Ni Una Ola Más!!!

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Para que se respete la normativa y no haya más accidentes, marcha náutica en el Luján. El domingo 27 de septiembre, remeros de todos los clubes e isleños se convocaron en el río Luján para visibilizar el problema que genera la excesiva velocidad de las lanchas a motor. Con la voluntad de que el río sea para todos, familias enteras participaron con sus carteles “No hagas olas”, “No me hundas”. Los organizadores de Ni Una Ola Más! reciben adhesiones en facebook

Ludmila Venturini y Gerardo Rinaldi son expertos remeros, integrantes del equipo de travesía del TBC. Van remando a Carmelo, Uruguay, también a Martín García; Ludmila hizo 127 km. de un tirón, con tripulación exclusivamente femenina. Tanta expertise no les valió al momento de cruzar los pocos metros que van de una orilla a otra del Luján.

“Los primeros días de septiembre volvía de entrenar con mi tripulación y, a la altura del MAT, había mucho tránsito, sobre todo lanchas particulares. Nos agarró una ola gigante, a mí me rompió en la nuca, el bote se llenó de agua y se hundió, a 2000 metros de Prefectura, donde se supone que está el monitoreo de velocidad de maniobra”, contó Ludmila. Ella y los dos remeros que la acompañaban quedaron flotando en el Luján casi 40 minutos. “Al principio, las lanchas no nos veían, quería hacer sonar mi silbato porque seguían pasando a todo vapor y en un momento parecía que nos iban a pasar por encima. Fue escalofriante”. Finalmente pararon dos lanchas, los ayudaron; ellos mismos llevaron el bote hasta la rampa del Club Naval. La Prefectura llegó cuando ya estaban en tierra.

También Germán tuvo su experiencia de hundimiento: “Con mi novia y mi perro nos hundimos dos veces, casi en el mismo lugar que Ludmila”. Como conclusión, el remero dijo: “En un día soleado, hundirse o no en esa zona es una cuestión de azar, no de pericia. Si uno llega ahí en el momento en que están pasando las lanchas, a la velocidad que pasan, que hoy no está controlada, no hay forma de no hundirse. Cuando hay que volver al club de ese lado, uno asoma la nariz y se entrega al azar”.

Todos sabemos que la mayoría de los clubes están sobre la margen izquierda del río Luján, por lo cual todos los remeros cruzan el río, encomendándose a la buena de Dios. Para que el cruce no siga siendo una desventura, Ludmila, Gerardo y otros remeros organizaron la agrupación Ni Una Ola Más!, haciéndose presentes en el río Luján, en marcha de protesta y concientización, el sábado 27 de septiembre.

Menos olas, más respeto

Existe una normativa vigente desde el 30/01/15 que dice: Fíjese para la totalidad de embarcaciones a motor (Deportivas y Comerciales) que naveguen por: Río Luján desde la intersección con el Canal Vinculación hasta el Canal Arias – Río Sarmiento – Río Caraguatá – Río Carapachay – Río Capitán – Pasaje El Sueco, desde la intersección con el Río Paraná de las Palmas hasta el Arroyo Sin Nombre – Arroyo Dorado – Arroyo Pajarito – Arroyo Abra Vieja – Canal del Este, desde el Canal Honda hasta el Arroyo Tres Sargentos – Río San Antonio a partir del Canal Vinculación, hacia su confluencia con el Río de la Plata-, la obligatoriedad de mantener en todo momento una velocidad mínima compatible con el buen gobierno del buque/embarcación, de manera tal de no generar oleaje que pueda producir situaciones peligrosas y/o acaecimientos a las embarcaciones menores y/o daños a las zonas costeras (muelles, tablestacado, etc.).

Esta normativa surgió por la gran cantidad de accidentes graves, hundimientos y campanas de las embarcaciones a tracción a sangre. El objetivo de la misma es cuidar a los remeros y embarcaciones menores.

Aún así, todos los remeros se ven afectados por el oleaje ocasionado por la imprudencia de quienes manejan lanchas. “Van muy rápido y haciendo olas, que está prohibido. Esta es una zona muy particular, ya que tiene empalizadas de ambas márgenes, por lo cual las olas quedan rebotando mucho tiempo después de que hayan pasado las lanchas. Es un efecto que se multiplica lancha tras lancha, porque, cuando llega la segunda lancha, ya había una ola y la nueva se potencia y así se van encadenando”, explicó Gerardo.

“Tenemos testimonios de remeros que cuentan que subirse de pequeño a un bote era una tradición familiar. Incluso, un socio del TBC tiene el récord de la tripulación más joven en cruzar el Río de la Plata (él, su mujer y sus dos hijos de pañales). Hoy, los remeros no se animan a subir a sus hijos a un bote. Lo único que cambió es el tránsito de lanchas y el poco respeto por el otro”, comentó Gerardo.

La falta de consideración hacia los que están en inferioridad de condiciones provocó “hace 5 meses, un accidente con un muerto en el Fulminante. Ayer (26/09), un bote del América dio vuelta campana y quedaron flotando, un prefecto se metió para sacar a un chiquito que había quedado en el agua”. Agregaron: “Hay un montón de accidentes que se vienen dando, cada vez de gravedad mayor. Nos preocupa que, con la llegada de la época estival, se incremente el tránsito de lanchas y, por lo tanto, las situaciones de riesgo. Por eso creemos que éste es el momento de pedirle a Prefectura que haga cumplir la normativa vigente y, también, a los que manejan las lanchas”.

Para que ya nadie se haga el tonto, remeros, kayakistas, isleños, gente que llegó caminando y pidió un bote, compartieron la marcha náutica organizada por Ni Una Ola Más!, con consignas claras: “No hagas olas”, “No me hundas”. La convocatoria fue un éxito. “Fue muy emocionante ver tanta gente apoyando este pedido”, expresó la remera.

Por supuesto, la Prefectura participó de la marcha haciendo su trabajo: “Nos cuidaron, pusieron muchas motos de agua a lo largo de la manifestación. Nos demostraron que tienen la capacidad de hacer un buen trabajo y estamos contentos con eso. Confiamos también en que tienen la voluntad de hacerlo. Hoy, Prefectura y nosotros tuvimos el mismo objetivo, que las lanchas circularan a velocidad de maniobra”.

Durante la jornada del domingo se levantaron firmas para acompañar un petitorio presentado en Prefectura: “Pedimos que la normativa vigente se efectivice de manera inmediata en los 10 km. del Luján que van del Vinculación hasta el Canal Villanueva. Todo el mundo coincide en que el lugar más crítico, no sólo para remar, sino también para navegar, es ése. También pedimos el establecimiento de un punto de fondeo fijo en el Luján, a la altura del MAT”, informaron los organizadores.

Convencido de que falta difusión de la normativa vigente, Gerardo dijo: “Esta también es una campaña informativa. Yo mismo no conocía la normativa hasta hace 3 semanas, cuando me puse a trabajar en esto. Para quien nunca se subió a un bote de remo, es imposible imaginar cuál es el efecto que puede tener la ola generada por una lancha”.

No sólo las lanchas de paseo están involucradas en estos hechos, también las colectivas: “¿Pueden cumplir con su recorrido en el horario establecido sin generar olas?”. Es una buena pregunta que compete, principalmente, a los dueños de las empresas.

Si bien la marcha fue un éxito, los organizadores saben que el cambio de conducta es, fundamentalmente, una cuestión de educación, por lo tanto están dispuestos a seguir trabajando para que el río sea un lugar de disfrute para todos ya!

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