Los inadaptados al volante no solo están en las calles
El sábado 2 de enero, sobre el río Sarmiento, frente al museo del mismo nombre, una pareja remando en un bote de paseo del Tigre Boat Club (TBC) fue envestida por una embarcación a motor movilizándose a gran velocidad.
La lancha iba con cuatro tripulantes y se llamaba Calipso. “Nos pasó por encima sin que pudiéramos maniobrar. Para aquellos que no son de río imaginen un bote propulsado por dos remos contra una lancha a motor lanzada a velocidad”, comentó la víctima de choque. “Nosotros íbamos por nuestra mano, la lancha se cruzó y nos arrasó. Hay más de veinte testigos del hecho. Luego de un rato se dieron a la fuga pero fueron detenidos”, agregó el remero.
El saldo fue de dos heridos, los tripulantes del bote a remo. “Mi novia con golpes y magullones, tuvo un ataque de nervios y está bajo tratamiento y medicación. La lancha pegó en mi pierna izquierda que nadie sabe bien cómo no se quebró, está muy golpeada y aún no puedo apoyar. La hélice cortó mi talón del pie izquierdo donde me dieron cinco puntos. Sigo con mareos, vómitos y náuseas”, relató angustiado el remero que agradeció no llevar consigo a sus hijos ese día.
Respecto a la lancha ambulancia, según testimonios, se habría demorado treinta minutos mientras que personal de la Prefectura unos 20 minutos.
La velocidad es un signo de la época. Se corre sin tener claro adónde ni para qué, pero el sistema no permite disfrutar del paisaje. No se puede pensar que una lancha que literalmente atraviesa un bote (ver foto) “es un accidente”.
Comentarios
Sin comentarios