenta de que hay avidez por hacer cosas aquí. La gente quiere vivir y trabajar rodeada de pájaros, árboles, el río”. Y para trabajar, disfrutar y estar seguros, toda la cuadra se puso en acción: “Cuando nosotros llegamos acá, esto era un pajonal, estaba todo oscuro. Hace 5 años empezamos a articular la cuadra de otra manera, todos los vecinos nos acompañan todo el tiempo, entre todos nos cuidamos, nos prestamos chapas, azúcar. Pero no creo que sea porque estamos nosotros, sino que todos los vecinos tienen ganas de generar algo distinto”.

Como parte del proyecto, proponen que las dos cuadras de José Martí hacia el río formen un circuito iluminado con los mismos faroles que están en el Paseo Victorica; para esto ya hicieron gestiones ante el Municipio y ellos mismos comenzaron a embellecer el lugar plantando naranjos, ciruelos, un pino, “en la medida en que tengamos limpio, iluminado, la gente querrá venir por aquí”, dijo, entusiasta, Mausi.

Cine y medio ambiente

En el 2005, Mausi rodó el documental “Sed, invasión gota a gota”, que fue, según ella misma sostuvo, “una puerta abierta para ingresar al tema de los recursos naturales. Estuvo en Shangai, México, Nueva York, Emiratos Árabes, Brasil, Colombia, Perú. En Argentina, lo pidieron de Cancillería, tuvo foros de discusión y sirvió para legislar sobre la protección de los recursos naturales”.

Con toda esta experiencia y junto con DerHumAlc (Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos) y Finca (Festival Internacional de Cine Ambiental) en marzo empezarán a pasar “todas las películas que no se pudieron ver por la muerte de Néstor Kirchner. Se pasaron 5 películas de 30 que estaban previstas, entonces en marzo haremos la proyección de estas películas sobre  medio ambiente y derechos humanos. Queremos articular con las escuelas para que vengan docentes y alumnos”.

En cuanto a producción de films, Luis Barone anticipó que rodará “Los inmortales”, protagonizada por Juanita Viales y Leo Sbaraglia; y Mausi, “Pasta de hermanas”, con Mercedes Morán.

Acomodador no hay, pero la puerta está abierta y la función no se suspende por mal tiempo.